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miércoles, 25 de noviembre de 2015

No voté a Ménem ni a Macri.

Nunca voté, ni votaría a Macri, por las ideas que representan, sostienen y llevan adelante.
Jamás le entregué un voto para que llegara a ser (o se mantuviera como) Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ni lo hice en estas elecciones en las que se presento, y ganó, la presidencia de la Nación.
Nunca lo voté, ni lo votaré.
Es lo mismo que con Ménem: nunca lo voté, ni lo votaría. Aunque la diferencia es que, en este caso, la primera vez que se presentó, no lo voté (y voté en blanco) porque (según yo) era uno de los artífices de las intensas desestabilizaciones que acosaron al Dr. Raúl Alfonsín (http://historiaybiografias.com/alfonsin/) (incluyendo los 13 paros que le hizo la CGT), lo que derivó en la renuncia y la transmisión del mando anticipada en favor de Ménem. En la reelección no lo voté porque suficiente desagrado sentía con todo lo que él llevaba hecho, al menos en mi concepción, durante su primer mandato.
No tengo nada en contra de las personas en sí mismas, no me gustan ni convencen las teorías político - económicas que sostienen. Desde ahí, y por ahora, es que mantengo mi más enérgico rechazo. La historia que viví, la mía propia, la que puedo recordar, es la que forma mis principios y refuerza mis decisiones. Lo que vi y viví, es lo que me formó.
No obstante, deseo estar equivocándome y que este nuevo gobierno resulte lo mejor que pudo habernos pasado. Mientras esto no sea así, seguiré con mis convicciones.
Como siempre.
ACLARACIÓN: No se trata de convencer a nadie. Sólo expongo mis argumentos, de modo que no es necesario que leas. Si leés y no estás de acuerdo, tampoco importa, porque no se trata de generar un debate sobre el tema. No me interesa convencer a nadie y, mucho menos, estoy buscando que me convenzan. Se trata de mis argumentos, sólo eso. Cuando quiera, necesite o considere que es el momento de pedir nueva data, lo voy a pedir. Por ahora, con todos los argumentos que me aporta mi propia historia, me alcanza.
Si tuvieras ganas de leer, además de mis consideraciones, dejo links y algunas citas, siempre mencionando la fuente. Como dije, es parte de mi historia y acá está contada.
Resulta que nací en 1963, y por entonces los "nenes" éramos muy nenes y caí tarde en algunas cuestiones. Era común que me sacaran de las conversaciones de adultos, lo que significaba que me enteraba si escuchaba algo de casualidad. Para más, mi casa no tenía ni media configuración de participación social y/o política. Mis viejos, por motivos distintos, eran profundamente antiperonistas y muy adeptos a justificar las desapariciones con el "algo habrán hecho" y con un dicho de mi viejo: "no hay que ser pelotudos útiles", que siempre pensé que "lo sugería" en referencia a los participantes de los movimientos armados de los setenta.
Como digo, mi casa nunca estuvo muy politizada. De hecho siempre desalentaron cualquier acercamiento a las cuestiones políticas.
Sin embargo, siempre leí (en mi casa se compraba Clarín).  Y por mucho que no entendiese, leía. Claro que las comunicaciones, el acceso a la información y las posibilidades de lectura actuales no tienen ni medio que ver con las de aquella época. Teníamos radios AM, TV blanco y negro con cuatro canales de aire (único aparato en la casa y para toda la familia), diarios, enciclopedias y diccionarios desactualizados... Eran otros tiempos.
La cosa es que, supongo, tarde fui dándome cuenta de algunas cuestiones.
De las situaciones que, apenas si consigo acordarme algo, está Krieger Vassena. Éste fue, dos veces, ministro de economía de gobiernos de facto. Si tenés ganas, acá leés de él: https://es.wikipedia.org/wiki/Adalbert_Krieger_Vasena, pero a modo de resumen voy a copiar sólo lo que tiene que ver con la actividad económica (fuente Wikipedia):
"En 1966, fue designado nuevamente Ministerio de Economía del país por el gobierno de Juan Carlos Onganía, reemplazando al demócratacristiano Jorge Néstor Salimei4 , lannzo elPlan Económico, las políticas económicas de Krieger Vasena fueron las siguientes:
