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viernes, 23 de noviembre de 2012

Para no perder el hábito...

La cultura, en su culturoso afán de brindarnos lo que supone es mejor para nosotros, nos culturiza. Es decir, nos reemplaza los básicos instintos animales por animaladas alejadas de cualquier instinto básico.
Nuestra "enculturación" comienza, como muy tarde, a partir del mismo momento del nacimiento, ese instante en que nos encajan un chupete para que nos desestresemos; aunque quizá sólo se trate de que nos dejemos de berrear. En algunos casos la culturización podría comenzar antes, al ponerle música sobre la panza, o al hablarle... Como sea, la cultura intenta hacer de nosotros, simples mortales, unos complejos mortales. Y para que aprendamos a vivir complejizados, la culturización formará a algunos como psicólogos, a otros como psiquiatras y a otros como bioquímicos para que nos den los antiácidos y el clonazepán. Y de todos renegamos.
Sobre este proceso ya cantó Joan Manuel Serrat, en su hermosísima canción "Esos locos bajitos". Entonces muy claramente dice "sin respeto al horario ni a las costumbres y a los que, por su bien, (dicen) que hay que domesticar", siendo poco inocente la elección del término domesticar. Después agregará "Niño, deja ya de joder con la pelota. Niño, que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca" lo que no hace más que denotar algunos de los adoctrinamientos cotidianos, necesarios en el proceso de culturización.
Está claro que vivir desculturizado es imposible: 1) porque en el comienzo de la vida no es una elección posible, ya que no tenemos la capacidad ni el modo; 2) todo es parte de la cultura. En todo caso, podrán deshacerse algunos mandatos culturales, aunque no todos. Y resulta imposible vivir desculturizados ya que toda forma de agrupación de cualquier especie, posee su propia cultura. Puede gustar más o menos, pero todo forma parte de la cultura.
El término cultura tiene distintas acepciones y será usado tanto como plusvalía o como un culturoso desprecio.
Como objeto, tiene la misma propiedad que la lengua: está viva, y en consecuencia en permanente evolución (aunque si nos conviene, diremos que involuciona). Así las cosas, mantiene con los usos y costumbres una simbiótica relación de "ida y venida". Se retroalinentan.
Según la Real Academia Española, la definición es.:
Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.
Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. Conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.
Lo que no está dicho es que también cumple la función de adjetivo. Entonces tenemos "música culta", "gente culta", "publicación culta"... Habrá que ver si esa adjetivación cumple la función de sumar o restar.
La cultura, como todo lo que cambia, genera alguna resistencia, que con el paso del tiempo desaparece.
La cultura impone tanto haceres como no haceres, decires como no decires... Avala o desprecia acciones...
Pero la cultura no es en sí misma, la cultura será según la fuerza y la llegada de quien sea el vehículo. Y se mantendrá mientras resulte funcional.

martes, 6 de noviembre de 2012

No esperar nada de nadie...

No es fácil llegar a conseguir NO ESPERAR NADA DE NADIE.
Dicho así, podría sonar a autosuficiencia, pero ni de cerca es eso. Llegar a no esperar, es todo un recorrido y quizá me haya allanado algo de camino el hecho de no ser celoso ni posesivo. De todos modos se trata de una DECISIÓN y, por ende, me toca asumir los riesgos y responsabilidades por lo que "parece" más no por lo que ES.
No esperar nada de nadie, es liberador. No existe lugar para la frustración, ya que todo lo que llegue SIEMPRE sumará. Para sumar o para restar, pero siempre SUMARÁ. Además resulta tranquilizador porque cualquier decisión del otro, resulta del ejercicio pleno de sus capacidades y absolutamente despojada de mis presiones.
No esperar nada de nadie es el mayor ejercicio de libertad posible: lo que yo haga no te obliga a nada, de manera que todo lo que yo haga se basa en mi única y propia elección.
Tampoco se trata de someterse a decisiones ajenas. Así como mis haceres generan reacciones, lo mismo es a la inversa. No esperar no significa someterse, significa actuar en absoluta libertad. Como expresé más arriba, siempre suma, aunque sea para restar.
Alguna vez alguien me decía algo como "no te importa nada", y nada menos cierto. Dejar que cada quien elija, no reprochar, no sentir como un insulto personal los NOES, elegir no malinterpretar dichos y / o actitudes es liberarme de la carga que implica "interpretar", y reemplazarlo por la simpleza de entender que "ca' uno e' ca' uno e' ca' cual e' ca' cual". En libertad cada quien decide por sí mismo: he ahí el mayor acto de respeto por la individualidad.
Y como dije antes: no esperar algo en particular, implica que, en parte, mis acciones en respuesta a decisiones ajenas, no están teñidas por algo más que una tranquila elaboración.
Claro que soy persona y que algo puede salirse de rumbo.
Por otro lado, está claro que cualquier vínculo se inicia con una cuota más que importante de CONFIANZA. Partiendo de este punto, para mí, la cosa es ¿no es contradictorio CONFIAR, CONDICIONANDO las acciones ajenas? Porque CONFIAR implica dejar al otro hacer en su mayor libertad, sin agregarle presiones, aceptando que NO PODEMOS ni DEBEMOS QUERER controlar las acciones ajenas. Porque ¿qué dice de mí el querer controlar a alguien?
También es cierto que, parecería, que para alguna gente resulta agobiante RESPONSABILIZARSE de su libertad, entonces reclama que se lo esclavice. Quizá sea una cuestión de inseguridad, quizá sea una cuestión de manipulación o una cuestión de cargar sobre otro(s) la responsabilidad de la vida propia. Como sea, si apenas puedo con la propia ¿cómo cargar con la ajena?
Da la impresión que no interferir en la libertad ajena se asocia al abandono. Abandonar es despreocuparse; dejarte en libertad es acompañarte a crecer. Terrible diferencia.
Llegar a no esperar nada de nadie siempre es un camino. El punto de partida puede ser el despecho, la desilución, la amargura; o una decisión basada en el respeto. Ahí está la elección de cada uno.

viernes, 19 de octubre de 2012

Muchas vidas, muchos maestros. Mis recortes.

Muchas vidas, muchos maestros es un libro del psiquiatra Brian Weiss, donde cuenta su primer experiencia con la terapia de regresión de vidas pasadas.
EXCELENTE LIBRO.
Acá la biografía: http://es.wikipedia.org/wiki/Brian_Weiss

 
Sé que hay un motivo para todo. Tal vez en el momento en que se produce un hecho no contamos con la penetración psicológica ni la previsión necesarias para comprender las razones, pero con tiempo y paciencia saldrán a la luz.

En la mente humana hay demasiadas cosas que están más allá de nuestra comprensión.

 
Carl Jung denominó «inconsciente colectivo»: la fuente de energía que nos rodea y contiene los recuerdos de toda la raza humana.

 
personas importantes de cada vida, por si podía identificarlas con las personas importantes de su existencia actual. Según casi todos los escritores, los grupos de almas tienden a reencarnarse juntos una y otra vez, para elaborar el karma (deudas para con otros y para con uno mismo, lecciones que hay que aprender) a lo largo de muchas vidas.

 
Nuestra tarea consiste en aprender, en llegar a ser como dioses mediante el conocimiento. ¡Es tan poco lo que sabemos! Tú estás aquí para ser mi maestro. Tengo mucho que aprender. Por el conocimiento nos acercamos a Dios, y entonces podemos descansar. Luego regresamos para enseñar y ayudar a otros.
Quedé mudo. Era una lección posterior a su muerte, proveniente del estado intermedio.

