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jueves, 5 de mayo de 2022

Realmente, ¿el trabajo dignifica?



Hace tiempo me pregunto si es conveniente que escriba, o no, sobre la dignidad y el trabajador. Y como me hinché los huevos, lo voy a escribir. Cada vez que llega el día de los trabajadores, empieza la cantinela del "el trabajo dignifica, el trabajo dignifica" y, en lo personal, creo que no. Y como tengo este espacio, voy a explicar por qué creo que el trabajo NO dignifica. Casi, casi, todo lo contrario...
Por alguna causa, muy mansamente, dejé que la cultura me envenenara con la remanida frase "el trabajo dignifica". Y un día, así como las cosas pasan, me puse a buscar en qué me dignificaba mi trabajo. Eso me llevó a convencerme que, por mucho que me encanta mi trabajo y todo lo que significa para mí, nada de lo que hacía en ese tiempo dedicado a trabajar me dignificaba de algún modo. Y, para entender qué estaba pensando, busqué en www.rae.es el significado de la palabra dignidad https://dle.rae.es/dignidad?m=form y lo único que encontré ahí es que me decía "cualidad de digno",pero esa cualidad la tengo por ser persona, ¿o no alcanza con que yo sea persona para ser DIGNO? Para mí, por mí mismo, alcanza con ser persona para ser suficientemente DIGNO, sin necesidad de otros "ropajes". Después busqué digno https://dle.rae.es/digno?m=form y me confirmó lo que creo sobre mi dignidad cuando dice "Merecedor de algo" y lo refuerza al decir "Correspondiente, proporcionado al mérito y condición de alguien o algo." y agrega "Que tiene dignidad o se comporta con ella". Ya CASI que no tenía dudas: siendo persona soy lo suficientemente digno como para no necesitar colgarme algo más. No contento con eso, busqué la definición de persona https://dle.rae.es/persona?m=form donde encontré que, según la filosofía "7. f. Fil. Supuesto inteligente", algo que comparto; y agrega que para el derecho "persona física 1. f. Der. Individuo de la especie humana", lo que indica que, hasta el derecho, me reconoce. Y si estoy siendo reconocido, ¿no alcanza para que sea DIGNO? Confirmo, para mí, que sí. Aclaro que me consideraría digno aunque el derecho no me reconociese. Entonces me fui a buscar la definición de trabajo https://dle.rae.es/trabajo?m=form para ver si encontraba ahí algún adorno que le aportara a mi ya suficiene DIGNIDAD. Y me encontré con que, según la RAE, es al revés, es decir, el trabajo es digo por la acción de mi persona, y dice como asepción de trabajo: "4. m. Cosa que es resultado de la actividad humana; 6. m. Esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza, en contraposición a capital" por tanto, si quien lo hace es digno, al menos y en principio, transfiere algo de sus cualidades a la cosa resultante, ergo, es MI dignidad la que DIGNIFICA y no al revés. Pero seguí y busqué trabajador, ra https://dle.rae.es/trabajador?m=form que me aportó una joyita como "3. m. y f. Persona que tiene un trabajo retribuido" lo que me lleva a confirmar que EL TRABAJO no me aporta dignidad sino que me aporta, en la mayoría de los casos, una retribución, lo que PARA MÍ puede significar muchas cosas, entre ellas, dignidad; pero si lo entendiese así, lo que dignificaría sería la retribución y no lo que generó esa retribución.
Resumiendo: soy digno porque soy persona y el trabajo no me suma dignidad sino que me aporta UN SENTIMIENTO DE PERTENENCIA que, en todo caso, ensancha mi ego y eso me lleva a creer que soy más digno, cuando en verdad, no lo soy más que por ser PERSONA.
La cultura, en infinidad de cuestiones, es un veneno que parecce dulce, pero sólo sirva para adiestrar y achatar las ideas, generando definiciones erradas que, desgraciadamente, se repiten una y otra, y otra y otra e infinidad de veces. Por supuesto, no es inocente, se trata de una forma habitual y practicamente indiscutida de dominación.

lunes, 7 de marzo de 2022

... y me gritaron "SUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUCIO" varias veces seguidas, en tres de las cuatro oportunidades...

Sí, sí... Me gritaron "SUUUUUUUUUUUUUUUUCIOOOOOOOOOOOOOO" varias veces.
Esto ocurrió el lunes 28/02/2022, lunes de carnaval, en el viaje de vuelta de  la Laguna de Navarro. Desde ese momento hasta hace un rato, sábado 5/03/2022, estuve pensando en escribir, o no, lo que me había pasado. Y decidí que sí, que lo iba a escribir. Pero que, además de contar la situación, iba a desparramarme por otras cuestiones que, en definitiva y según yo, nos traen a la situación.
¿Qué pasó el lunes 28/02/2022?
Después de algún tiempo de tenerlo planeado, concretamos la visita a Navarro, Buenos Aires. Por supuesto que salimos temprano (esperamos a que bajara la niebla, al menos, la que había por casa) e intentamos cumplir con el circuito que habíamos planeado, pero el barro, el pedregullo (ripio) en algún camino y la falta de conexión por datos de Movistar (mi proveedor) y Personal (proveedor de Rul) en La Choza, me convencieron a ir directo al sitio de destino. Recorrimos la ciudad, anduvimos un poco y nos fuimos a pasar la tarde a la Laguna de Navarro, cuestión de la que voy a hablar en otro momento. Nos acomodamos a la orilla de la laguna, pusimos
la mesita...


las sillas...

y allí estuvimos. Almorzamos y acompañamos el almuerzo con gaseosa y agua, tomamos café, tomamos mate, merendamos, usamos los sanitarios del lugar... y se hizo la hora de volver. La vuelta fue tranquila aunque en el Acceso Oeste hubo bastante demora por un par de embotellamientos, cuyos motivos desconozco. Fue durante la vuelta que ocurrió el hecho de los gritos. Parte de la vuelta la hicimos por la ruta provincial 47 (entre Luján y Navarro) y la primera, de las cuatro veces, fue justo al llegar a la entrada del camino que une la ruta provincial 47 a La Choza. Al llegar a ese lugar, a poco de dejar la Laguna de Navarro, TUVE LA NECESIDAD de detenerme a orinar. Me detuve en la banquina, abrí el baúl y tomé una de las botellas que tengo preparadas para "las urgencias urinarias",  (tengo una, también, en la mochila que cargo todos los días y llevo al laburo) la usé y seguimos.
Estas botellas (tengo seis) están cortadas, con la parte del cuello hacia adentro, a modo de embudo.

Estas son las piedras para gatos con las que relleno las botellas cortadas.

Modelo terminado listo para ser usado, que después de hacerlo, termina en la basura.