  • La suspensión de los convenios colectivos de trabajo, la sanción de una ley de hidrocarburos, que permitía la participación de las empresas privadas en el negocio del petróleo y la sanción de la ley de alquileres que facilitaba los desalojos, fueron las medidas con las que comenzó su gestión el nuevo ministro.
  • También se suspendieron los aumentos de los salarios por el término de 2 años; después de un pequeño aumento, se congelaron tarifas públicas y de combustibles y se estableció un acuerdo de precios con las empresas líderes.
  • La represa hidroeléctrica de "Chocón–Cerros Colorados", con el fin de solucionar un fuerte déficit energético.[cita requerida]
  • Puentes sobre el Río Paraná y otras obras viales, constituyeron junto con las obras privadas las inversiones más importantes. Esta situación favoreció fundamentalmente a los contratistas del Estado.[cita requerida]
Existieron sectores que se vieron perjudicados, como los sectores rurales y los empresarios nacionales, por la falta de protección y la desnacionalización. La tasa inflación continuó su marcha ascendente (según el índice de precios mayoristas de diciembre de cada año las cifras indican que los precios aumentaron 3.9% en 1968, 7.3% en 1969, 26.8% en 1970, 48.2% en 1971 y 76% en 1972) 5 Además, y a pesar de que se los estimuló a la tecnificación y a la modernización, se sintieron perjudicados por las fuertes retenciones a la exportación. Las provincias de Tucumán, Chaco y Misiones sufrieron enormemente al suprimirse las protecciones.
Durante el gobierno de Onganía el ministro de Economía Adalberto Krieger Vasena (1967 y 1969) aplicó diferentes medidas económicas de corte liberal. La supresión de medidas proteccionistas perjudicaron a productores regionales del Chaco, Tucumán y Misiones. Consecuentemente, el PBI cayó un 1.2 por ciento y aumentaron los precios mayoristas y minoristas. La producción agrícola, disminuyó considerablemente, al igual que el sector industrial que sufrió una crisis. Disminuyeron las reservas, y aumentó la importación de combustibles un 300 por ciento, enfatizando la dependencia extranjera de insumos. Además se produjo una devaluación del 8%.6 7 Fue reemplazado por José María Dagnino Pastore. En 1970 en medio de una crisis económico-social Onganía y su ministro fueron reemplazados, asumiendo el poder Roberto M. Levingston.
Raimundo Ongaro, dirigente gráfico de orientación sindical, ganó en marzo de 1968 la conducción de la CGT, que de a poco se dividió.
La CGT de los Argentinos, creada a raíz de la división, cuyo líder fue el mismo Ongaro, encabezó un movimiento de protesta que el gobierno controló con amenazas y ofrecimientos. El grupo de Augusto Timoteo Vandor, carente por entonces de espacio para su política y los llamados "participacionistas", se reunieron. El mismo fue asesinado el 30 de junio de 1969, en su oficina de la Unión Obrera Metalúrgica.
En ese grupo de Vandor tenían centradas las esperanzas algunos militares que rodeaban a Onganía en que se podría iniciar el tiempo social. Por otro lado los empresarios rurales fueron escuchados por ciertos militares, quienes querían un desarrollo más nacional, más popular. Esto trajo tensión entre Onganía y el Ministro de Economía Entonces, a mitad de año Onganía relevó a los tres Comandantes en Jefe y reemplazó a Julio Alsogaray por Alejandro Agustín Lanusse. Por otro lado, grupos que apoyaban a Krieger Vasena, pensaron en buscar una sólida política a las desavenencias con Onganía.
En 1969 estalló en Córdoba un movimiento (conocido como "Cordobazo") que se venía gestando entre estudiantes de Universidades de distintas provincias y un fuerte grupo sindical de la provincia de Córdoba, donde se concentraban las principales fábricas automotrices.
El 29 de mayo de 1969, a raíz de una huelga general, obreros y estudiantes poblaron las calles cordobesas. Se produjo un fortísimo enfrentamiento con la policía que generó aún más violencia. Finalmente, intervino el Ejército y el 31 de mayo, lentamente se restableció el orden.