La experiencia es necesaria para añadir crédito emocional a la comprensión intelectual. Pero el impacto de la experiencia siempre se desvanece hasta cierto punto.

¡Qué poderoso es el miedo a la muerte! Llegamos a grandes extremos para evitarlo: crisis de madurez, aventuras amorosas con personas más jóvenes, cirugías estéticas, obsesiones con la gimnasia, acumulación de bienes materiales, procreación de hijos que lleven nuestro nombre, esforzados intentos de ser cada vez más juveniles, etcétera. Nos preocupa horriblemente nuestra propia muerte; tanto que, a veces, olvidamos el verdadero propósito de la vida.

Que debemos compartir nuestro conocimiento con otros. Que todos tenemos muchas más capacidades de las que utilizamos. Algunos lo descubrimos antes que otros. Que uno debe dominar sus vicios antes de llegar a este punto. De lo contrario, los lleva consigo a otra vida.

Sólo uno mismo puede liberarse... de las malas costumbres que acumulamos cuando estamos en un cuerpo. Los Maestros no pueden hacerlo por nosotros. Si uno elige luchar y no liberarse, los llevará a otra vida. Y sólo cuando decidimos que somos lo bastante fuertes como para dominar los problemas externos, sólo entonces dejaremos de padecerlos en la vida siguiente.

»También debemos aprender a no acercarnos sólo a aquellos cuyas vibraciones coinciden con las nuestras. Es normal sentirse atraído por alguien que está en nuestro mismo nivel. Pero está mal. También es preciso acercarse a aquellos cuyas vibraciones no armonizan... con las de uno. Ésa es la importancia... de ayudar... a esas gentes.

»Se nos dan poderes intuitivos que debemos obedecer sin tratar de resistirnos. Quienes se resistan tropezarán con peligros. No se nos envía desde cada plano con poderes iguales. Algunos de nosotros poseemos poderes mayores que los otros, pues los hemos adquirido en otros tiempos. Luego, no todos somos creados iguales. Pero con el paso del tiempo llegaremos a un punto en el que todos seremos iguales.

Los que están en coma... permanecen en un estado de suspensión. Aún no están preparados para cruzar al otro plano... hasta que hayan decidido si quieren cruzar o no. Sólo ellos pueden decidirlo. Si consideran que no tienen nada más que aprender... en estado físico... entonces se les permite cruzar. Pero si tienen cosas por aprender, deben regresar, aunque no quieran. Ése es un período de descanso para ellos, un período en el que sus poderes mentales pueden descansar.
 
Al parecer, llevábamos con nosotros de una vida a otra tanto las capacidades como las deudas.

Pensé en la gente que tiende a juntarse en grupos homogéneos, evitando e incluso temiendo a los de fuera. Allí estaba la raíz del prejuicio y del odio entre grupos. «También debemos aprender a no acercarnos sólo a aquellos cuyas vibraciones coinciden con las nuestras.» Ayudar a esos otros. Me era posible sentir las verdades espirituales de esas palabras.

Le pedí que viera su propia vida desde una perspectiva más elevada y que respondiera a su propia pregunta. Poco tiempo antes había leído que eso se podía hacer. Algunos escritores llamaban a esa perspectiva «yo superior» o «yo elevado».

Se me revela lo que es importante para mí, lo que me concierne. Cada persona debe ocuparse de sí misma... de hacerse... íntegra. Tenemos lecciones que aprender... cada uno de nosotros. Deben ser aprendidas una a una... en orden. Sólo entonces podemos saber qué necesita la persona de al lado, qué le falta o qué nos falta a nosotros para ser íntegros.

No tenemos derecho a interrumpir abruptamente la vida de alguien antes de que haya podido cumplir con su karma. Y es lo que estamos haciendo.

»No tenemos derecho. Sufrirán mayor castigo si los dejamos vivir. Cuando mueran y vayan a la próxima dimensión sufrirán allá. Estarán en un estado de gran inquietud. No tendrán paz. Y serán enviados de regreso aquí, pero para una vida muy dura. Y tendrán que compensar a esas personas a las que hicieron daño por las injusticias que cometieron contra ellas. Están interrumpiendo la vida de estas gentes y no tienen derecho a hacerlo. Sólo Dios puede castigarlas; nosotros, no.

—¿Tienes algún pensamiento sobre la vida que acabas de abandonar?
—Eso es para después. Por el momento sólo siento la paz. Es un tiempo de consuelo. La persona debe ser reconfortada. El alma... aquí el alma encuentra paz. Se dejan todos los dolores físicos atrás. El alma está apacible y serena. Es una sensación maravillosa... maravillosa, como si el sol brillara siempre sobre una. ¡La luz es tan intensa! ¡Todo viene de la luz! De esa luz viene la energía. Nuestra alma va inmediatamente hacia allí. Es como una fuerza magnética que nos atrae. Es maravillosa. Es como una fuente de poder. Sabe curar.
—¿Tiene algún color?
—Tiene muchos colores.
Hizo una pausa, descansando en la luz.
—¿Qué estás experimentando? —aventuré.
—Nada... Sólo paz. Una está entre sus amigos. Todos están allí. Veo a muchas personas. Algunas me son familiares; otras, no. Pero estamos allí, esperando.
Continuó aguardando, en tanto pasaban lentamente los minutos. Decidí acelerar el paso.
—Tengo una pregunta que hacer.
—¿A quién? —preguntó Catherine.
—A alguien. A ti o a los Maestros —contesté, saliéndome por la tangente—. Creo que nos ayudará comprender esto. La pregunta es: ¿elegimos el momento y el modo de nacer y de morir? ¿Podemos elegir nuestra situación? ¿Podemos elegir el momento de nuestro nuevo tránsito? Creo que si comprendiéramos esto muchos de tus miedos se aliviarían, Catherine. ¿Hay alguien ahí que pueda responder a esas preguntas?
Hacía frío en el cuarto. Cuando Catherine volvió a hablar, su voz fue más grave y resonante. Era una voz que yo nunca le había oído. Era la voz de un poeta.
—Sí. Nosotros elegimos cuándo entramos en nuestro estado físico y cuándo lo abandonamos. Sabemos cuándo hemos cumplido lo que se nos envió a cumplir. Sabemos cuándo acaba el tiempo y uno aceptará su muerte. Pues uno sabe que no obtendrá nada más de esa vida. Cuando se tiene tiempo, cuando se ha tenido tiempo de descansar y recargar de energías el alma, se le permite a uno elegir su reingreso en el estado físico. Quienes vacilan, quienes no están seguros de su retorno aquí, pueden perder la oportunidad que se les ha dado, la posibilidad de cumplir lo debido cuando están en un cuerpo.

—Básicamente, los caminos de todos son el mismo. Todos debemos aprender ciertas actitudes mientras nos encontramos en el estado físico. Algunos somos más rápidos que otros en aceptarlas. Caridad, esperanza, fe, amor... todos debemos conocer estas cosas, y conocerlas bien. No son sólo una esperanza, una fe, un amor; muchas cosas se alimentan de cada una de ellas. Hay muchas maneras de demostrarlas. Y sin embargo, sólo hemos recurrido a un poquito de cada una...

»Los miembros de órdenes religiosas se han acercado más que cualquiera de nosotros, porque han pronunciado votos de castidad y obediencia. Han renunciado a mucho sin pedir nada a cambio. El resto de nosotros continúa pidiendo recompensas: recompensas y justificaciones para nuestra conducta... cuando en realidad no hay recompensas, no las recompensas que deseamos. La recompensa está en hacer, pero en actuar sin esperar nada a cambio... en hacer sin egoísmos.