Las siguientes tres de mis urgencias fueron sobre la autopista Acceso del Oeste. La distancia entre estaciones de servicios en el camino, al menos en esta ocasión, me pareció que era MUY extensa, tanto que mi necesidad urinaria no la resistió. Tampoco se cuenta con servicios sanitarios en el camino, excepto, en alguna casilla de peaje, pero mi necesidad urinaria es muy rebelde e insistente. Dada la conjunción de necesidad urinaria rebelde e insistente, larga distancia entre posibles sanitarios, mucho tiempo de demora por atasco en las vías de circulación, hicieron que buscara resolver del mejor modo posible: hacer pis en la naturaleza contra algún árbol, lo mas lejos posible para hacer el menor mal espectáculo que me fuera posible. En ese contexto fue que, en las tres veces que tuve que detenerme a orinar, me gritaron "SUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUCIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO" mientras pasaban. A esa altura estaba más ocupado en desagotar mi vejiga (y controlar algunos aspectos de los que voy a hablar más abajo) que por preocuparme por el entorno.
Estas cuatro experiencias, en estos días que estuve pensando, me generaron todo un soliloquio que voy a tratar de volcar en este espacio y del modo más ordenado que pueda.
Para empezar, la verdad, escuché las voces pero no vi a los que gritaron, aunque sus voces me parecieron como de gente entre adolescente y mayor, lo que no excusa ni, mucho menos, justifica nada. Y eso es parte de lo que me llevó a pensar y repensar.
Tengo hiperplasia prostática benigna. Estoy en tratamiento desde el 2021 y estoy medicado con Reduprost. Si bien algunos síntomas mejoraron, algunos otros, no; y según la evolución, dentro de seis meses, veremos si es necesario, o no, una posible operación. Todo empezó con un análisis de sangre que arrojó que mi PSA (antígeno prostático) estaba en 12,20 y eso generó una derivación a urología y, a partir de ese momento, mi urólogo me hizo un tacto rectal (y voy a desmitificar lo que "el mal saber popular" tanto desparrama: no me hicieron poner en cuatro, no me introdujeron el dedo medio ni me revolvieron las tripas; fue un procedimiento rápido y de pocos segundos, con, como mucho, las dos primeras falanges del dedo índice); me recetó una ecografía de vejiga y próstata y, después, una biopsia transrectal de próstata. A la condición de mi próstata se le agrega mi autocondicionamiento (mi cabeza funciona como el pájaro de Tuistos), que complica todo. La suma de ambas cuestiones (hiperplasia + autocondicionamiento) fue una de las causas que hizo que postergásemos varias salidas, en general y esta en particular. A la incomodidad de la situación se le suma la inquietud que me genera la posibilidad de no poder contener la orina y orinarme encima.
Esta situación de haber sido objeto de señalamiento, para mi, constituye una de las tantas formas de acoso. ¿No será mucho? No. Las cosas tienen un nombre para poder identificarlas (desde hace mucho sé que aquello que no tiene nombre, al no poder nombrarla, no existe) y en este caso, claramente, son acosos. ¿Estaré poniéndome muy quisqilloso o en víctima? No. Las cosas como son. Las situaciones me pusieron en el blanco de un señalamiento, por tanto, hay un acosado (yo) y un / unos acosador / res que son los que decidieron  proferir los gritos.
Cuando empecé con el soliloquio, lo primero que me apareció fue: "son una manga de hijes de millones de putes", pero al seguir rumiando la cuestión se me ocurrió que estaba reduciendo el tema, que lo estaba simplificando y que, adicionalmente a ser "una manga de hijes de millones de putes" está un tema no menor: nadie tiene porqué saber aquello que no conoce. Y ahí, la responsabilidad de las mangas de hijes de putes se me apareció dividida: por un lado los que gritaron, por haberlo hecho (porque también, como la mayoría de los que pasaron, podrían haber elegido no gritar), y por el otro, a las familias de los gritones, por no haber hablado con ellos de cuestiones que algunos adultos atravesamos; porque si hay algo "casi seguro" (sabiendo que a seguro hace tiempo que se lo llevaron en cana) es que casi todas las familias tienen o tuvieron a alguien en esta situación.
Y eso me decidió a escribir esto que escribo, con el deseo de generar conciencia.
Si por lo menos hubiera una persona que pudiera compartir lo que le pasa para que su entorno pudiera comprender y utilizar esa comprensión para generar empatía, sería MÁS QUE GENIAL.
Acá va lo que, a mi parecer, tengo que contarte sobre esta afección para que, si llegás a ver a alguien meando en algún sitio, más allá de poder ser un SUUUUUUUUUCIO, puede ser que tenga alguna afección médica, como es mi caso. De ahora en más, si seguís burlándote de gente meando en algún sitio "no habilitado para tal fin", deberás asumirte, además, como un supino ignorante (y en lugar de ofenderte, hacé clic en el vínculo anterior).
Como dice más arriba, la hiperplasia de próstata es un agrandamiento de la próstata. El origen del agrandamiento puede ser por la edad o por la aparición de algún tipo de tumor. Existe medicación para tratar los síntomas y puede, o no, ser efectiva. La resolución definitiva puede ser la medicación o la operación para retirar la próstata. Para conocer un poco, hacé clic en el vínculo que sigue para leer algo: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000381.htm
Como supongo que ya leyeron en el vínculo anterior, doy por hecho que leyeron los síntomas (que no necesariamente se tienen todos, ni todos tenemos los mismos síntomas):
      • Goteo al final de la micción: Esto me genera gran preocupación porque nunca sé cuánto será ese goteo (que por el momento es "casi" inexistente) y eso me hace evaluar si debo colocar una "toalla higiénica" en el frente de mi ropa interior, o no.
      • Incapacidad para orinar (retención urinaria)
      • Vaciado incompleto de la vejiga: La ecografía de próstata y vejiga de octubre de 2021 tuvo como  resultado que mi vaciado de vejiga era total.
      • Incontinencia: Aunque gracias a Dios no tengo este síntoma, nunca sé si va a presentarse o no. Me preocupa mucho tener una situación como la del expresidente de Colombia, Juan Manuel Santos (https://www.youtube.com/watch?v=z3yCdTAhwsE) que se orinó -y no se dio cuenta- durante un discurso. Pero su situación ocurrió después de haberse operado.
      • Necesidad de orinar dos o más veces por noche: Esto es incómodo porque el sueño se hace intermitente, generando cansancio al día siguiente.
      • Micción dolorosa u orina con sangre (pueden ser indicios de una infección): El primero de los síntomas puede doler mucho o no tanto. En particular siento bastante dolor, al punto en algunos casos, en que llego a lagrimear. Y el dolor no se acaba al comenzar a orinar, sino que se mantiene durante la micción. En algunas situaciones, el comienzo de la micción casi no tiene fuerza. El segundo síntoma, gracias a Dios, no lo tuve ni tengo.
      • Dificultad o demora para comenzar a orinar: Esto, en mi caso, cuando ocurre va acompañado con la micción dolorosa.
      • Hacer fuerza al orinar: Es una necesidad que no siempre aparece. Cuando ocurre, es una terrible necesidad forzar el inicio de la micción.
      • Urgencia urinaria fuerte y repentina: A mí, este síntoma, me ocurre cuando demoro en satisfacer la necesidad de orinar. Y cuando aparece, la sensación es que me orino encima.
      • Chorro de orina débil: Esto, cuando ocurre, me obliga a controlar que no moje o salpique mi ropa.
Y todo esto es contemporáneo con mis tratamientos para la presión, para la diabetes, o para el descenso de peso en los que tengo que, al menos, tomar dos litros de agua por día. Insisten con que, además, salga a caminar pero con tanto síntoma al acecho, a mí, se me complica.
La solución puede llegar de la mano de la medicación (un conocido me sugirió que comiera mucho tomate) o de una operación (lo que puede, o no, resolver todos los síntomas; incluso podría generar situaciones peores, como ya conté, al expresidente de Colombia). El urólogo que me atiende me contó (y explicó bastante exhaustivamente) que ellos hacen un tipo de operación que se llama resección transuretral; aunque hay una que se llama prostatectomía simple, y otra resección mínimamente invasiva. Hacé clic para saber el significado de resección.
Bueno... Parece mucha información pero, como decía mi vieja, "mejor que sooooosobre y no que faaaaaafalte" (parece que el origen es un refrán español que hablaba de zozobrar, pero Internet no me brindó mucha más información); o, "lo que abunda no daña"; o, "lo que no mata, engorda"; o... 
¡En fin!
Ojalá que todo esto sirva.

sábado, 29 de mayo de 2021

Y el COVID - 19 me se coló en el cuerpo...