A fines de 1969, Onganía, al ver su autoridad resentida, la salida de los capitales extranjeros y una posibilidad de que reapareciera un brote de inflación, intentó modificaciones. Reemplazó entonces a Krieger Vasena por José Maria Dagnino Pastore".
Luego recuerdo el agite, las idas y vueltas, la efervescencia por el retorno de Perón, las negociaciones con Lanusse, Cámpora, el breve gobierno de éste (y acá un video http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=100359), la asunción de Perón en 1973, de su muerte (y del vertiginoso descontrol que se desató a partir de ahí) en 1974, de su reemplazo por María Estela Martínez de Perón (a la que se le decía "la lechuga, por que López la Rega", en alusión al amorío entre ambos; o "la perona", por ser la última esposa de Perón) de la importancia que López Rega... Y del RODRIGAZO. A modo de brevísima reseña, acá dejo un estracto del artículo en Wikipedia: "Asume el 2 de junio de 1975. El día 3 anuncia un aumento en las tarifas de pasajes aéreos y varios turistas quedaron varados porque se los obligaba a reconocer los aumentos de los pasajes de regreso. Rodrigo decía: “El que viaja no produce, pero sí gasta”. Y finalmente el 4 de junio anuncia el ajuste principal que consistía en:
Devaluación de más de un 150% del peso en relación al dólar comercial
".
Tengo MUY VÍVIDAMENTE PRESENTE el recuerdo de la escasez de productos. Faltaba azúcar (y se reemplazaba con azúcar negra, rubia, miel o lo que se consiguiese), faltaban combustibles (y como mi casa se calefaccionaba con estufas a querosén, había que recorrer muchas estaciones de servicio hasta conseguir alguna que tuviera), faltaba harina... Y recuerdo las colas que había que hacer para conseguir todo lo que faltaba.
Así llegamos al último período de interrupción democrática, al que denominaron "Proceso de reorganización nacional". Un desastre en todos los aspectos. TODOS. No hay un sólo aspecto que resulte rescatable, sino, para indicar claramente lo que es la barbarie en manos del estado. Cabe aclarar que, como a miles de argentinos, jamás tuve un inconveniente con las fuerzas armadas; sin embargo, fue una catástrofe. Un sitio muy interesante es este http://www.me.gov.ar/efeme/24demarzo/dictadura.html, que le pertenece al Ministerio de Educación. Las medidas económicas, al principio, estuvieron a cargo de un tal José Alfredo Martínez de Hoz. Parecería que, en lo político, muchos neoliberales coquetean con la toma del poder sin importar los como. Así, el diario La Nación, al día siguiente de haber ganado Macri las elecciones, publicó una solicitad vegonzosa: http://www.lanacion.com.ar/1847930-no-mas-venganza. Y tan vergonzante resultó, que hasta los periodistas y empleados del mismo diario, la repudiaron (https://www.google.com.ar/webhp?sourceid=chrome-instant&ion=1&espv=2&ie=UTF-8#q=repudios+a+la+editorial+de+la+nacion).
Volviendo al último gobierno de facto, acá hay algunas tapas del 24/03/1976 de diarios.
Por estos tiempo de gobiernos militares, aparecen los términos: Chicago Boys, plata dulce (que, por si quisieras, existe una película homónima que retrata perfectamente la época), el "deme dos" (frase que aludía a los que iban a Miami a comprar, y pedían de a dos); el "algo habrán hecho" (que pretendía justificar las desapariciones); "los argentinos somos derechos y humanos" (porque empezaba a hablarse de las desapariciones forzadas de personas y estaba por llegar una comisión de no me acuerdo quien y trataban de cubrirse); "el silencio es salud"... Aparece algo de la modernidad y empiezan a expropiarse casas para construir autopistas. Será Osvaldo Cacciatore quien se encargue de esta tarea y de intentar erradicar las villas. De hecho, si tenés ganas, hay información que muestra el descenso en la cantidad de vecinos en asentamientos, como consecuencia del Mundial 78: En estos dos documentos, uno del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el otro del Gobierno Nacional, se muestra ese descenso:
 http://ssplan.buenosaires.gov.ar/dmdocuments/Informe%20aspectos%20sociales%20MT.pdf,