Sentía hacia ellos un gran amor, una gran ternura. Comprendí que sus defectos eran cosas sin importancia. En realidad, no tienen tanta importancia.
El amor sí.
Hasta me descubrí pasando por alto mis propios defectos por los mismos motivos. No tenía por qué tratar de ser perfecto ni de controlarlo siempre todo. No tenía necesidad de impresionar a nadie.

Paciencia y tiempo... todo llega a su debido tiempo. No se puede apresurar una vida, no se puede resolver según un plan, como tanta gente quiere. Debemos aceptar lo que nos sobreviene en un momento dado y no pedir más. Pero la vida es infinita; jamás morimos; jamás nacimos, en realidad. Sólo pasamos por diferentes fases. No hay final. Los humanos tienen muchas dimensiones. Pero el tiempo no es como lo vemos, sino lecciones que hay que aprender.
Hubo una larga pausa. El Maestro poeta continuó.
—Todo te será aclarado a su debido tiempo. Pero necesitas una oportunidad para digerir el conocimiento que ya te hemos dado.

El miedo es un derroche de energía; impide a las personas cumplir con aquello para lo cual fueron enviados. Guíate por lo que te rodea. Primero es preciso llevarlos a un nivel muy profundo... donde ya no puedan sentir el cuerpo. Allí podrás llegar a ellos. Es únicamente en la superficie... donde yacen los problemas. Muy dentro del alma, donde se crean las ideas, allí es donde hay que ir a buscarlos.

»Energía... todo es energía. Se malgasta tanta... Las montañas... Dentro de la montaña hay quietud; el centro es sereno. Pero es afuera donde está el problema. Los humanos sólo pueden ver el exterior, pero se puede ir mucho más adentro. Hay que ver el volcán. Para eso es preciso ir muy adentro.

»Estar en el estado físico es algo anormal. Cuando se está en el plano espiritual, eso nos resulta natural. Cuando se nos envía de regreso es como ser enviados otra vez a algo que no conocemos. Nos llevará más tiempo. En el mundo espiritual es preciso esperar; luego somos renovados. Hay un estado de renovación. Es una dimensión, como las otras, y tú has logrado casi llegar a ese estado...

Si supieran que los «ángeles de la guarda» existen, en realidad, ¡cuánto más seguros se sentirían! Si supieran que los actos de violencia y de injusticia no pasan desapercibidos, sino que deben ser pagados con la misma moneda en otras vidas, ¡cuánto menor sería el deseo de venganza! Y si de verdad «por el conocimiento nos aproximamos a Dios», ¿de qué sirven las posesiones materiales y el poder, cuando son un fin en sí y no un medio para ese acercamiento? La codicia y el ansia de poder no tienen ningún valor.

Pero ¿cómo llegar a la gente con ese conocimiento? Casi todos recitan plegarias en sus iglesias, en las sinagogas, mezquitas o templos, plegarias que proclaman la inmortalidad del alma. Sin embargo, terminados los ritos del culto vuelven a sus caminos competitivos, a practicar la codicia, la manipulación y el egocentrismo. Estos rasgos retrasan el progreso del alma.

Todos somos espíritus. Pero otros... algunos se encuentran en estado físico; otros, en un período de renovación. Y otros son guardianes. Pero todos vamos allá. Nosotros también hemos sido guardianes.
—¿Por qué volvemos para aprender? ¿Por qué no aprendemos como espíritus?
—Son diferentes niveles de aprendizaje; algunos tienen que aprenderse en la carne. Tenemos que sentir el dolor. Cuando se es espíritu no se experimenta dolor. Es un período de renovación. El alma se renueva. Cuando se está en la carne se puede sentir el dolor, se sufre. En forma espiritual no se siente. Sólo hay felicidad, una sensación de bienestar. Pero es un período de renovación para... nosotros. La interacción entre las personas, en forma espiritual, es diferente. Cuando se está en el estado físico... se pueden experimentar las relaciones.

No se puede juzgar apresuradamente a nadie. Es preciso ser justo. Muchas vidas se han arruinado por juzgar apresuradamente.

Nos deshacemos de un cuerpo de bebé para adoptar el de un niño; descartamos el de niño para ser adultos, y el de adultos por el de ancianos. ¿Por qué no dar un paso más y descartar el cuerpo adulto para ir a un plano espiritual? Eso es lo que hacemos. No dejamos de crecer: continuamos creciendo. Cuando llegamos al plano espiritual, continuamos creciendo también allí. Pasamos por diferentes etapas de desarrollo. Cuando llegamos, estamos consumidos. Es preciso pasar por una etapa de renovación, una etapa de aprendizaje y una etapa de decisión. Nosotros decidimos cuándo queremos regresar, adonde y por qué motivos. Algunos prefieren no volver. Prefieren pasar a otra etapa de desarrollo. Y mantienen la forma espiritual... algunos por más tiempo que otros, antes de volver. Todo es crecimiento y aprendizaje... crecimiento continuo., Nuestro cuerpo es sólo un vehículo para que utilicemos mientras estamos aquí. Son nuestra alma y nuestro espíritu los que perduran por siempre.

transferencia y contratransferencia en las relaciones terapéuticas. Transferencia es la proyección de sentimientos, ideas y deseos que el paciente hace sobre el terapeuta, quien representa a alguien de su pasado. La contratransferencia es lo inverso: las reacciones emocionales inconscientes del terapeuta ante el paciente.

—. Todo debe estar equilibrado. La naturaleza está equilibrada. Los animales viven en armonía. Los humanos no han aprendido a hacerlo. Continúan destruyéndose a sí mismos. No hay armonía ni concierto en lo que hacen. Es tan diferente en la naturaleza... La naturaleza está equilibrada. La naturaleza es energía y vida... y restauración. Y los humanos sólo destruyen. Destruyen la naturaleza. Destruyen a otros seres humanos. Con el correr del tiempo se destruirán a sí mismos.

—Hay siete planos en total, siete planos, cada uno de los cuales consta de muchos niveles; uno de ellos es el plano de la rememoración. Se nos permite ver la vida que acaba de pasar. A los de niveles superiores se les permite ver la historia. Pueden volver y enseñarnos la historia. Pero nosotros, los de los niveles inferiores, sólo podemos ver nuestra propia vida... la que acaba de pasar.

»Tenemos deudas que deben saldarse. Si no hemos pagado esas deudas, las tendremos que llevar con nosotros a otra vida... a fin de que puedan ser elaboradas. Se progresa pagando las deudas. Algunas almas progresan más deprisa que otras. Cuando se está en la forma física y se elabora... se elabora una vida... si algo interrumpe nuestra capacidad de... de pagar esa deuda, debemos regresar al plano de la rememoración, y allí esperar a que el alma con quien estamos endeudados venga a vernos. Y cuando ambas podamos volver al estado físico al mismo tiempo, entonces se nos permitirá volver. Pero cada uno determina cuándo debe volver. Cada uno determina qué debe hacer para pagar esa deuda. No recordará sus otras vidas... sólo aquella de la que acaba de salir. Sólo las almas del nivel superior, los sabios, pueden recurrir a la historia y los sucesos pasados... para ayudarnos, para enseñarnos qué debemos hacer.