Una mañana, o tarde, o tardecita el COVD 19 me se coló en el cuerpo.
¿Y cómo fue que me se coló?
No tengo idea.
Nunca, hasta ahora, me había pasado que me resultara TAN DIFÍCIL escribir algo sin que suene como no quiero que suene. No quiero que parezca que banalizo la situación, ni que parezca “una gripecita”, ni que parezca que me siento Highlander o Terminator… No. Sólo me siento un afortunado por haber tenido la protección de Dios y de todos mis Seres de Luz, además de la cobertura de la buena onda y los buenos deseos de toda la buena gente que, de un modo u otro, me rodea. Aclarado esto, la cosa fue así…
Desde que comenzó la pandemia, gracias a Dios, puedo elegir quedarme en casa y trabajar desde acá, dando clases virtuales. Y, aunque termina siendo más laburo, me llevo bárbaro con esa metodología de trabajo. Mis medidas de cuidados siempre fueron: no salir a menos que fuera necesario, empaparme en alcohol 70/30 antes de salir (porque mi loca idea es: si estoy bañado en alcohol el virus no se me va a acercar; claramente sé que es una inutilidad, pero me tranquiliza), salir siempre con barbijo y el alcohol (en cualquiera de sus formas) en algún bolsillo. Si bien iba al supermercado, cuando en 2021 se complicó el panorama, decidí que ya no lo haría, sino que iba a comprar por Internet. Excepto por el trámite de un pago habitual de todos los meses que me obliga a salir, no asomo la nariz a la calle; implementé el uso de doble barbijo (incluso para sacar la basura, a cinco metros de la puerta de mi casa que está en un noveno piso) y de la máscara de acetato. Con Raúl decidimos dejar de encontrarnos (igual que en 2020) hasta que pudiéramos ver un panorama menos complejo. Así las cosas, mi vida es de cuasi reclusión (cuestión con la que me llevo más que bien). Y gracias a Dios que puedo elegir recluirme.
El 7/05/2021 empecé con fiebre que atribuí a “una gripe” porque, unos días antes, había dejado abiertas las ventanas y me había congelado. Intenté seguir dando clases pero no conseguía concentrarme ni seguir una idea. De hecho, tuve episodios como de “desconexión”, en los que todo se quedó en blanco. Durante siete días tuve mucha fiebre y ese fue todo el síntoma (salvo la mala oxigenación posterior) que tuve.
El 14/05/2021 decidí ir a mi Obra Social, OSECAC, (que en treinta años de afiliado necesité usar tres veces y, en cada vez, recibí todo lo que necesité para superar las situaciones que se me presentaron, por lo tanto, sólo siento un GRANDÍSIMO AGRADECIMIENTO a cada una de las personas que trabajan y trabajaron sea directa o indirectamente para asistirme y para mantener operativos los sistemas de la Obra Social). Por una cuestión de comodidad para estacionar el auto, fui a los “Policonsultorios Bacacay”, en Bacacay 2357, Flores.
Historias de la vida: cuando empecé a trabajar en el Sindicato, en 1992, mi lugar de trabajo diario (de lunes a sábados) hasta el año 1997, fue en este edificio que, claramente, era algo diferente: en los dos pisos superiores había guardería (que incluía lactario) y la planta baja la ocupábamos nosotros como escuela. Una vez tuvimos una amenaza de bomba y terminamos los docentes de la escuela del SEC (que estábamos en la planta baja) junto con el personal de la guardería y los niños que estaban en ese momento, en un albergue transitorio que se encuentra en Bacacay al 2400. La gente del hotel fue la única que nos ofreció varias habitaciones para que las maestras se quedaran con los niños hasta que los padres pasaran a retirarlos. ¡En fin!, anécdotas que la vida nos provee.
Al llegar me hisoparon y… ¡POSITIVO DE COVID – 19! La sensación que apareció después del descreimiento fue: “es una lotería”. Y como dije más arriba, no quiero que suene como banal, pero me sigue sorprendiendo el haberme contagiado. Lo siguiente fue cuestionar los cuidadados y caer en la cuenta que MENOS ES MÁS, es decir, el agregado del doble barbijo sólo me complejizó la situación, que ya tenía incorporada la máscara de acetato, el alcohol en cualquier tipo de versión y la distancia social. Por lo tanto, mi cuidado seguirá siendo: barbijo, máscara, alcohol y distanciamiento.
El 18/05/2021, por insistencia de la Dra. Que me llamaba de Osecac, decido ir al Sanatorio Sagrado Corazón. Cuando llegué decidieron internarme porque tenía una oxigenación muy baja y desde ese momento me conectaron a una máscara de oxígeno, que luego se convirtió en una bigotera conectada al suministro central del Sanatorio. Cuando la oxigenación mejoró me conectaron a un concentrador y, luego, me pidieron autorización para trasladarme al Hotel de las Provincias, donde estuve tres días, dos de los cuales, estuve conectado a un concentrador de oxígeno a 0,5 litros. Cuando ya no fue necesario, estuve un día sin oxígeno y el 26/05/2021 ¡ME EXTERNARON!
Y acá estoy, en mi casa. Por indicación médica tengo que hacer reposo hasta el 2/06/2021.
Mis días están trancurriendo “como la vaca mirando el tren”, una especie de vida de Bob Esponja en la que elijo NO ENTERARME DE NADA. Las noticias me machacaron con los contagiados, los muertos, pero poco dicen de los recuperados. Por supuesto que, por desgracia, mucha gente muere; pero no es menos cierto que mucha gente se recupera.
En mi entorno somos ocho los que hemos atravesado esta mierda de situación. Sin que sea medida de algo, de los ocho, sólo dos necesitamos oxígeno. En mi caso, tuve fiebre y mala oxigenación; hay gente que todavía sigue sin olfato y gusto, pero no es esa mi situación. Dada esta cuestión, cada día agradezco que todo haya sido leve y que se haya resuelto favorablemente. Agradezco trabajar donde trabajo y tener la obra social que tengo.
Un día, mientras estaba internado y todo mi espacio era la superficie de la cama que ocupaba, escribí lo siguiente:
“Mi cotidianeidad en esta internación (tengo un compañero de habitación con quien nunca nos vimos) transcurre en la cama. Eso se debe a que uso máscara de oxígeno y dependo de ella. Por lo tanto, salvo hacer pis en un papagayo, de parado al lado de la cama, todo lo demás ocurre EN la cama, lo que incluye las cuatro comidas. Los baños, son en la cama y, gracias a Dios, mayormente me baño yo, excepto por la cabeza y la espalda. Mover el vientre debería ser en una chata, dentro de la cama, pero hasta ahora no lo conseguí. La indicación es que esté boca abajo, y de costado. Por ahora tengo unos ejercicios de respiración, pero me prometieron más.
Todo lo anterior hace que muchas veces no tenga ganas de responder y por eso demoro en hacerlo.
No respondan. Sólo les cuento un poco de intimidad y espero que no les resulte incómodo.
Besos.”
Nunca fue la idea transmitir una idea de “martirio”, pero la situación era la que era. Y resulto que, cuando oxigené mejor, me agregaron una extensión de la bigotera y me dijeron: “de ahora en más, te vas a levantar para ir al baño, bañarte, caminar por acá” y me sentí como ¡liberaron a Willy! El volver a tener, en parte, el control de mí mismo fue una bocanada de aire MUY LIBERADORA. Y desde ahí, todo mejoró.
Desde que me dijeron de los ejercicios de respiración, me aboqué a hacerlos porque sentía que era lo único que dependía pura y exclusivamente de mí y que contribuiría a mi recuperación. Entonces, los hice.
Los enfermeros pasaban varias veces diariamente para hacer los controles: presión (por la que terminé medicado), temperatura, oxigenación; además me alcanzaron los remedios (6 Grs. De Dexametazona diarios durante diez días, anticoagulante, Omeprazol, Enalapril (5 Mgrs. dos veces por día cada doce horas). Los médicos me auscultaron y me revisaron para corroborar los valores de los estudios que me iban haciendo, me dieron consejos respecto de los ejercicios y me controlaron la evolución.
Para mí, quizás por gordo, el ritmo del día estaba dado por los horarios de las comidas: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Se suma que, por lo general, me llamaban por teléfono a las 6:00 para que tomara el Omeprazol y lo que me pasa es que, una vez despierto, no consigo volver a dormirme. Entonces, los movimientos del otro lado de puerta, cobran una intensidad y una importancia casi únicas. Las sombras por debajo de la puerta pueden resultar más que reveladoras. Y si bien tenía el teléfono, no siempre tenía ganas o ánimo de agarrarlo. Sin embargo, esos momentos resultaron muy útiles para hacer mis ejercicios de respiración.
Yo estuve en la cama 511 del Sanatorio Sagrado Corazón y tuve un compañero de cuarto, Claudio, en la cama 512. Luego, cuando me trasladaron al Hotel de las Provincias, ocupé la habitación 311. Quizás deba jugarle a esos números, pero todavía no lo decido; mucho menos lo voy a decidir si es que tengo que salir de mi casa.
Mi compañero de cuarto, Claudio, por lo poco que pudimos conversar, es un muchacho de 48 años, es decir, diez años menor que yo. Un tipo casado, que dejó en su casa a su esposa y sus dos hijas, también positivas de Covid-19. Su cuadro era de mucha tos, vértigo, dolores de cabeza, fiebre… Un día le pedimos a un enfermero si podía conseguirnos cepillos de dientes, cuestión que no pudo ser. Sin embargo, Claudio, mi compañero de habitación, le pidió a la familia que le llevaran dos cepillos de dientes: uno para él y otro para mí. Y así pude cepillarme los dientes. Sólo espero que haya zafado y que esté en su casa con su familia. Los audios que la madre y la esposa le dejaban eran de gran incentivo y le pedían que no aflojara, que hiciera todo lo que debía hacer, que lo amaban y lo esperaban…
Una tarde, mientras hacía mis ejercicios respiratorios, lo escuché sollozar; como pudimos conversamos un poco y en ese momento lo escuché llorar como a un niño, desconsolado, gimoteando y tosiendo, tratando de contarme entre la tos y el llanto que sentía miedo… Y la sensación de soledad e impotencia fue absoluta porque desde mi cama, limitado a mi propio espacio, no había mucho más que pudiera hacer que prestarle la oreja para que se descargase y dejase salir aquello que lo angustiaba. Espero que haya podido descargar, en aquel momento, todo lo que sentía. Pero entró un enfermero y lo convenció que no tenía que llorar, que tenía que ponerse fuerte, que tenía que pensar en la esposa, madre, hijas… Y del otro lado del tabique, yo no podía dejar de preguntarme, ¿qué mierda le pasa a la gente con el llanto ajeno?, ¿por qué la gente no puede llorar desconsoladamente para dejar salir todo lo que lo entristece, esa angustia que te exprime y oprime?, ¿por qué carajos un tipo que teme morir y dejar de disfrutar de su familia tiene que ser fuerte cuando la sensación es que uno es un flan batido por cada persona que se acerca?, ¿qué carajos nos pasa con el dolor ajeno que no nos bancamos el llanto? Claro, todo esto está dicho desde mi más absoluta subjetividad que está teñida por haber estado en esa circunstancia. Sin embargo, en mi vida personal, llorar a mandíbula batiente siempre fue un acto que terminó dejándome agotado, desarmado, extenuado, pero con una sensación de profunda paz. Y todos los días, tabique mediante, el saludo fue ¡buen día, compañero, ¿cómo estás hoy?! Y eso generaba una conversación, más o menos breve, que por un rato permitía que interactuáramos y así, la soledad del ni contacto visual, por un rato desaparecía y el día transcurría para cada uno, como cada uno lo podía hacer transcurrir.
Y gracias a Dios, todo lo que pasé fue muy leve. Por supuesto que no quiero volver a pasarlo, pero fue muy leve. Y, como dije, en mi entorno somos ocho los contagiados por Covid – 19 y sólo dos necesitamos oxígeno. Para todos fue leve y es algo que voy a agradecer permanentemente.
Después me trasladaron y fui a parar al Hotel de las Provincias y de Claudio, ya no tuve novedades. Sólo deseo que esté en su casa con su familia.
Cualquier persona que realizase cualquier tarea, lo hizo con absoluto respeto: el personal de la limpieza, los enfermer@s, médic@s, administrativ@s, camiller@s... No importa qué hicieran, siempre fue de absoluto respeto. Y eso fue un toque de humanidad impagable, casi como una caricia.
La estadía en el hotel fue, desde el principio, desestructurada. Ahí tenía que hacer mi vida como la vida que se hace en un hotel: levantarme cuando quisiera, bañarme cuando quisiera, caminar todo lo que quisiera… y esa desestruturación desaparecía cuando era momento de controles o revisiones médicas.
Y llegó el momento de bajar y retirarme el oxígeno y junto con eso, llegó mi externación.
Y ahora estoy en mi casa, haciendo reposo (porque esa es la indicación) y agradeciendo y bendiciendo por lo leve de la situación que me tocó atravesar, tanto a mí como los demás en mi entorno.



martes, 23 de marzo de 2021

Las pastillitas...