Martínez de Hoz tuvo algo que ver con la trágicamente conocida "circular 1050" (Fuente: Historia y Biografías -http://historiaybiografias.com/economia76/- Así, mientras los plazos fijos y las financieras se reprodujeron ferozmente, los que tomaron créditos hipotecarios durante esa época terminaron pagando tasas usurarias: el ejemplo fue la de la recordada circular 1050 del Banco Central, que determinó que miles de ahorristas terminaran pagando tasas siderales o que debieran entregarle sus viviendas al banco, ya que los intereses, fijados por un mercado de tasas que llegaron a mas del 100 por ciento al año, tornaba impagables los préstamos.)
Aparece Lorenzo Sigaut, con su famosa "el que apuesta al dólar, pierde". No sólo mintió, sino que agudizó la debacle. Por 1982, Domingo Felipe Cavallo, asume al frente del Banco Central de la República Argentina. Se dice que él fue responsable de estatizar la deuda de las empresas privadas. Pero, el mismo Cavallo lo niega: http://www.cavallo.com.ar/yo-no-estatice-la-deuda-privada-en-1982-fui-el-unico-que-denuncio-que-se-proponian-a-hacerlo/. De todos modos: 1) fue funcionario del último gobierno de facto; 2) fue parte de los funcionarios que accionaron con teorías neoliberales; 3) está orgulloso de ser un neoliberal. La dictadura deja un país destrozado en todos los sentidos. El 01/06/1983, aparece una nueva moneda: El Peso Argentino, que de movida, le recortó cuatro ceros a la moneda.
Y llega el 10/12/1983, asume el Dr. Raúl Ricardo Alfonsín y todas las expectativas puestas en recuperar la democracia. La verdad, fue un período de mucha agitación. Acá podés leer varias cuestiones ocurridas durante su gobierno: http://economiaargentinahoy.blogspot.com.ar/2009/03/el-gobierno-de-raul-alfonsin.html.  Durante esta etapa aparecen el Plan Austral y el Plan Primavera. Y 6 meses antes de su fecha, renuncia.
Así llega Ménem.
Como dije, a Carlos Ménem nunca lo voté. La primera vez, por casualidad, pero la segunda, por convicción. Con él volverá Cavallo.
Los gobiernos de Ménem transcurrieron entre el 08/07/1989 y el 10/12/1999. Cavallo lanza el "Plan de Convertibilidad", una inmensa mentira que destruyó la economía nacional. Se estatizaron todas las empresas públicas, todo se importó, muchas fábricas (particularmente PYMEs) cerraron, se eliminó la educación técnica, la gente buscaba emigrar. Fue un gran caos. Para muchos, la mayoría. Para otros pocos muchos, una gran joda. Si miran el gráfico con la evolución de la población en barrios carenciados, van a ver que coincide con un gran crecimiento. Ese maldito plan fue el creador de los mal llamados "Cartoneros". Fue la época del "pizza con champagne". Era la fiesta de gente como Álvaro Alsogaray (al que se le ocurrió una isla, para solucionar los problemas del Aeroparque http://edant.clarin.com/diario/96/08/22/t-04201d.htm), su hija, María Julia Alsogaray, Adelina Dalessio de Viola, Amira Yoma, Ibrahim Al Ibrahim. Ménem fue acompañado en su primera presidencia por Eduardo Duhalde y en la segunda, por Carlos Ruckauf. Como dije, fiesta para unos pocos muchos, la ruina para la mayoría. Durante su primer mandato, se reforma la Constitución Nacional (1994) gracias al Pacto de Olivos con Alfonsín. Entre otras cosas, el período presidencial pasa de seis a cuatro años y se permite una reelección.
Desaparecieron las paritarias, de modo que tuvimos los sueldos congelados durante los dos períodos. Se congelaron las jubilaciones, y así aparece Norma Plá, una jubilada que hacía choripaneadas en la puerta de la casa de Cavallo. Ménem había prometido una revolución productiva y un salariazo, que nunca jamás llegaron. Aparecen los AFJP, que nos robaron los aportes (mis últimos resúmenes llegaban con montos negativos de capitalización). El sistema jubilatorio colapsó por la falta de aportantes... El lema de campaña "Síganme, no los voy a defraudar" quedó hecho añicos. Y se popularizó su frase: "si hubiera dicho lo que pensaba hacer, no me votaba nadie".
Así llegamos al surgimiento de "La Alianza para la Trabajo, la Justicia y la Educación", un refritado de dirigentes (Fernando De La Rúa, Chacho Alvarez y Graciela Fernández Meijide, entre otros). A esta gente la voté por convicción. Y resultó un fiasco. Gobernaron entre 10/12/1999 y el 20/12/2001, cuando terminaron renunciando y dejando el país en llamas. Después de algunas cagadas, renunció el Vicepresidente y recuperaron a Cavallo (de nuevo Cavallo), quien vuelve a hacer muy bien de neoliberal, es decir, más de lo mismo. Así impusieron el corralito. Fue una época de saqueos. Patricia Bullrich, siendo Ministra de ese gobierno, decide un descuento del 13% en los sueldos de jubilados y empleados públicos. Y todo se fue al carajo.
Después llegó la sucesión de presidentes en una semana: Puerta, Adolfo Rodríguez Saa, Eduardo Camaño y, por último Eduardo Duhalde que completa el mandato de De La Rúa.
Edurdo Duhalde gobernará del 2 de enero de 2002 al  25 de mayo de 2003.
¡En fin!
En función de todo esto que te acabo de contar, y de algunas cuantas que se me deben haber pasado es que no pienso votar a personas que representen filosofías neoliberales.
Mi cuestión no es con ellos.
Mi cuestión es con las ideas que representan.