»Hay siete planos... siete, a través de los cuales debemos pasar antes de que regresemos. Uno de ellos es el plano de la transición. Allí esperamos. En ese plano se determina qué llevará cada uno a su próxima vida. Todos tendremos... un rasgo dominante. Puede ser la codicia, la lujuria... pero sea lo que fuere lo determinado, necesitamos saldar nuestras deudas con esas personas. Después se debe superar ese rasgo en esa vida. Debemos aprender a superar la codicia. De lo contrario, al retornar tendremos que llevar ese rasgo, además de otro, a la vida siguiente. Las cargas se harán mayores. Con cada vida por la que pasamos sin pagar las deudas, cada una de las siguientes será más dura. Si las saldamos, se nos dará una vida fácil. Así elegimos qué vida vamos a tener. En la fase siguiente somos responsables de la vida que tenemos. La elegimos.

 Tenemos que avanzar cierta distancia antes de alcanzar... antes de alcanzar nuestra meta. Las etapas en la forma física son difíciles. En el plano astral son sencillas. Allí sólo descansamos y esperamos. Las otras son las difíciles.
 
Es en este plano donde a algunas almas se les permite manifestarse a las personas que aún están en la forma física. Se les permite retornar... sólo si han dejado algún acuerdo sin cumplir. En este plano se permite la intercomunicación. Pero los otros planos... Aquí es donde se nos permite utilizar los poderes psíquicos y comunicarnos con las personas que tienen forma física. Hay muchas maneras de hacerlo. A algunos se les otorga el poder de la vista, para que puedan mostrarse a quienes aún están en la forma física. Otros tienen el poder del movimiento; se les permite mover objetos telepáticamente. Sólo se va a este plano si a uno le es útil ir ahí. Si ha dejado un acuerdo sin cumplir, puede decidir ir ahí para comunicarse de algún modo. Pero eso es todo... para que el acuerdo quede cumplido. Si nuestra vida ha terminado abruptamente, sería un motivo para entrar en este plano. Muchos prefieren ir ahí porque se les permite ver a quienes aún están en la forma física y muy unidos a ellos. Pero no todos quieren tener contacto con ellos. Para algunos puede ser muy aterrador.
 
Todo es tan rápido, tan complicado... lo que me dicen... sobre el cambio, el crecimiento y los diferentes planos. Hay un plano de conciencia y un plano de transición. Venimos de una vida y, si las lecciones se han completado, pasamos a otra dimensión, a otra vida. Debemos comprender plenamente. De lo contrario, no se nos permite pasar... tenemos que repetir, porque no aprendemos. Debemos experimentarlo desde todos los aspectos. Debemos conocer el lado de las carencias, pero también el de la entrega. Hay muchísimo que saber, muchísimos espíritus dedicados a eso. Por eso estamos aquí... Los Maestros... son sólo uno en este plano.
 
Sé que habrá que pagar un precio. Lo que va, efectivamente, vuelve.
 
«... La sabiduría se alcanza con mucha lentitud. Esto se debe a que el conocimiento intelectual, fácilmente adquirido, debe convertirse en conocimiento "emocional" o subconsciente. Una vez transformado, la huella es permanente. La práctica conductista es el catalizador necesario para esta reacción. Sin acción, el concepto se marchita y desvanece. El conocimiento teórico sin aplicación práctica no es suficiente.

»Hoy en día se descuidan el equilibrio y la armonía; sin embargo, son las bases de la sabiduría. Todo se hace en exceso. La gente se excede en el peso porque come demasiado. Los deportistas descuidan aspectos de sí mismos y de los demás por correr en exceso. La gente parece excesivamente mezquina. Se bebe demasiado, se fuma demasiado, se está demasiado de juerga (o demasiado poco), se conversa demasiado sin satisfacción, se tienen demasiadas preocupaciones. Hay demasiadas ideas en blanco o negro. Todo o nada. La naturaleza no es así.

»En la naturaleza hay equilibrio. Los animales destruyen en pequeñas cantidades. Los sistemas ecológicos nunca son eliminados en masa. Las plantas consumidas vuelven a crecer. Las fuentes de sustento proveen y vuelven a reponerse. Se disfruta de la flor, se come la fruta, se preserva la raíz.

»La humanidad no ha aprendido el equilibrio; mucho menos lo ha practicado. Se guía por la codicia y la ambición; se conduce por el miedo. De este modo acabará por aniquilarse. Pero la naturaleza sobrevivirá, al menos las plantas.

»En verdad, la felicidad arraiga en la sencillez. La tendencia al exceso en el pensamiento y en la acción disminuye la felicidad. El exceso nubla los valores básicos. Los religiosos nos dicen que la felicidad se logra llenando el corazón de amor, fe y esperanza, practicando la caridad y brindando bondad. En verdad tienen razón. Dadas estas actitudes, habitualmente vienen el equilibrio y la armonía. Son, colectivamente, un estado del ser. En estos tiempos son un estado alterado de conciencia. Es como si la humanidad no permaneciera en su estado natural mientras vive en la Tierra. Tiene que llegar a un estado alterado a fin de llenarse de amor, caridad y sencillez, para sentir pureza, para deshacerse de sus temores crónicos.

»¿Cómo se llega a ese estado alterado, a ese otro sistema de valores? Y una vez que se llega a él ¿cómo sustentarlo? La respuesta parece simple. Es el denominador común de todas las religiones. La humanidad es inmortal; lo que hacemos ahora es aprender nuestras lecciones. Todos estamos en la escuela. Todo es muy simple, si se puede creer en la inmortalidad.

»Si una parte del ser humano es eterna (y en la historia hay sobradas evidencias para pensarlo así), ¿por qué nos tratamos tan mal? ¿Por qué pasamos por encima del prójimo en "provecho" personal, si en realidad estamos desechando la lección? Al parecer, todos vamos hacia el mismo sitio, aunque a diferente velocidad. Nadie es más grande que los demás.

»Analicemos las lecciones. Intelectualmente, las respuestas siempre han estado ahí, pero esta necesidad de actualizarlas por experiencia, de hacer permanente la huella subconsciente al "emocionalizar" y practicar el concepto, es la clave de todo. No basta memorizar en la escuela dominical. Parlotear sin practicar de nada sirve. Resulta fácil leer sobre el amor, la caridad y la fe, o conversar sobre ello. Pero practicarlos, sentirlos, requiere casi un estado alterado de conciencia. No se trata del estado transitorio inducido por las drogas, el alcohol o una emoción inesperada. El estado permanente se alcanza mediante el conocimiento y la comprensión. Se mantiene mediante la actividad física, mediante la acción y la práctica. Consiste en tomar algo casi místico y transformarlo en cosa de todos los días mediante la práctica, haciendo de eso un hábito.

»Comprendamos que nadie es mejor que otro. Sintámoslo. Practiquemos la ayuda al prójimo. Todos remamos en el mismo bote. Si no lo hacemos juntos, nuestros equipos se encontrarán muy solos.»

Otra noche, en un sueño diferente, hice una pregunta: «¿Por qué dice usted que todos somos iguales, cuando las contradicciones obvias son tan evidentes? ¿Diferencia en las virtudes, en el temperamento, el dinero, los derechos, la capacidad y el talento, la inteligencia, la aptitud para las matemáticas, y así hasta el infinito?»

La respuesta fue una metáfora: «Es como si dentro de cada persona se pudiera encontrar un gran diamante. Imaginemos un diamante de un palmo de longitud. Ese diamante tiene mil facetas, pero todas están cubiertas de polvo y brea. La misión de cada alma es limpiar cada una de esas facetas hasta que la superficie esté brillante y pueda reflejar un arco iris de colores.