En el auto, colgando de la palanca de cambios, tengo esta “bolsa” que tiene dos bolsillos. En uno llevo pastillas (en el más chico de los dos) y, en el otro, tiro basura, lo que incluye a los envoltorios de las pastillas. Dicho sea de paso, el tamaño de los caramelos sigue achicándose. La primera vez que tomé conciencia del cambio de tamaño de los caramelos, fue en los últimos años de la década de mil novecientos noventa, cuando compraba las pastillas Clight
porque tenía la misma manía que ahora (chupetear algún caramelo mientras manejo) y, además, trataba dejar de fumar. Por supuesto, los caramelitos me sirvieron para satisfacer el primero de mis hábitos, pero no para el segundo (que se terminó después de haber estado quince días internado en el año dos mil once)
Tuve otra bolsa que también me habían regalado, pero la perdí. Aquella bolsa tenía a The Beatles impresa, pero como se baja del auto conmigo, en algún sitio, se me cayó y no me di cuenta. Me da mucha pena.
Usualmente llevo pastillas “fuertes sin azúcar”
(como buen gordo arrepentido), porque tengo la fantasía que, si no tienen azúcar, yo no engordo. Pero si no consigo sin azúcar llevo pastillas “fuertes como vengan”
Porque, como con la gaseosa agua tónica, supongo que al no ser "dulde" no me engorda (¡JA!). Lo incómodo de estas Halls (que no dicen "sin azúcar"), es que vienen envueltas en papel y se pegotean a los caramelos. Por supuesto que al estar adentro del auto y, además, adentro de la bolsa de las mañas, el calor hace de las suyas y medio que las derrite (lo que hace que queden todavía más chicas), haciendo que el papel se pegue y complique la ingesta. Y cuando el papel se vuelve rebelde y decide no despegarse del caramelo, le sigue en suerte: manduco y uno y el otro es un adicional. Claro, eso genera la necesidad de escupitajear el papel que va despegándose, pero ese es el menor de los contratiempos. Y si no se puedo escupitajear (mi versión del esucpitajeo es hacerlo en un pañuelo de papel, porque la versión de mi viejo -abrir la ventanilla y hacerlo volar al exterior- no me gusta), ¡pa' dentro, carajo!
Ahora… en la foto de la bolsa de las mañas, hay unos caramelos de gelatina que se llaman Mogul. Esos Mogul no son sin azúcar. No, cierto. Tienen MUCHO azúcar, pero a sugerencia de mi hijo, los llevo para los casos en que tengo que manejar y me siento cansado (aunque lo mejor sería parar y descansar, pero en un viaje de media hora, no se pueda; aunque depende de qué tan cansado me sienta). El azúcar “despierta”, de ahí esos Mogul. Si fuera por mí, llevaría dulce de leche, pero como dije más arriba, soy un gordo arrepentido…
La cosa con los Mogul es que existen (cuestión desconocida por mí hasta que me pasó) unos que se llaman Mogul Extreme:
Son unos caramelos MUY divertidos. Los compré por error en un Día%. Los vi y los manoteé suponiendo que habían cambiado el envase. Resultó que, una noche en la que volvíamos con Raúl de nomeacuerdodónde, los abrimos. Lo divertido es que el ácido es REALMENTE ÁCIDO, es como chupetear una rodaja de limón. "Casi" te obliga a cerrar un ojo, pero no es necesario cerrarlo.
Aunque pasa muy rápido, te inundan la boca de baba, aunque no al punto de atragantarte. Como dije, pasa rápido la sensación y lo que queda es una gelatina dulce. Ahora, a propósito, volví a comprar dos paquetes porque además de despertarme, me divierten. Me divierten mucho y no son peligrosos a la hora de estar manejando (a veces me siento como Homero).
Sin embargo, el otro día estaba en Coto, dando vueltas por la góndola de las golosinas y tratando de sobreponerme al soponcio (palabra MUY caracterísitica de señor no tan joven) que me produjo el precio de los huevos de Pascua (lo que me decidió a no comprarle a mi hijo el huevo Kinder que siempre le compré, ni a Raúl la figura de chocolate de conejo que tanto le gusta) y me encontré con las D.R.F. Y pensé
¡Cierto!, como los corazoncitos Dorins o las Punch (que incluían unos puntos ácidos), son pastillas de azúcar prensada y para despertarme están bárbaro. En la góndola había D.R.F de limón, naranja, menta y mentol. Compré de limón y de naranja, que resultan distinguibles por el color del envoltorio, pero el sabor no está. Y no voy a hacer comparaciones con las que comía cuando era menos joven, pero… No vi los corazoncitos Dorins
ni las pastillas Billiken Mentol (que picaban que daba calambre) y
tampoco me reencontré con las pastillas Punch (que tenían unos puntos de color que eran ácidos).
Aunque alguna vez sí compré un par de paquetes de La Yapa
pero me resultan muy incómodas porque se escapan de la “bolsa de las mañas”. Y, entre tantas mañas, una es que NO SOBRESALGA NADA DE LOS LÍMITES DE LA BOLSA.
Si llegás a encontrar los caramelos Mogul Extreme, probalos y después contame.