jueves, 19 de noviembre de 2015

"Ya nadie devuelve nada", por segunda vez en este 2015.

Resulta que el lunes 16/11/2015, dejé el auto en el taller porque el acondicionador de aire, me formaba escarcha en el torpedo, que se parece a la imagen que sigue:

Me lo devolvieron el martes a la tarde, que di la vuelta manzana (el taller está en la esquina de mi casa) para estacionarlo en la puerta de mi casa, hasta el miércoles que me fui a trabajar.
El miércoles 18/11, cuando llego al trabajo (a eso de las 8:30 y después de haber estado dentro del auto por algo así como una hora) me doy cuenta que se habían olvidado en una de las salidas del aire, un aparato como el de la primera foto. Ese aparato, por lo que imagino, no es otra cosa que un termómetro que, seguramente, tiene un nombre estrafalario que no conozco. En fin, estaba en Liniers con un "coso" desconocido, que no me pertenecía, pero que definitivamente le pertenecía al taller mecánico. Ya como termino tarde de trabajar, decidí que el jueves 19, pasaba a devolverlo.
Y así fue.
Cuando llegué, eran casi 12:30, horario en el que cierran por una hora. Se lo dejé a uno de los muchachos que trabaja ahí, y otro que justo salía, me agradeció la devolución, pero agregó que "ya nadie devuelve nada". 
Ellos estaban cerrando para irse, y yo estaba llegando para quedarme en mi casa. Como dije, se los dejé y... llegué a casa.
Sin embargo, me quedó picando la frase "ya nadie devuelve nada" y me quedé tratando de entender por qué una persona como yo, que desconoce el uso de ese "coso", podría querer quedárselo.
Claro, no soy tan ingenuo, pero... ¿Para qué quedármelo?
En septiembre, teniendo al Yejuzilo en el taller arreglándole el acondicionador de aire, volviendo en bondi una noche (sería alrededor de las 22, poco más o menos), veo que a una persona se le cae el teléfono del bolsillo. El fono, creo, era un S6, de Samsung. Algo así: 


La cosa es que habiendo visto toda la escena, me rehusé durante cinco minutos a levantarlo de la Avenida Rivdavia, que era donde estaba caído. En ese lapso de tiempo, me imaginé embarcado en diez millones de quilombos hasta poder dar con el dueño y devolvérselo. Pero, dado que nadie más pasaba y que mi imaginación no era más que eso, lo levanté. Y mirándolo fijamente pensé "que llame tu dueño así te devuelvo". Y... sonó. Era el dueño que estaba a muy pocos metros. 
El señor llegó sin aliento y desencajado, en busca de su fono. Se lo devolví, me contó una serie de situaciones complicadas por las que estaba atravesando y se disculpó por no tener efectivo para darme, en reconocimiento por mi devolución. Le dije que no era necesario, que no eran así las cosas; me insistió para que le diera mi fono así me "acercaba un agradecimiento" y le dije que así como estaba, estaba bien; que no se preocupara más, que disfrutara de haberse reencontrado con su aparato; que era su teléfono, que yo sólo lo había encontrado y que no se me ocurría cobrarle rescate por algo que era suyo. Y este señor, me dijo lo mismo que me dijo hoy, el muchacho del taller: "ya nadie devuelve nada".
Para poner las cosas en su lugar: si me encontrase un millón de dólares en cualquier lugar, a menos que supiese MUY BIEN a quien le pertenecen, NI EN PEDO LOS DEVOLVERÍA. De hecho, seguramente, tendría un severísimo caso de pérdida total de la memoria a cortísimo plazo; tan corto como para olvidar cómo y dónde encontré la guita. Seguramente por estar tan seguro de NO DEVOLVERLO, es que no los encuentro.
La cuestión es que, en poco tiempo, me dicen "ya nadie devuelve nada" y... 
¿Y qué nos pasa que ya nadie devuelve nada?
No sé, la verdad, no sé. Y no sé si quiero saber.

