En otras redes sociales...

En Facebook me encontrás en: http://facebook.com/fagabrielli
En Twitter, me encontrás en: https://twitter.com/Fagab
Y mis experimentos culinarios, los muestro en: https://cocinateando.blogspot.com.ar

martes, 29 de noviembre de 2016

De puro chusma...

Algunas veces, miro por mis ventanas.
Pero ojo, no uso largavista, sino que sólo miro. Porque si hay algo que soy, es MIRÓN. Claro, soy muchas otras cosas, pero ser mirón, es parte de mí mismo. Y tanto lo es, que ya lo conté hace tiempo en http://delnoamor.blogspot.com.ar/2012/08/mirando-mirando.html
Pero, volviendo, sólo se trata de ser mirón.
Y siempre me pregunto: ¿qué ocurrirá detrás de cada una de esas pequeñas luces?, ¿cuántas felicidades e infelicidades habrá?, ¿cuántas fidelidades, infidelidades?, ¿cuántos amores, desamores, ilusiones y decepciones estarán ocurriendo? 
No importa.
Nada importa.
La vida es eso: cada uno con sus propios momentos. 
Y ahí, cerca, el Puente Nicolás Avellaneda que te expulsa desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hacia la Isla Martín García, Dock Sud ("el Doque") y más allá Avellaneda... Y viceversa.
Y no puedo dejar de imaginar las felicidades que están deseando terminar rápidamente ese trayecto para compartirlo con vaya Dios a saber quién... O las infelicidades que esperan llegar y recibir un abrazo, caricia o mirada contenedora... 
¡Cuántas  esperanzas y / o desesperanzas en tránsito!
¡Cuánta ansiedad por compartir eso que que desborda de alegría o asfixia de desánimo!
Y todo sobre un camino sobre un Riachuelo.
Y todo, desde un sitio a otro, pero dentro de...
¡¿De quiénes?! 
¡Cuántas historias!
Sí, ahí, detrás de luces, paredes, ventanas...
Sobre puentes que llevan y traen...
¡Cuántas historias!

jueves, 24 de noviembre de 2016

De celulares y comunicaciones...

En la vida que llevo vivida, hay cosas que no existían. La TV color fue una novedad de finales de los 70, al menos en nuestro país. 
Del mismo modo, la telefonía no era lo que hoy es.
El Súper Agente 86 (https://es.wikipedia.org/wiki/Superagente_86_(serie_de_televisi%C3%B3n)) se encargó de anticipar el teléfono celular. Acá algunos capítulos: https://www.youtube.com/watch?v=A2IQb1P4CYo&list=PLFCD6D99644659369
 Para ellos se llamaba "zapatófono".
La realidad terminaría siendo algo distinta. No mucho, pero algo.
En lo personal, el primer teléfono celular que tuve fue un Motorola Micro Tac 650. Era la época en que no existían los chip SIM (https://es.wikipedia.org/wiki/Tarjeta_SIM) y todo estaba y era en el fono. No había juegos, ni mensajes de texto, ni nada. Sólo par hablar. Sí, pura y exclusivamente HABLAR. La pantalla era más que poca y, apenas, se veían los números. Éramos felices y HABLÁBAMOS POR FONO, cosa para lo que habían sido creados.
Aquel teléfono tuvo línea de Movicom, que después se convertiría en Movistar (cuando fue comprada la empresa Telefónica de Argentina). Era "prepago", lo que más llanamente llamamos "con tarjeta". Lo tuve hasta ya bastante entrado el 2005.
Así era mi celular:

Para el 2005, decido cambiar mi viejo fono, por otro que tuviera SIM, ya que éste permitía el envío y recepción de SMS (https://es.wikipedia.org/wiki/Servicio_de_mensajes_cortos)  y de MMS (https://es.wikipedia.org/wiki/Servicio_de_mensajer%C3%ADa_multimedia). La revolución llegó de la mano del chip SIM. Así que me compré un Alcatel One Touch 355, igual al de acá abajo, pero esta vez lo compré con abono. 
Este fono se conectaba a Internet y usaban la conexión WAP.
 Para aquel momento, yo tenía dos fonos: el Motorola Micro Tac 650 y el Alcatel OT 355. Ocurrió que el cambio de tecnología (la aparición del SIM), hizo que los viejos teléfonos ya no sirvieran.
Movistar me reemplaza el Micro Tac, por este Samsung SGH X156. 
El cambio no me generó erogación alguna y, la verdad, el aparato era un caño.
Después de un tiempo lo liberé y se lo presté a la hermana de una amiga. Cuando me lo devolvió, se lo presté a un amigo.
Este fono fue el más paseado y un cañazo.
Mientras tanto...
Mi hijo tenía un Motorola C115
y para algún momento de algún año, le regalé un Alcatel One Touch 159. Un muy buen aparato, que cuando mi hijazo dejó de usarlo, me lo pasó y lo presté. Funcionó hasta que se hizo percha.


Aparece el Motorola V3, black. Y fue una REVOLUCIÓN. Yo sabía que mi hijazo lo quería, pero no veía que pudiera comprárselo. Además me parecía que lo iba a exponer con semejante equipo.
La mañana del 23/12, me desperté sobresaltado pensando: "y si me muero, no se lo regalé" Entonces... Se lo compré.
La cara de mi hijazo al abrir el paquete y verlo, FUE GENIAL.


Para algún otro momento de la vida, le regalé este Nokia 5200, que para la época, era GENIAL. Se lo regalé antes de Navidad. Y el V3, me llegó de herencia. Un par de días después de habérselo regalado, en la entrada de Unicenter Shopping, se lo robaron. En total, creo que lo tuvo sólo dos días...

y a causa de ese robo, se lo reemplacé por este Sony Ericsson Z550C. Otro aparatazo, genial. Y lo usó un montón de tiempo, pero...


Era necesario cambiarlo, entonces le regalé este LG PK 570, que fue el último equipo que le regalé De ahí en más, él mismo se ocupó de los cambios.



Por mi parte, con el V3 encima y después de haber estado internado quince días en el 2011 (¿qué tendrá que la internación con el fono? NADA, pero así fue como fue), decidí que me iba a comprar un nuevo fono. El 3G prometía más de lo que entregó, pero con mi V3 no tenía acceso. Entonces, para mi cumple, me regalé este Samsung Galaxy Mini. Este equipo anduvo conmigo hasta que resultó limitante.

Y cuando decidí que era momento de saltar, no me convencían los precios. Los equipos que "valían la pena" costaban algo que no estaba dispuesto a pagar.
Quizá la resignación o la buena oportunidad, me hizo conocer este Huawei P8 lite. Me pareció que el equipo justificaba, en parte, su costo. Y lo compré.
¡En fin!
La tecnología, tarde o temprano, nos empuja a hacer algo que no teníamos planeado hacer, aún cuando sabemos que todo lo que compremos, ya está obsoleto.
O quizá no sea la tecnología, quizá sea...