»Ahora bien, algunos han limpiado muchas facetas y relucen con intensidad. Otros sólo han logrado limpiar unas pocas, que no brillan tanto. Sin embargo, por debajo del polvo, cada persona posee en su pecho un luminoso diamante, con mil facetas refulgentes. El diamante es perfecto, sin un defecto. La única diferencia entre las diferentes personas es el número de facetas que han limpiado. Pero cada diamante es el mismo y cada uno es perfecto.

«Cuando todas las facetas estén limpias y brillen en el espectro de la luz, el diamante volverá a la energía pura que fue en su origen. La luz permanecerá. Es como si el proceso requerido para hacer el diamante se invirtiera, liberada ya por toda la presión. La energía pura existe en el arco iris de luces, y las luces poseen conciencia y conocimiento.

»Y todos los diamantes son perfectos.»

A veces, las preguntas son complicadas y las respuestas, simples.

—¿Qué debo hacer? —preguntaba yo en un sueño—. Sé que puedo tratar y curar a la gente que sufre. Vienen a mí en mayor número de los que puedo atender. Estoy muy cansado. Pero ¿puedo negarme cuando me necesitan tanto? ¿Es correcto decir «Ya basta»?
—Tu papel no es el ser un salvavidas —fue la respuesta.

El último ejemplo que voy a citar fue un mensaje a otros psiquiatras. Desperté a eso de las seis de la mañana; en mi sueño había estado dando una conferencia a una vasta congregación de psiquiatras.

«En la carrera hacia la cada vez mayor incorporación de la medicación en psiquiatría, es importante que no abandonemos las enseñanzas tradicionales de nuestra profesión, aunque a veces parezcan vagas. Somos nosotros quienes aún conversamos con nuestros pacientes, con paciencia y compasión. Aún nos tomamos tiempo para hacerlo. Facilitamos el entendimiento conceptual de la enfermedad, curando con comprensión y mediante el descubrimiento inducido del conocimiento de sí mismo, no sólo con rayos láser. Aún utilizamos la esperanza para curar.

»En esta época actual, otras ramas de la medicina consideran que estos enfoques tradicionales de la curación son demasiado ineficaces, que consumen tiempo y no tienen base. Prefieren la tecnología al diálogo, la química de sangre analizada por computadora a la química personal entre el paciente y el médico, que cura al paciente y proporciona satisfacción al médico. Los enfoques idealistas, éticos, personalmente gratificantes de la medicina, pierden terreno ante los económicos, eficientes, aislantes y destructores de la satisfacción. Como resultado, nuestros colegas se sienten cada vez más aislados y deprimidos. Los pacientes, masificados y vacíos, como si nadie se ocupara de ellos.

«Debernos evitar la seducción de la alta tecnología. Antes bien, deberíamos ser modelos para nuestros colegas. Deberíamos demostrar que la paciencia, la comprensión y la compasión ayudan tanto al paciente como al médico. Reservar más tiempo para dialogar, para enseñar, para despertar la esperanza y la expectativa de curación: estas cualidades del médico-curandero, medio olvidadas, son las que debemos emplear siempre, como ejemplo para nuestros médicos colegas.

»La alta tecnología es maravillosa para la investigación y para facilitar la comprensión de la enfermedad humana. Puede ser un valioso instrumento clínico, pero jamás reemplazará las características y los métodos inherentemente personales de los verdaderos médicos. La psiquiatría puede ser la más digna de las especialidades médicas. Somos los maestros. No deberíamos abandonar este papel en aras de la asimilación: ahora, menos que nunca.»

Comprendamos que la vida no es sólo lo que tenemos a la vista. La vida va más allá de nuestros cinco sentidos. Seamos receptivos a los conocimientos y experiencias novedosos. «Nuestra misión es aprender, llegar a ser como Dios mediante el conocimiento.»


domingo, 14 de octubre de 2012

Un salteadito...