martes, 10 de noviembre de 2015

¿Y, pa' qué?

El domingo 08/11/2015 a la madrugada, pasadas las 5:00, volvía a mi casa después de haber cenado con "los chicos de la cuadra", aquella gente con la que crecí, con quienes conviví durante mi infancia y adolescencia... Y volvía después de haber estado en Munro, zona en la que me crié, crecí... 
En el mapa, con una línea de color lila, está marcado el recorrido que hice para volver. Con números de 1 a 6, están marcados los puntos de contacto. Fue extraño y todavía no consigo entender "para qué" pasan estas cosas, situaciones que parecen simpáticas (al menso en principio), aunque siempre ME queda inconclusa la respuesta a : ¿¡PARA QUÉ!?
Como dije, volvía de haber cenado. Cuando llego al semáforo de Av. Antártida Argentina y San Martín (punto 1), me detengo detrás de una camioneta Ford porque estaba en rojo. La "camio" (como dice una compañera de laburo) se parecía a esta:
Y yo, en mi hermoso "Yejuzilo", modelo 1997, atrás de la F100.
Volviendo... 
Cuando el semáforo se puso verde, el conductor de la camioneta tardó en arrancar, así que lo pasé por la izquierda, y me adelanté. Pero los semáforos hacen lo suyo, y el siguiente rojo me detuvo en Gilardo Gilardi y San Martín (punto 2), donde "la camio" se detuvo a mi derecha. 
Se puso verde y me fui. El siguiente punto, el 3, fue rojo y la camioneta se me puso a la par, aunque con la distancia necesaria para "vernos" de "camio" a auto y viceversa. Quien conducía (rubio, con rulos, ojos celestes, de entre 40 y 50 años, cejas pobladas, cicatriz en la mejilla izquierda... Pero no lo pude ver muy bien JJAJAJAJJAJAJAJAJ. De verdad, no tengo idea), me saludó haciendo un gesto con la mano. Le respondí el saludo y al momento de habilitarme la salida, me fui.
El siguiente encuentro, fue el 4, la camioneta llegó bastante después que yo, así que al momento de "emparejarse" sobre mi derecha, se puso verde y me fui. Tenía vehículos atrás y no podía quedarme, pero intercambiamos miradas (creo).
Al siguiente, el punto 5, casi llegamos a la par. Los saludos fueron más efusivos, hubo algún gesto que podría haber entendido como una invitación a conversar, pero no puedo asegurarlo. Empecé a preguntarme si sería "prudente" detenerme y conversar; si esta sería una actitud "temeraria"; si valía la pena traducir a palabras, los gestos que no habían sido, al menos para mí, suficientemente claros. Como no conseguía ver si había más gente en ese vehículo, lo mismo que no podía ver la patente; al ponerse verde el semáforo, me adelanté para poder ver. El tránsito de camiones y otros autos me impidió cumplir con lo que había decidido hacer, y llegados al punto 6, ya no vi más a la camioneta.
Y...
¿¡Y!?
En lo que va de este 2015, ya son tres situaciones similares que me toca vivir. 
La cosa es que, cuando me pasan cosas de este tipo, siempre me pregunto "¿para qué me ocurrió?", "¿qué se supone que debo aprender?"... Y me quedo buscando la respuesta, que no consigo encontrar.
¿¡QUÉ DEBERÉ APRENDER!? No tengo idea.
Y si lo que hay que aprender es que NO HAY NADA QUE APRENDER. Sería extraño porque siempre hay algo que aprender.
Ya me enteraré... ¡Espero!