domingo, 21 de marzo de 2021

Y se cumplió el primer año de vida empandemiada


Todo lo que vaya a quedar escrito tiene que ver conmigo, con mis experiencias, expectativas, felicidades y lo que sea que me rodea y que haya sido observado por mi subjetividad. Y por mi objetividad, también, pero a esa le confío un poco menos.
Tambien, antes de escribir lo que sea que quede escrito, quiero aclarar lo afortunado que sé que soy. Mantuve mi puesto laboral, pude mantenerme con mi salario, pude trabajar desde mi casa, pude mantener mi salud (lo mismo que todo el mundo en mi entorno familiar –por supuesto que incluye a mis amigues-) Por supuesto que siempre hay altibajos y que mi “afortunadez” no resulta de la comparación con otros, resulta de mis propias circunstancias, resulta de reflexionar que “peor hubiera sido”… Se parece mucho a conformarme, sin embargo, se trata de ver las propias situaciones. También podría decir, “mejor hubiera sido…”, pero ese sería el modo negativo de evaluar la situación. De todos modos, creo que es necesario ser agradecido. Así como una patada en el culo resulta en un paso adelante, un paso atrás es necesario para tomar envión. Y en cualquier caso, siempre hay algo para aprender.
Desde lo laboral, nunca dejé de trabajar, pero lo hice desde casa. ¿La experiencia? En principio, me resulta muy invasivo tanto de mi parte como de parte de los alumnos. El volumen de trabajo, como habitualmente ocurre al trabajar en casa, aumenta ya que siempre hay un “algo más y termino” que aparece y prolonga el laburo. También es cierto que pude trabajar en calzones y medias, no tuve que viajar para ir a trabajar (aunque eso no cambió mis hábitos madrugadores), aunque siempre estuve presente, por lo menos, diez minutos antes del inicio de las clases virtuales. Si me preguntan, prefiero el trabajo virtual, aunque hay que acomodarlo mejor.
No tuve vínculo personal con nadie durante un tiempo. Desde marzo (19/03) hasta el 15/08, todas las interacciones fueron virtuales (lo que me hace reconocer que también soy un afortunado por tener disponible todos los medios para poder acceder a las comunicaciones virtuales), los cumpleaños fueron, también, virtuales, las compras en el supermercado fueron mixtas: algunas virtuales, otras fueron rápidas visitas…
El primer reencuentro con Raúl, mi novio, fue el 15/08, después de cinco meses de no compartir en persona. Entonces, nos pusimos de acuerdo, gestioné un permiso de circulación y fui para su casa. La situación fue muy extraña. Los dos somos personas en riesgo y nos saludamos con el codo, nos sentamos distanciados, no nos sacamos los barbijos y por algún tiempo nos vimos cada quince días. Después, con el cambio de ASPO (aislamiento social preventivo y obligatorio) a DISPO (distanciamiento social preventivo y obligatorio), retomamos los encuentros personales fin de semana tras fin de semana.
El 9/11 se dispuso el cambio de ASPO a DISPO, por lo que pudimos planear alguna salida. La primera que pudimos hacer fue el 14/11 a Escobar. Fuimos al mediodía, llovió durante todo el viaje, pero al llegar se despejó y pudimos disfrutar de estar un rato al aire libre. Y fue SENSACIONAL. Pudimos expandir un poco las salidas ya que se “liberó” el recorrido por el AMBA (área metropolitana de Buenos Aires)
La mayoría del resto de los encuentros personales sigo teniéndolos suspendidos. Me encontré dos veces con mi hijo y su novia, manteniendo distancia, al aire libre, usando barbijo; mates individuales, vasos descartables. Con mi tía de 83 años también nos vimos dos veces, lo mismo que con mi hermano, cuañadas y sobrinos. Las salidas siguen estando muy restringidas, aunque sigo haciendo algunas, con muchos cuidados. Básicamente, los contactos personales están muy limitados, del mismo modo que los tumultos de gente.
También se estableció que la temporada de verano se extendiera desde el 1/12/2020 y, aunque no está dicho, se espera terminarla al finalizar Semana Santa de 2021 (4/04). Por ahora, y si no se complica la situación epidemiológica, las pautas son: pedir permiso de acceso al lugar de destino (https://www.argentina.gob.ar/verano/provincia-buenos-aires).
En Europa la pandemia tuvo dos y hasta tres olas (así se las denomina cuando los casos aumentan DRAMÁTICAMENTE), hasta ahora. Acá, después de haber tenido un tiempo de descenso de casos, durante enero hubo una subida muy preocupante. Y en lo que va de marzo, parecería, que se va consolidando otro ascenso paulatino. Eso me tiene MUY preocupado. De hecho, al día de hoy, Gaby (mi exesposa) tiene un hisopado positivo de COVID-19 y, por mucho que sus síntomas son muy leves, hasta que se termine, no voy a estar tranquilo.
El confinamiento, como ya conté, no es algo que me moleste. Mis vacaciones transcurren encerrado en mi casa, salvo cuando puedo ir a algún lugar. ¿Disfruto? Claro, si no, no lo haría. Parecería que esta cuestión que viene de familia materna, ya que mi tía es igual. Y parece que, para mi hijo, será una cuestión heredada de mí.
Muchas veces, estando en mi casa, me sorprendo al mirar por la ventana y tener la sensación que la pandemia, para mucha gente, no existe. Como dije, puedo elegir no salir, pero hay mucha gente que no puede (los considerados “esenciales”, los que no tienen opción y deben salir a ganarse el dinero cotidiano), pero también están los que no creen en la pandemia y hay quienes, aun admitiendo que el virus existe, deciden no vacunarse
Sigo usando el barbijo, aunque muchas veces me pasa que llego a la planta baja y tengo que volver a subir porque me lo olvidé.
Si veo que hay mucha gente “amuchada”, me voy. Sigo cuidándome mediante el uso de barbijo y evitar las aglomeraciones. Y si quiero ir a un sitio con más gente de la que me gusta, me pongo una máscara de acetato transparente. Esa va conmigo y hace su aparición cuando lo creo necesario. Raúl tiene una igual y cree haberla dejado en el asiento trasero del auto. Cuando vaya a buscarlo me voy a fijar si sigue ahí.
Cuando manejo, como usualmente voy solo, incluso si voy con Raúl, me saco el barbijo. Las veces que fuimos más, no me lo saqué. Y mientras no haya alguna otra forma de cuidado, voy a seguir usándolo. No hay alternativa.
A un año de vivir empandemiado, mi vida en general, no cambió demasiado dentro del año de la pandemia. Respecto de mi vida antes de la pandemia, el cambio es muy grande. Se supone que hay muchas lecciones por aprender, pero no estoy tan seguro de haberlas aprendido todas. Sé que algo aprendí, pero no tengo tan claro que haya sido todo lo que tenía que aprender. Durante este año reforcé lo que siento por mucha gente, ratifiqué que la familia sigue siendo MARAVILLOSA y que la gente que ES MI FAMILIA ES LA MEJOR Y LOS AMO.
Al día de hoy (21/03/2021), Raúl está vacunado con las dosis de la vacuna Sputnik V (de origen ruso) y Gaby recibió la primera de las dos dosis de la vacuna Sinopharm (de origen chino), esperando la segunda dosis para abril. Me alegra mucho y me tranquiliza que algunos ya estén vacunados o parcialmente vacunados. Espero que en poco tiempo todos estemos completamente vacunados.
Bueno, es todo por ahora.

jueves, 18 de marzo de 2021

Y si me lo pidieras, ¿qué?

El título, es un afano de un tema que canta Santiago Cruz y que se llama Y si te quedas, ¿qué? https://www.youtube.com/watch?v=-ODTfZQsOPQ
Hace unos días, me encontré con el siguiente texto de Frida Kahlo. No había leído algo de Frida, de manera que esto era tan desconocido por mí, como todo lo que sigo desconociendo, hasta ahora, de ella. Sin embargo, por mucho que no hubiera leído esto antes, me recordó que había dicho cosas parecidas y que me habían dicho cosas de ese estilo.
Ahí va el texto que leí:


Al leerlo pensé: “Pasé por ahí”, ya fuera que me lo dijeran o que yo lo dijera, “pasé por ahí”.
Por supuesto que esto no se trata de una crítica a la obra de Frida Kahlo, pero sí se trata de un rejunte de reflexiones, respecto de lo que ella escribió. Claro, en otro momento, yo, con otra historia, estuve más que de acuerdo. Pero hoy, con mi historia hasta hoy, lo entiendo distinto. Mañana, quizás, lo entienda distinto también. Gracias a Dios, todavía cambio de opinión, lo que significa que puedo seguir generando pensamientos reflexivos. O casi.
Por alguna causa, esta lectura me disparó lo que voy a escribir. Y me pregunto, ¿por qué tanto soliloqueo alborotado, qué hay de fondo que todavía esto resuena?
¡A remover el avispero!



Si no lo pedís, ¿cómo me entero de lo que querés?, ¿cómo sé que justo en ese momento tenés ganas de recibir un beso?
Que vos creas que lo hice mal o que me equivoqué, ¿significa que lo que hice está mal o que me equivoqué? ¿Y si está bien y por una cuestión de puntos de vista, vos creés que está mal?, ¿y si se trata de diferencias de criterios?, ¿quién tiene el "malómetro"?
¿Cómo podría saber qué es lo que más necesitas y cuándo si no lo decís?
Y si no te invito a cenar, ¿no sirve que te invite a pasear, a tomar un helado, a coger, a coger  desenfrenadamente, a bailar, a hacer karaoke; ¿lo único válido es ir a cenar, lo único válido es lo que vos querés, una sorpresa no sería válida?

OK, ¿y qué si te propongo cosas distintas, si te propongo ir a recorrer Pehuajó para conocer a Manuelita, o recorrer la costa de mi país?, ¿qué, no sirve? Porque esos destinos son parte del mundo, quizás de un mundo mucho más cercano de aquello que vos podés considerar como mundo, ¿mundo es sólo ese que pertenece a “extranjía”?
Y si en lugar de pedirte que me des la mano te tomo por el hombro o me cuelgo de tu brazo, ¿no sirve?, ¿tiene que ser en el medio de la ciudad, cuál es el medio de la ciudad, cuál es para vos el que tengo que considerar el medio de la ciudad, ¿el medio geográfico o lo que creés que es “el medio”?

Pero, ¿y si considero que estás bonita con otra ropa, otro perfume, otro peinado?, ¿y si tu idea de bonita no es igual a la mía, no sirve?, entonces ¿vale aquello del “mentime que me gusta”?
¿Y si quiero llamarte para que me cuentes qué tal te fue en el día, en lugar de contarte el mío?, ¿y si necesito decirte que te extraño, o que me gusta extrañarte?

¿Y si no entendí?, ¿y si creí que no era por mí y supuse que era por ambos, incluso si pensé que había sido por vos?, ¿y si creo que nunca fue por mí sino por vos?, ¿y si lo creí desinteresado?
¿Y si no me di cuenta que tus ánimos estaban por los suelos?, ¿y si pensé que tus ánimos por los suelos necesitaban espacio?, ¿y si consideré que tus ánimos no estaban por los suelos?
Y si no vas a pedirme que apoye tus decisiones, ¿para qué me avisás que no me lo vas a pedir?, ¿entonces te apoyo o no lo hago?, ¿querés que te apoye aunque no me lo pidas?
Si no empezás a contarme la primera de tus mil historias, ¿cómo hago para saber que tenés mil historias que querés contarme?

¿Cómo saber que querés que haga algo que no sé que querés que haga?
¿Para cuál “para siempre”, el que no me decís que es tu “para siempre”, el “para siempre estándar” o el mío?