¡QUÉ VIOLENTO!
Hoy, todo es violento.
Es lo mismo un “andá a lavarrrrrrrte el orrrrrrrrrrto” que  quince puñaladas. Todo es lo mismo. Parece que da igual que te miren torcido o que te pasen por arriba con un Scania… todo es VIOLENTO.
¿Soy yo, o banalizar sólo naturaliza?
Tengo la incomodísima sensación que, al banalizar, todo termina siendo lo mismo. Pero, en principio, TODO NO ES LO MISMO.
Me parece que al banalizarlo, el “hijo de puta” es el mismo para insultar como para reconocer a alguien.
¡¿Cómo?!, ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh!, la diferencia está en el “tonito”… ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh!, ahora sí.
¡En fin!
Que todo termina siendo lo mismo, pero voy a insistir en estas frases nunca dichas: TODO NO ES LO MISMO.
¿No será una exageración?
Digo, porque voy a coincidir en que la violencia está en un punto muy alto, del que no puedo decir que sea el zenit, pero está muy arriba. Ahora…
¿Toda violencia es igual?
Veamos, la RAE (Real Academia Española) la define así:
violencia.
(Del lat. violentĭa).
1. f. Cualidad de violento.
2. f. Acción y efecto de violentar o violentarse.
3. f. Acción violenta o contra el natural modo de proceder.
4. f. Acción de violar a una mujer. - ¿QUE UN HOMBRE SEA VIOLADO, NO ES VIOLENCIA?
violentar.
1. tr. Aplicar medios violentos a cosas o personas para vencer su resistencia.
2. tr. Dar interpretación o sentido violento a lo dicho o escrito.
3. tr. Entrar en una casa u otra parte contra la voluntad de su dueño.
4. tr. Poner a alguien en una situación violenta o hacer que se moleste o enoje. U. t. c. prnl.
5. prnl. Dicho de una persona: Vencer su repugnancia a hacer algo.
violento, ta.
(Del lat. violentus).
1. adj. Que está fuera de su natural estado, situación o modo.
2. adj. Que obra con ímpetu y fuerza.
3. adj. Que se hace bruscamente, con ímpetu e intensidad extraordinarias.
4. adj. Que se hace contra el gusto de uno mismo, por ciertos respetos y consideraciones.
5. adj. Se dice del genio arrebatado e impetuoso y que se deja llevar fácilmente de la ira.
6. adj. Dicho del sentido o interpretación que se da a lo dicho o escrito: Falso, torcido, fuera de lo natural.
7. adj. Que se ejecuta contra el modo regular o fuera de razón y justicia.
8. adj. Se dice de la situación embarazosa en que se halla alguien.
Bueno, de lo que acabo de buscar saco dos conclusiones:
1)      A los hombres nos pueden violar con tranquilidad porque no se considera violencia.
2)      El lenguaje hace que todo sea igual, ¿qué diferencia existe entre los puntos 2 y 3 de la definición de violento, ta?
Y como la definición es violenTO, TA, se me ocurrió buscar la definición de PUTO, como para ver si valía aquello de “primero las damas”, que en la definición anterior no se cumplió.
puto, ta.
(De puta).
1. adj. vulg. U. como calificación denigratoria. Me quedé en la puta calle.
2. adj. vulg. U. c. antífrasis, para ponderar. Ha vuelto a ganar. ¡Qué puta suerte tiene!
3. adj. vulg. U. para enfatizar la ausencia o la escasez de algo. No tengo un puto duro.
4. m. sodomita  (que practica sodomía)
(De Sodoma, antigua ciudad de Palestina, donde se practicaba todo género de actos deshonestos).
1. f. Práctica del coito anal.
¿POR HACER SEXO ANAL SE ES PUT@?
5. m. prostituto. (1. m. y f. Persona que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero.)
Pero también me fijé en VIEJO, JA; LINDO, DA; ALTO, TA… Y, no. “Las damas primero”, no.
Ahora volveré al tema principal, pero estoy como asombrado:
La RAE no incluye como definición de PUT@ al que garcha a diestra y siniestra, lo que sería, en principio, bastante piola. Peeeero se le ¿escapó? un sodomita. Y aunque después “aclara”, resulta que remite a la religión, ya que Sodoma y Gomorra (http://es.wikipedia.org/wiki/Sodoma) son ciudades nombradas en La Biblia. Y se le escurrió un “todo género de actos deshonestos”.
homosexualidad.
1.       f. Inclinación erótica hacia individuos del mismo sexo.
erótica.
1. f. Poesía erótica.
2. f. Atracción muy intensa, semejante a la sexual, que se siente hacia el poder, el dinero, la fama, etc.
erótico, ca.
(Del lat. erotĭcus, y este del gr. ἐρωτικός).
1. adj. Perteneciente o relativo al amor o al placer sexuales. Sentía una fuerte atracción erótica hacia ella.
2. adj. Que excita el deseo sexual. Juegos eróticos.
3. adj. Dicho de un género o de una obra literarios o de otro tipo: Que tratan del amor sensual o el deseo amoroso.
4. adj. Dicho de un autor: Que cultiva el género erótico.
Y por último…
amor.
(Del lat. amor, -ōris).
1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
2. m. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
3. m. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
4. m. Tendencia a la unión sexual.
5. m. Blandura, suavidad. Cuidar el jardín con amor.
6. m. Persona amada. U. t. en pl. con el mismo significado que en sing. Para llevarle un don a sus amores.
7. m. Esmero con que se trabaja una obra deleitándose en ella.
8. m. p. us. Apetito sexual de los animales.
9. m. ant. Voluntad, consentimiento.
10. m. ant. Convenio o ajuste.
11. m. pl. Relaciones amorosas.
12. m. pl. Objeto de cariño especial para alguien.
13. m. pl. Expresiones de amor, caricias, requiebros.
14. m. pl. cadillo (planta umbelífera).
Bueno… que el lenguaje, también, hace que todo sea lo mismo.
Hace poco, en una conversación entre amigos, alguien dijo “… es que con la boluda esa, nos llevamos bárbaro” y yo acoté “¡pero sí!, con esa conchuda de mierda nos llevamos bárbaro”, como un método para hacer notar que todo está dando lo mismo y porque diez minutos antes habíamos estado hablando de esto mismo.
La cosa es que hoy todo es violencia. Pero resulta que resulta violento un amplio espectro de cuestiones que, realmente, todavía no sé en qué violentan:
¿Calificar en rojo o verde era violento, amonestar?...
La cosa es que TODO ES VIOLENTO. Cuando conviene.
Y el lenguaje hace lo suyo, muchas veces, naturalizando lo que no debería naturalizarse y queriendo darle una tonalidad “amable” a lo que no tiene ni medio de amable, simpático ni algo por el estilo. Entonces hablamos de  “Sociedad incluyente”, pero si prestamos atención, está llena de “negros de mierda”, “judíos amarretes”, “musulmanes terroristas”, “enanos de mierda”, “rengos resentidos”, “putos y/o tortas y/o travas de mierda”, “villeros putos”, “bolitas”, “paraguas”, “perucas”, “brasucas”…  Y toda una larga lista de clasificaciones que, parece, no son ni violentas ni excluyentes. Pido disculpas por si alguien se siente ofendido, pero se trata de una horrible enunciación de algunas frases mucho más que desafortunadas, pero que circulan y, por desgracia, siguen manteniendo vigencia. Pero todo tiene una justificación, entonces aparece un “es un decir”, “es de alma”, “es de cariño”…
Como será que, hablando con alguien que padece una discapacidad, quejándose de la atención que recibía, me dijo: “… y esa negra de mierda…”, a lo que sólo pude contestar: “¡MUY BIEN!, acabás de tirar a la mierda lo mismo por lo que estás luchando”.
Me acordé de Susanita (personaje de Mafalda) que en alguna tira dice “el problema con los pobres es que, además, tienen muy mal gusto para vestirse”.
Parecería que hubo una corriente que, intentando calmar algunas prácticas, se fue al re carajo y… así estamos.
No creo que haya modo de comparar un reglazo en los dedos puestos “en montoncito” con las amonestaciones. Y no consigo asemejar el gorro con orejas de burro en el rincón, con las notas en rojo o verde… ¡Qué sé yo! TODO NO ES LO MISMO.
Y sin embargo, así vamos.
Con la TV ensalza a un violador, pederasta, que pagó por su delito pero que lo sigue mostrando como “un personaje”, dejando entrever que es simpático. O que muestra el modo horrible en que algún ¿ser? se refiere a una enfermedad. O que en cualquier momento repite como un camión atropella a una persona. O como grupos de gente se agarran a trompadas.
Con los barrabravas es lo mismo. Viven a costillas de los clubes, son funcionales a los dirigentes y, realmente, al club no le aportan NADA DE NADA. Peeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeero, para muchos “son parte del folclore del fútbol”. Entonces si se les aplica el “derecho de admisión”, resulta que los están discriminando. Aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhh, mirá qué lindo. Pero que los tipos se falopeen ahí, te afanen, entren bebidas alcohólicas, prepeen a todo el mundo no es motivo para discriminarlos.
Todo no es lo mismo.
Lamento decir, de nuevo, todo no es lo mismo. Lo que no está bien, definitivamente, no lo está.

 

Y, mientras me bañaba, se me ocurrió.

Y acá estoy escribiendo. Es un hermosísimo domingo, apenas nublado y con un plan inicial para nada parecido a lo que está ocurriendo.
Pero, bueno… Así se dio.
Hoy me levanté, mateé en la cama, la solté a Simona en el baño, me corté el pelo e iba planeando para donde iba a ir a caminar hasta que…
¡¡¡SE ME ASOMÓ UNA IDEA!!!
Y ya conté que mis ideas son así, tienen vida propia. Asoman y me hacen un quilombazo en el marote.  Bueh, al final acá estoy, tratando de poner por escrito lo que se me fue perfilando en ideas.
Hace tiempo que digo que no quiero participar de tanta mala onda que anda dando vuelta. De hecho, hice una muy simple guía para que me dejen afuera de toda pelea, insulto, enojo…
¿Y por qué? Porque NO QUIERO SER PARTÍCIPE. Quiero vivir tranquilo, y con tanto enojo alrededor, es imposible. Pero, además, NO ME GUSTA ESCUPIR AL CIELO: en algún momento, cae. Entonces, quiero mantenerme y que me mantengan al margen.
Pero, y justamente por los enojos, es que el germen de idea apareció y está en desarrollo.
Me impresiona ver tanta gente enojada. Me impresiona ver tanta gente TAN enojada. Y me pregunto ¿Por qué no aflojan un poco? Claro, muchas veces no se puede. Pero vuelvo a preguntarme ¿No se dan cuenta que siempre es igual?
¡¿Eh?!
Sí, siempre es igual. Hay mucha gente muy enojada con el gobierno. Acá, con el nuestro. Y en otros países con los suyos respectivos.  Y están tan enojados que no se dan cuenta QUE CON LOS POLÍTICOS SIEMPRE ES IGUAL. No existe (ni existió) un solo político al que le importara ALGO MÁS QUE SU PROPIO PROYECTO, CAMUFLADO DETRÁS DE UN PROYECTO MÁS GLOBAL.
Y voy a aclarar algo: estoy, en general, en contra de las generalizaciones; pero en este caso, me viene bárbaro. Además ya dije que soy un tipo contradictorio.
Sigamos…
Y pido disculpas si alguien se siente molesto, pero se trata de mi punto de vista. Por tanto, podemos no coincidir y, entonces, quizá debas dejar de leer acá.
No conozco, ni sé, de político alguno que sea o haya sido NI SIQUIERA MÍNIMAMENTE generoso por el simple hecho de serlo. Si lo fueron, siempre hubo una mezquina intención detrás. Intención que, claro, después se tradujo en utilización y terminó siendo todo un círculo de muy cuestionable virtuosidad. Y todo esto es tan viejo como el Cabildo abierto del 22/05/1810. Creo que el único que me genera alguna duda sobre esta certeza es Illia. Todos los demás caen perfecto en el molde descripto. Al menos en mi opinón. Sin embargo no puedo dejar de excluir de tanta generalización a gente como Moreno, San Martín (y según yo, hasta ahí nomás), Belgrano, Güemes… Si se me ocurre alguien más, después lo agregaré.
Pero hoy hay mucho enojo y parece que todo fuera nuevo. Lamento decir que NADA NUEVO HAY BAJO EL SOL, que no por repetido pierde certeza.
Por alguna causa se deposita en alguna gente, y en los  políticos en particular, una expectativa que DE MOVIDA YA SABEMOS QUE NO SERÁ CIERTA. Se dice, se repite y se tiene por bien aceptado, aquello de “la política es el ¿arte? de hacer posible lo imposible”, o sea… una típica frase de mierda, que luego se usará para justificar cualquier cuestión injustificable. Igual que los abogados, que se la pasan repitiendo “es legal”, como si la legalidad alcanzara para algo. O, mejor dicho, como si la legalidad pudiera explicar otras faltas. Tanto una como la otra, me suenan a “calenchu, chiva, chiva”, o a la versión maradoniana “sigan chupando”.
Pero no hay caso, hay mucho enojo. Y en ese enojo, se generaliza y se salpica a todo el mundo, como si todo el mundo debiera ser salpicado. Y canto “salpicré” es  casi como señalar con el índice… Estamos todos, y por algún motivo, metidos en un caldo por demás asqueroso.
¡¡¡¿ESTÁN TODOS LOCOS?!!!
Yo asumo mis contradicciones, pero no veo que muchos lo hagan. Entonces postean millones de cuestiones RE ZEN, y al toque, se mandan un baldazo de mierda que salpica para todos lados. Y me resulta inevitable preguntarme ¿cómo no se dan cuenta?
Que cada uno haga lo que pueda, lo que quiera, lo que le salga, pero ¿es posible no darse cuenta de lo contradictorio de lo hecho?
Postean un “el que siembra viento, cosecha tempestades” y, dos minutos después, descerrajan un sinfín de maldiciones, tarántulas y culebras y me pregunto ¿no te das cuenta que estás haciendo EXACTAMENTE LO MISMO QUE ESTÁS CRITICANDO?
Justamente por lo anterior es que no tomo partido. Porque mientras unos se enojan con otros, mientras escucho “¡CLARÍN MIENTE!” me pregunto ¿el gobierno, no?  Pero también me queda claro que ES CIERTO QUE CLARÍN MANIPULA, miente, engaña, tergiversa como lo hace 678, o como lo hacen los POLÍTICOS, los abogados, los médicos… En definitiva: TODO EL MUNDO QUE TIENE ALGÚN TIPO DE INTERÉS, MANIPULA.  Y de nuevo la misma pregunta ¿no se dan cuenta que critican lo mismo que están haciendo? ¿No se dan cuenta que terminan permitiendo que, para un lado u otro, los usen? Y se me ocurre acotar: “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.
Y en algún punto, la pregunta también es: ¿no se dan  cuenta que están siendo serviles a algo? Los que se encolerizan a favor, al aparato oficialista. Los que se encolerizan en contra, al aparato opositor. No se trata de ser “neutral”, pero creo que hay que parar un minuto, mirar, respirar profundo y volver a arrancar. Porque en todo este menjunje, TODO VA SER SIEMPRE IGUAL: Los que laburamos seguiremos pagando todo, y los acomodados zafarán mientras puedan, porque a ellos también se les va a acabar. Y ESTO SIEMPRE Y CON TODOS LOS GOBIERNOS FUE IGUAL. Siempre pagamos los que siempre pagamos y zafan los que pueden Y LOS DIRIGENTES. Es una cuestión de decisión propia y de oportunidad. En mis escasos cuarenta y nueve añitos, esta rueda ya la vi girar Y SIEMPRE E IGUAL. Los boludos se pelean, para que los dirigentes la pasen bárbaro. Porque… ¿cuándo hemos visto a un expresidente pagando por las hijoputeces hechas? De La Rúa, es el único y porque debe responder por unas cuantas de las que es responsable. Aunque BIEN SABEMOS QUE VARIOS DEBERÍAN ESTAR EN EL MISMO LUGAR, y sin embargo… está sólo él porque es un pelotudo. Lo que se podría decir “un perejil”.  Mientras “la gente” es “fuerza de choque”, los políticos SE MIRAN DE REOJO, PERO ESTÁN A LOS BESOS Y ABRAZOS, porque “entre bueyes no hay cornada”, “una mano lava la otra y las dos lavan la cara”, “entre bomberos no se pisan la manguera” e infinidad de frases hechas que los definen más que bien.
Pero no hay caso. Parece que no podemos aprender. Y los unos se requetecontra enojan con los otros AL DIVINO PEDO.
Y los enojos son de tal magnitud que se llegan a desear las cosas más horribles, que ya se desearon antes. Alguna vez, una pintada decía “VIVA EL CÁNCER” y hace poco la pintada también apareció. Y es en estas cuestiones donde digo: ¡PAREMOS UN POCO! Un enojo, por profundo que sea, no justifica lo injustificable. Así como la muerte, no redime.
Y mi apuesta es A BAJAR LOS DECIBELES DE TANTO ENOJO. Los quiero bajar porque estoy seguro que nada de todo esto va a terminar siendo bueno para alguien. Y por eso no quiero mierda en mi muro, ni a mi alrededor. Y por eso es que voy a insistir en que NO DEBEMOS ESCUPIR AL CIELO, PORQUE VA A TERMINAR CAYENDO. Y vamos a terminar TODOS salpicados.
Intento hacer un llamado a que nos calmemos. Tanto enojo sólo carga el aire, exaspera los ánimos, aplasta el entusiasmo. Tranquilidad, gente, tranquilidad. Todo lo que empieza, necesariamente, se acaba.  Paz y tranquilidad entre nosotros, porque cuando “ellos” ya no estén ahí, en el lugar que están ahora, nosotros vamos a seguir acá, siendo vecinos, amigos, conocidos… y “ellos” seguirán COMO SIEMPRE ESTUVIERON: ACOMODADOS, MUY BIEN ACOMODADOS.
Alguien podría pensar que no salir a “decir” es como “el que calla, otorga”. No se trata de “el que calla otorga”, porque es muy fácil la descalificación. El que calla, quizá, está siendo prudente, cauteloso, cuidadoso para generar una respuesta “sana”. Quizá otorgue, pero NO NECESARIAMENTE.
Me impresiona ver el nivel de agresividad y que se justifique como cuando íbamos a la primaria: “él empezó primero”, “también, con lo que dijo”, “¡¿ves?, mirá lo que está haciendo!” y toda una larga lista de justificaciones que, de tan infantiles, casi me resultan increíbles. Momento, ya crecimos, ya nos cascotearon, ya vimos unas cuantas como para no haber capitalizado nada. Es nuestra decisión reaccionar como reaccionamos y responsabilizarnos por hacerlo, porque siempre caemos en la conducta adolescente de culpar a los demás. No se puede vivir contenido, pero tampoco explotando todo el tiempo. El ser “leche hervida”, no califica. Ya crecimos. ¿Hasta cuándo vamos a usar, según nos convengan, los argumentos? Lo que no está bien, NO LO ESTÁ. Y son nuestras acciones las que nos definen, FUNDAMENTALMENTE, frente a nosotros mismos. ¿Cómo te ves después de haberle deseado a  CUALQUIERA que tenga una enfermedad horrible? Y no lo digo sólo por el gobierno, lo digo por TODO: por los jugadores cuando pierden, los DT, los corredores, los colectiveros, los barrenderos, los ciclistas, las palomas… NO IMPORTA. ¿Alcanza con un “es que soy un leche hervida” para justificar semejante brutalidad? DEJÉMONOS DE JODER. TODO NO ES LO MISMO.
Pero nos cuesta encontrar un medio. Parece que todavía no se entiende que LA VIDA NO ES BLANCO Y NEGRO, los GRISES ESTÁN AHÍ, son. Entonces la vida es BLANCO, NEGRO Y GRISES. Pero, no. O estamos en un extremo o estamos en el otro. Pero buscar un punto medio, parece que nunca resulta ser una opción. Y en el medio, los que agitan la situación. Y a cada lado, los bandos: los que están a favor devayaunoasaberqué y los que no están a favor devayaunoasaberqué. Pero resulta ser que los que agitan, están divirtiéndose, viendo como los bandos se comen las tripas. ¡QUÉ LINDO!, pero fundamentalmente ¡QUÉ NOVEDOSO!, NUNCA ANTES NOS PASÓ ALGO ASÍ. Vaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaamos, dejémonos de joder. Aflojemos un poco.
La cosa es que: no quiero participar de las largas cadenas de odio que veo. Cadenas que, los que la forman, saben que lo están haciendo. Yo pido que aflojen, nada bueno nos va a resultar de tanto odio. Y si no quieren aflojar, yo decidí que no voy a ser parte.
La cosa es que: no quiero participar de las largas cadenas de veneración a gente que no venera más que su propio proyecto, que a medida que avanza se distancia de mucha gente. Yo pido que aflojen con la veneración irrestricta. Y si no quieren aflojar, yo decidí que no voy a ser parte.
La cosa es: Yo decidí que hay un punto que, a mi entender, es una especie de medio. O es tan medio como yo puedo hacerlo medio. Ni todo es una maravilla, ni todo es el mismísimo infierno.  Acá, las personas somos personas: con lo bueno y lo no tanto, pero tratando de alentar lo mejor que cada uno pueda dar y tratando de desalentar lo que nos estanca, tira para abajo…
La cosa es: Aflojemos un poco, porque en definitiva todo nos afecta a todos. Me mata cuando digo una frase TAN POCO CONOCIDA.