Llegamos al meollo de la cuestión, si no me lo pedís, ¿cómo se supone que sepa qué, cuándo, dónde y cómo es lo que querés? Porque en este punto queda en claro que no puedo ser mi versión de yo, sino, la versión de yo que vos esperás.
Esto del porque si lo tengo que pedir no lo quiero, es el equivalente a decir "si no hacés lo que quiero, cuando quiero, como lo quiero, donde lo quiero y sin que adivines exactamente como lo quiero, entonces, no lo quiero"
¡En fin!
La cosa es que todo lo que siga, será en función de mi propio punto de vista. Por lo tanto, lo que sea que escriba, va a tener que ver conmigo, con la pregunta guía que me hago y es: de dónde saqué la idea que alguien, un otro externo a mí, debe saber qué cosa quiero, cuándo la quiero, dónde la quiero, cómo la quiero y, fundamentalmente, si lo quiero. Todo un desquicio. Toda una verdadera estupidez, según mi entendimiento actual; el que tengo hasta este momento.
Al crecer, madurar, oloqueseaquehayasido, viejas frases fueron tomando forma y conseguí reinterpretarlas. Cuando era menos mayor (¡JA!), había una frase que decía:


(el que tuve estaba impreso sobre friselina con una tinta que tenía un olor muy fuerte a solvente)
Por algún motivo, caí en la cuenta que la frase era mucho más importante que lo que había creído hasta ese momento. A partir de esto, es que empecé a creer que el amor, como tantas otras cuestiones, debería ser resuelto por uno mismo, antes de revoleárselo por encima a alguien más.
¿A qué me refiero?
Cualquier cosa que me involucre sentimentalmente a una persona, no debería resultar en el “aprisionamiento” de alguno de los involucrados. Y esto está muy claro desde el momento en el que entendí que un TE AMO dicho por mí, es una versión comprimida de decir, “yo, que soy una entidad distinta de vos, siento este sentimiento llamado amor por vos”. Y cualquier cosa que sienta por alguien y / o algo, es una cuestión individual. Si coincidimos dos individuales individuos sintiendo mutuamente algo similar (porque para que sea lo mismo, ambos individuos / uas / ¿ues? deberían ser iguales y, por definición de individuo / ua /¿ue? eso resulta IMPOSIBLE; poéticamente es muy lindo, pero prácticamente funciona distinto; la simbiosis me genera bastante rechazo) recíprocamente, es MARAVILLOSO. Y, según el sentimiento del que se trate, más de dos participantes podría llegar a ser complicado, pero eso es parte de otro análisis. También sé que todos los que estemos involucrados en la situación deberíamos saber los sentimientos que están involucrados. Creo que es la única forma de no confundir los tantos y que todo no termine explotando; o que explote definitivamente. Aunque no hay garantías, como con todo en la vida misma.
Cuando me hago cargo de lo que siento por alguien o algo es una cuestión individual, sé que todo lo que haga es una cuestión propia y nada tiene que ver alguien que no sea yo mismo. Si me corresponden en el sentimiento, MEJOR y es para construir a partir de eso. Pero lo que yo sienta por alguien o algo, es problema mío.
En el texto se dice “si te lo tengo que pedir, no lo quiero”, pero la pregunta es: si no lo pido, ¿cómo sabe alguien lo que quiero? Creo que se pueden entender cosas que resultan más o menos evidentes: cuando algo se rompe o se pierde, cuando alguien se aleja, cuando un resultado es el deseado, el inesperado o el menos deseado, cuando la frustración es evidente… Pero, creo, que si alguien puede ver los hechos o sucesos no significa que ese alguien sepa lo que otro alguien quiere, desea y/o necesita. ¿Qué tan grave es pedir un abrazo, una caricia, un acompañamiento silencioso?, ¿qué tan grave es pedir lo que se quiere, desea, necesita? Pedir aquello que se necesita nos asegura que otro alguien reciba el mensaje, lo que no significa que lo entienda o que tenga ganas o la capacidad de cumplir con el pedido. Y eso, más allá de lo doloroso (o no, o liberador) que pueda resultar, nos asegura, por lo menos, dos cosas: 1) queda claro lo que necesito; 2) queda claro lo que otro quiere, o no, puede o no, tiene la capacidad o no de hacer. ¡Y LISTO EL POLLO! Nos dejamos de joder con tantas pelotudeces. Habiendo cosas importantes para discutir, armar tanto escándalo por un acto de adivinación, no tiene sentido. ¡Gente grande, che!
Mirá como será de loco todo, que se le enseña a los chicos a escribirle a Papá Noel o a los Reyes Magos lo que quieren, pero después los dejamos escuchar (y despué les mostramos que avalamos o repetimos) frases del tipo “si te lo tengo que pedir, no lo quiero”. ¡ANDÁÁÁÁÁÁÁÁ!
Diálogo, según la Real Academia Española es:

Lo que queda claro, para mí, es que “si te lo tengo que pedir no lo quiero”, en el fondo, no es otra cosa más que la admisión indirecta que nunca lo quise y resultaba más fácil responsabilizar a otros que hacerme cargo que prefería sufrir por no recibir lo que quería recibir.
Como contrapartida, para mí, lo que resulta más saludable es no esperar nada de nadie. Así, todo lo que llega, es un beneficio y siempre viene bien. Y así, si te lo tengo que pedir, te lo pido. Y me siento libre de poder pedírtelo.
Pero , bueno, es una cuestión de puntos de vista y elucubraciones propias. Y cada quien seguirá lo que mejor le resulte, sea cual fuere, el beneficio que espere recibir. 

martes, 16 de marzo de 2021

¿Mosquite? y boludeces variadas...

Y siendo 0:33 del 26/02/2021, empiezo a escribir algo con intención de volcarlo en este blog.
Creo que muchas veces, después de no escribir por mucho tiempo, empiezo diciendo que hace mucho tiempo que no escribo… Entonces, hoy voy a hacer algo distinto. Bueno, no tan distinto. No voy a decir que hace mucho que no escribo, pero hace mucho que no escribo. La última publicación (es decir, la anterior a esta que empiezo ahora), es del 20/04/2020: http://delnoamor.blogspot.com/2020/04/en-fin-sera-en-otro-momento.html
La cosa es que me gusta escribir, pero… me alejé. Y ahora estoy tratando de acercarme. Pero muy tímidamente.
Y veremos lo que hago ahora.
Desde la publicación anterior, seguimos en pandemia de Covid-19. Ahora estamos en campaña de vacunación, así que espero que pronto me apliquen la vacuna. Raúl ya fue vacunado con la vacuna de origen ruso llamada “Sputnik V”. Hoy llegaron novecientas seis mil vacunas de origen chino, llamada Sinopharm. Y seguirán llegando porque se compraron … millones de dosis, repartidas entre varios laboratorios. Hay otra vacuna de origen chino que se llama… y otra desarrollada por Pfizer que se llama… y otra desarrollada por AstaZeneca (de la que, en mi país, se hace el contenido “base” y luego se envía a México a envasar y distribuir), hay dos en desarrollo en Cuba de nombre Soberana 02 y … y mi país está desarrollando una vacuna en el INTA… Esta cuestión de las vacunas, como no podía ser de otro modo, generó milloooooooooooooooooooooooooooooooooones de controversias. Ahora se armó otra porque el (ahora) exministro de salud de la nación, el Dr. Ginés González García hizo vacunar a gente que no debió hacer, pero descubrieron que en la CABA le entregaron vacunas a algunas empresas de medicina privada y sólo a algunas obras sociales, manteniendo algo que las derechas aman: privilegios de castas. Me tienen los huevos reventados. Como si no fuera suficiente atravesar esta situación, y los políticos andan tirándose con mierda toooooooooooooooodo el tiempo. Me tienen harto.
Las redes sociales están tan horribles como la situación. Entonces, tomé distancia de todo el odio que se canaliza por esos sitios. Pasé de participar mucho en las redes a no participar un carajo. De hecho, si tomo fotos de algo, las sigo subiendo a álbumes de Facebook a los que establezco como privados y que comparto únicamente con los que aparecen en las fotos.
HARTO, me tienen HARTO.
Y todo el mundo se siente con buenos motivos para seguir rompiendo los huevos. Pero, ME TIENEN HARRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRTO.
Al no participar, o participar menos en las redes sociales, no hago comentarios en nada de lo que se publica. Si estoy de acuerdo, no lo hago público. Si no estoy de acuerdo, tampoco. Nadie necesita que refuerce su sistema de creencias, ni que zapatee sobre ese mismo sistema de creencias cuando no las comparto. En definitiva, cada uno de nosotros tiene sus propias ideas y cree en lo que cree.
Listo.
Esto de escribir me gusta, sólo tengo que dejar que mis dedos choquen con las teclas siguiendo lo que canturreen mis neuronas. Ahora tienen que coordinarse mis dedos con las teclas de los teclados y esperar que el canturreo no suene desafinado. Y si todo eso ocurre, dejar que fluya.

¿Y SI HUBIERA SIDO MOSQUITE?
https://www.cdc.gov/mosquitoes/es/about/what-is-a-mosquito.html#:~:text=Abdomen,los%20huevos%20de%20la%20hembra.
Para empezar con esta fantasía estuve buscando un poco en Internet. No soy especialista en el tema mosquitos, por eso, dependo de la “especialidad” que haya podido hacer “DonGoogle”.
La información, como siempre, es mucha. Para poder dar por cierto algo, leí más de una fuente sobre cada cosa, aun así, no estoy seguro que sea cierto. Pero, como la verdad es relativa (¿¡QUIÉN ES EL DUEÑO DE LA VERDAD!?), dejé de dar vueltas.
Si hubiera sido mosquite mi aspecto externo, más o menos, sería así:


Es extraño pensarse mosquite, porque no es un animal que ¿humanicemos?, como sí hacemos con los gatos, perros, algunas aves…
Pude leer que el mosquito hembra puede vivir un mes, mientras que el macho puede vivir una semana (https://cuantoviven.net/mosquitos/). Claro, es entendible que viva tan poco (visto desde la óptica de un mosquite que en otra vida fue ¿humano?), porque según otro texto que leí, mientras la hembra rompe los huevos haciéndose panzadas de sangre chupada a diestra y siniestra (hay una especie de mosquitos que pica lombrices; ni siendo un pobre bicho que vive enterrado hay salvación), el macho anda por los campos libando florecillas, esperando a encontrarse una compañera con NECESIDAD DE TENER UNA ÚNICA CÓPULA... Con ese panorama de vida, si fuera mosquite (después de haber sido ¿humano?), agradecería que se acabara pronto. Así y todo, debe ser agotador.
Las diferencias entre hembras y machos, a mis ojos actuales, son pocas. Sin embargo, para ellos deben ser suficientes:

También leí por ahí que el zumbido (que tanto desvela) se debe a que buchonea a la “vístima”, es decir, una hembra que se dispone a darse una panzada de sangre llama a otras hembras para que participen del ágape (según una publicación); pero también leí en otra publicación, que se debía a “la previa” del sexo que le aseguraba una única alegría al macho y una cosecha suficiente de esperma para las hembras, que lo iban a hacer durar para poner huevos varias veces; siempre y cuando no terminen aplastadas en algún momento de su vida. ¡EL QUE NO ARRIESGA NO GANA!, dicen.
Mientras investigaba, me pregunté si existían registros de actividad homosexual entre mosquitos, porque no quisiera que habiendo cambiado de especie también cambie de identidad sexual. Me encontré con un estudio https://www.bbc.com/mundo/noticias-44740022 que me genera más preguntas que certezas. No se enfoca en los mosquitos, sino que cachó un bicho y generalizó, dejando un chorreo de homofobia, muy marcado. El estudio se enfocó en un escarabajo de la harina y dice que los machos no reconocen bien a las hembras, pero no saben por qué ocurre eso. ¿Y si no se trata de no reconocerlas sino de no querer estar con una hembra? Propuesto así como se propone en el trabajo, se deja la idea que el bicho (macho, porque nada se dice sobre el lesbianismo entre las escarabajas) es suficientemente idiota como para no reconocer a la hembra. Al final, me quedó la sensación que se le había desbordado la homofobia a todos los participantes de la nota y del estudio.
¿Y por qué se me ocurrió buscar sobre mosquitos gays? Porque en el reino animal hay sobrados ejemplos de comportamientos homosexuales: https://es.wikipedia.org/wiki/Homosexualidad_en_animales, https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/02/150211_animales_homosexuales_lp, https://www.rtve.es/television/20200626/homosexualidad-mundo-animal-parejas-mismo-sexo/2022734.shtml. Y esto, sin contar con que durante toda nuestra vida vimos a muches perres (sin importar si eran macho o hembra) montándose lo que encontrasen (¿hay alguien que se haya salvado de echar a un perre que intentaba copular con su pierna?). Y como ya conté que soy mirón (y no voy a repetirlo), de chico siempre me llamó la atención la cópula (o lo que imaginé que era la cópula) entre moscas: mientras que en algunos casos se veían a pares (par en el sentido numérico, es decir, dos) “enganchados”, otros intentaban engancharse y eran ¿violentamente? echados, situación que en mi imaginario parcialmente limitado por la edad, se debía a que eran dos machos; aunque no pensé nunca en que podían ser dos hembras, o que quizás se debía a algún comportamiento de las moscas, o…
En fin, todo esto es el resultado de algunas búsquedas para escribir alguna boludez fantástica, sobre mi existencia mosquiteril…

Si hubiera sido mosquite, supongo, no sería capaz de darme cuenta de la afortunada huevo - larva que fui. Se supone que al momento de ser mosquite, sorteé (gracias al Dios o deidad que le corresponda a les mosquites, si es que esa deidad fuese diferente a las de los ¿humanos?) ser tragado por los depredadores naturales; o por algún biche (perres, gates, comadrejes, aves, …) sediente; o haber zafado de ser echado a la rejilla o a la tierra seca por algún humane descacharrando; o por llegar a esos mismos destinos por el desborde del sitio en que fui echade por desove, a causa de lluvias, recarga de agua u otro motivo que no imagino.
Si fuera mosquite, toda mi actividad sería aprender a usar mis ojos compuestos (justo anoche me apareció un orzuelo en el ojo derecho, si hubiera sido mosquite, ¿también tendría esta mierda?), tendría que aprender a coordinar el uso de las alas (¿se mueven sincronizada o desincronizadamente?), el movimiento de las patas (me tuerzo con dos, con cuatro ¡ni me quiero imaginar!); aprender a usar la trompita que, si fuera mosquita debería practicar en humanes sin ser aplastada; pero si fuera mosquito tendría que aprender a libar florcitas; aprender a higienizarme y A VOLARRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR… Y de paso, a esquivar obstáculos y aplausos voluntaria y / o involuntariamente asesinos; como también, todo elemento volador que se acercase “sospechosamente” rápido y hacia mí. Todo esto en menos de un mes, si fuera mosquita o en menos de una semana, si fuera mosquito. Y me pregunto, ¿cómo podría aprender todo eso habiendo nacido “guacho”, dentro de charco y lejos de cualquier ejemplo?, ¿será que toda esa data viene en los genes de los que no tengo idea que existan?, ¿cómo aprender a no fiarme de la belleza de algún bicho que busca embucharse conmigo? Dios, ¡cuánta incertidumbre! Lo mejor de todo esto, creo, es que ni siquiera sabría que tengo que cuestionarme tanto; de hecho, no creo que tuviera la capacidad de cuestionarme. Pero si no puedo cuestionarme, ¿cómo consigo saber qué sí y qué no, hacer?, o ¿para dónde girar?, o ¿dónde posarme y dónde no?, o…
Si fuera mosquite, creo, no tendría noción del tiempo (que, como dice la canción, es veloz https://www.youtube.com/watch?v=yHOfLbXJruo), y quizás sea sólo algún cambio en el aire, en la biología mosquiteril o no sé en qué, lo que me llevaría a tener necesidad de sexo… ¿o será sólo por gusto? Porque de lo que leí, nada se dice que sobre la posibilidad que les mosquites se diviertan con sexo casual, en lugar de causal. Y ni que hablar de ignorar las malas famas: que contagio malaria, sika, chicungunya, dengue, fiebre amarilla, que jodo con el ruidito, que enronchono a les humanes con mis picaduras… ¿¡Y QUÉ QUIEREN, SERÍA UN MOSQUITE!? Si fuese un mosquite gustoso del drama, con tantas malas famas, tendría para hacerme una panzada de melodrama. Pero no creo que tuviera esa capacidad, tendría el cerebro ocupado controlando los ojos múltiples, las dos alas (sincronizadas o no, no lo sé) el movimiento de las patas, la trompita, las antenitas… Me agoté de sólo de imaginarlo.
Si fuera una mosquita, ¿qué sentiría al desovar en cualquier charco?, ¿qué pasa con el instinto maternal de las mosquitas que andan tirando huevos por ahí, en un charco cualquiera (pero bien elegido, claro, porque tampoco es cuestión de tirar los huevos en cualquier sitio), dejándolos en soledad para que se arreglen solos? Y eso que, previo a desovar, tuvo mucho laburo: chupó sangre y exprimió la esperma de un macho para poder crear esos huevos. Laburar, la mosquita, laburó. Pero, creo que no sentiría nada de nada porque sería una mosquita más del montón, haciendo cosas de mosquitas.
Y, ¿qué sentiría siendo un mosquito libando de flor en flor, saltando alegremente sin ocuparme de mi familia? Nada. Mi naturaleza no es esa.
¿Se cruzarán les hijes mosquites no reconocides, con sus engendrantes no reconocedores de huevos / larvas propias? Quizás, pero no creo que sea una preocupación.
Si hubiera sido mosquito, y si hubiera tenido la posibilidad de zafar de zapatazos, repasadorazos, palmetazos y engullidas varias, quizás, hubiera completado mis siete eternos días y conseguido morir como se espera que muera un mosquito. Y si hubiera sido mosquita, y si hubiera podido zafar de lo mismo, inclusive de algún manotazo al estar chupeteando sangre, quizá hubiera conseguido completar los, como máximo, treinta días que se espera que viva una mosquita para llegar a morir como una mosquita hecha y derecha.
Si hubiera sido mosquite, como ahora que no lo soy, no hubiera importado porque no era una prerrogativa propia elegir en qué clase de cosa llegaría a este lado de la vida.

viernes, 10 de abril de 2020

En fin, será en otro momento...