martes, 2 de octubre de 2012

Un poco de recuerdos...

En 2012 tengo apenitas cuarenta y nueve añitos.
Tener apenas cuarenta y nueve añitos, significa que hay toda una banda de coetáne@s que están en la misma. O, poco más o menos, en la misma.
La cosa es que en la época en que me crié, existían en la vida real, los villanos. Pero esos eran villanos de verdad. Hasta con nombres de villanos "denserio".
El patriarca de los villanos era “El Diablo”, (a) Satanás, (a) Belcebú, (a) Demonio, (a) Lucifer, (a) Luzbel… Y era un villano muy villano. Algo así como Lord Voldermort  para Harry Potter. El tipo tenía, supuestamente, méritos propios y la Iglesia Católica, Apostólica, Romana se encargaba de remarcarlo. Pero además nos repetía a cada rato que teníamos que sentir “temor de Dios”, con lo que lo ponían un poco en el lugar del villano. Con el tiempo lo cambiaron porque parece que les resultó un poco pianta feligreses. No sé si les dio resultado, pero cambiaron “la libre interpretación de La Biblia”.
Pero en casa teníamos unos más reales: “El Cuco” y “El Viejo De La Bolsa”. Estos eran de la familia. Podían estar en todas partes, incluso debajo de la cama o dentro del ropero. Ahora que lo pienso… ¿no sería otro nombre para el “Pata de lana”? MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM…
La cosa es que tanto El Cuco como El Viejo De La Bolsa, eran parientes.  En general estaban en el lugar de la tía bigotuda, pero como nada es tan así, a veces cambiaban de rol y aparecían dulcemente en una guerra de cosquillas (como el que nos cosquilleaba) o en una soplandenga de ombligo (como el que nos soplaba el ombligo).
Pero, por lo general, tanto El Cuco (que en su versión foránea sería “El Coco”) como El Viejo De La Bolsa (que según El Chavo -y si mi memoria no cayó en un foso- sería “El ropavejero”) eran unos entes dispuestos a desanimarnos, desalentarnos, disuadirnos o convencernos de no hacer algo.  Ese “algo”, en general, era una cosa que no nos convenía, o no le convenía a quien invocaba al ente, o no nos convenía según el buen saber y entender de alguien.  Y el método era infundiendo miedo a lo que podía pasar, a que nos llevara…  No sé si cabe la comparación, pero quizá podría asemejarlo al “¡Cuándo venga tu padre ya vas a ver!”. Porque todo resultaba ser una amenaza que, por lo general y habitualmente, no se cumplía. La diferencia era que “tu padre”, seguro, llegaba y, en general, cansado y sin ganas de intervenir “en cosas de mujeres”, porque la educación de los hijos era “cosa de mujeres”. En cambio El Cuco o El Viejo De La Bolsa nunca se supo que llegaran a alguna casa. Quizá lo hicieron en la forma del “Pata de Lana”, pero así como lo conocíamos, nunca se supo. O nunca lo supe. Por la cuadra de mi casa sí pude ver al pata de lana, pero encarnado como el cartero. A ese sí lo vi.
La cosa es que, por aquel momento, un método para poner algún límite era invocar a cualquiera de los dos. No sé si alguien invocó a los dos juntos.
El tiempo se encargó de hachar aquellas figuras. El Diablo, El Cuco, El Viejo De La Bolsa cayeron en desgracia y, lentamente, se esfumaron. Se desdibujaron, desaparecieron y la sociedad los envió al destierro más frío: el olvido. Los argumentos fueron muchos, más o menos contundentes; más o menos científicamente sustentados. No importa, fueron muchos. Y la suma de todo aquello hizo que… NO MÁS CUCO NI VIEJO DE LA BOLSA. El Diablo, de tanto en tanto, zafa.
Hoy los pibes ya no los conocen. Muchos padres, tampoco. Hoy a ninguno se nos ocurre nombrarlos. A los pibes de hoy en día y a muchos padres, los asusta mucho más que se corte Internet o el cable que la llegada de Cruella De Vil.
En fin.
Hoy, por algún motivo, se me cruzó que había que rememorar a aquellos villanos tan caseros y, a la distancia, tan “naif” como estos que estuvieron en algún momento de mi (¿nuestra?) crianza.
Seguramente hay más para desgranar. Por ahora lo dejo acá, pero lo retomaré más adelante.