Estoy en la madrugada del 09/04/2020, comienzo de la Semana Santa de 2020.
En un año sin sobresaltos, para mí, debería empezar mi Semana Santa, incluyendo al sábado, aclaración más que pertinente porque, para mí, es una jornada laboral.
Pero este no es un año sin sobresaltos, todo lo contrario. Esta pandemia de Corona virus (Covid - 19) rompió todo. Rompió las sociedades, imponiendo cuarentenas y aislamientos sociales para reducir las consecuencias de los posibles contagios. Pero también las sociedades porque rompió el sistema capitalista que, después de esto, necesariamente deberá ser distinto. Rompió con toda cuestión, más o menos, organizada.
Y nos desorganizó.
O, si lo vamos a ver positivamente, nos está obligando a organizarnos distinto, y si quisiera verlo más positivamente, nos está obligando a organizarnos de un modo más inclusivo. Parece un poco temprano para esto, pero...
Una cuestión que parece un dato de color (pero que no lo veo de ese modo), es la aparición de animales en estado natural, en tierras que los ¿seres humanos?, les restringimos. Así andan los carpinchos por barrios privados, palomas haciendo nido en los autos que llevan días estacionados, aves caminando por una calle de Olivos... Es casi como que la película "Vecinos invasores" (hasta el título de la "inocente película" es una mierda) resultó premonitoria.
Pero esta pandemia no es un chiste. Es un grandísimo desastre. Por mucho que el mundo está reponiéndose de nuestro mal uso (el agujero de ozono se redujo en un 30%, en los cananles de Venecia hay peces y otras especies acuáticas, Etc.)
Pero, desde mi mismidad, o de nuestra mismidad, esta pandemia nos dejó sin salida de Semana Santa.
En enero perdí mi tarjeta de débito. Y como si no alcanzara, el que la encontró (o me la "bolsiqueó") me gastó $ 11.000,00. Cuestion que entre los incontables reclamos, nos prometí, que en cuanto me devolvieran el dinero robado, íbamos a reservar algo para la Semana Santa. Dos meses después, cuando me hicieron el reintegro,  elegimos que íbamos a pasar cuatro días en Mar del Tuyú y señamos el lugar. Nuestro período de iba a ser del 9/04 al 12/04, lugar que señamos el 10/03.
Y llegó el Corona virus...
Y nos dejó, no sólo aislados y distanciados (Raúl está en su casa y yo en la mía), sino con todas las complicaciones impensadas, de una situación absolutamente inesperada.
Iban a ser unos días geniales, donde iba a satisfacer mi gusto de manejar en ruta, parar en Atalaya de Chascomús (tanto a la ida como a la vuelta), parar en la YPF - ACA que está a la entrada de Dolores, de pasar por la esquina de Croto y de conocer (apenas) un sitio que no conozco: Mar del Tuyú. Después, la vuelta.
La salida iba a ser el 09/04/2020 a la mañana temprano, a eso de las 6:00; y el regreso desde allá, sería el 12/04/2020, más o menos al mediodía.
Pero nada de eso fue. Y ya no será. Será otra salida, a otro lugar en otras fechas y con otros horarios, pera esta salida, planificada como estaba, YA NO SERÁ.
Claro que no hay discusión posible. Hay una cuestión de responsabilidad individual y de peligro social, más allá de las limitaciones a la circulación que nos imponen.
Medidas que, a la vista de lo que ocurre en otros sitios, agradezco que se tomen.
La cancelación involuntaria de esta salida, me hizo acordar que, en noviembre de 2018 habíamos reservado para febrero 2019 en un hotel de Necochea, pero dos semanas después de la reserva, el dueño del hotel, se murió.
Y nos quedamos sin conocer Necochea.
Y ahora me quedo sin conocer Mar del Tuyú.
Cuando algo no debe ser, no es.
Esta pandemia vino para algo, hay algo que debemos (o debo) aprender. Cada quien deberá encontrar su "¿para qué?", más allá del "¿para qué?" genérico.
Bueno, a esperar que todo esto pase lo más rápido posible, con la menor cantidad de consecuencias negativas posibles y con la mayor capacidad de beneficios posibles.

lunes, 23 de marzo de 2020

Viviendo la cuarentena del año 2020

Voy a intentar dejar por escrito esta situación que, para mí, es inédita.
PANDEMIA DE COVID-19 (Corona virus)
Durante enero de 2020, en Wuhan (https://es.wikipedia.org/wiki/Wuhan), específicamente en un mercado de mariscos del sur de China (https://es.wikipedia.org/wiki/Mercado_mayorista_de_mariscos_del_sur_de_China_de_Wuhan) donde se comercializan especies exóticas (pangolines, cobras, boas, perros, gatos, ratas, murciélagos, peces globos y andá a saber que otra asquerocidad similar) que, según se dijo, son bastante buscadas por "los nuevos ricos", para sus banquetes y, así, demostrar su nuevo estatus social; se originó una pandemia mundial conocida como Corona virus o Covid-19. Dicen que el origen pudo ser una sopa de murciélago o algún plato con pangolín; y trata de una especie de gripe que se transmite de persona a persona muy rápidamente.  Afecta, mayormente, a los adultos mayores y, fundamentalmente, a los que tienen enfermedades previas de base como: asma, diabetes, inmuno depresión, hipertensión, problemas cardíacos. Como respuesta a la pandemia, rápidamente, China cerró sus fronteras y, literalmente, cerró la provincia de Hubei, ya que el epicentro (el mercado) está allí. Hasta el día de hoy (24/03/2020) no existe vacuna, y el único procedimiento preventivo es el aislamiento social; situación que en mi país, Argentina, se puso en marcha el lunes 16/03 mediante el establecimiento del aislamiento social (que duraría hasta el 31/03) y que, a partir del 20/03 -y hasta la misma fecha de finalización- se convirtió en cuarentena obligatoria. Mientras transcurren los días, hay controles de Policía Federal, Policía de la Ciudad, Gendarmería y/o Prefectura, para que no haya ciudadanos circulando, excepto, que cumplan alguna función esencial y/o tengan una autorización o declaración jurada que indique que está cumpliendo alguna cuestión de importancia, o se están abasteciendo de alimentos o medicamentos; por las noches pasan helicópteros vigilando la circulación y, algunas veces, la policía sale con los patrulleros y altoparlantes, recordando la vigencia de la cuarentena. Se emitieron los DNU (decreto de necesidad y urgencia) 260/2020, 287/20; 297/20, que establecen modalidades de desplazamiento y Etc.
Toda esta pandemia (claro que hay teorías conspirativas que sostienen que este virus, es un desarrollo de EEUU) no sólo pone en jaque a los servicios de salud, sino que resquebrajó todas las teorías capitalistas neoliberales y el capitalismo en general. El tótem neoliberal llamado mercado, desapareció en cuanto vio mermar sus ganancias, y el único que se encarga es el estado nacional.  Países como Cuba y China, países muy criticados y, en el caso de CUBA, además bloqueado por EEUU (igual que Venezuela) son los que envían sus médicos, los exponen a una horrible pandemia para colaborar con los países del mundo. En toda esta cuestión, nuestra economía terminará más que muy resentida. En mi país, se tomaron decisiones rápidas y, parece, eso hace que esté bastante controlado, aunque, se espera que la pandemia avance, siendo un hecho que ya tenemos el primer caso "autóctono". En Brasil, con Bolsonaro, apenas si hacen algún control; en Chile, con Piñera, se dictan algunas medidas (como prohibir la circulación de 18:00 a 6:00), pero no parecen muy efectivas. Estados Unidos, de la mano de Trump, se niega a tomar decisiones que impidan el desarrollo de la pandemia, y eso obliga a los distintos gobernadores a tomar las medidas que consideren mejores. Inglatera, de la mano de Boris Johnson, no tomó medidas hasta el 23/03/2020 que decidió una cuarente de tres semanas,  porque hasta ahora, sus ideas neoliberales, lo llevaron a creer que las presonas podían generar anticuerpos y que, para eso, debían contagiarse masivamente; además de sostener que las empresas no podían dejar de funcionar. Italia, donde dejaron que todo ocurriese hasta que consiguieron estar en el segundo lugar de muertos, después de China lugar donde todo comenzó. Todos esos países tienen en común sus ideas neoliberales.
Volviendo...
Toda la cuestión, para mí, es inédita; totalmente desconocida.
Por ahora, entre lo que empezó como aislamiento y que luego mutó en cuarentena, llevamos nueve días corridos, aunque puramente de cuarentena son cinco. En este tiempo, salí: el lunes 16/03 para ir a trabajar (y ese día nos dijeron que ya no volviéramos hasta el 01/04/2020), el martes 17/03 para un arreglo del auto, el viernes 20, por unas compras para mi tía y. Los primeros días, los del aislamiento, no había restricciones sino unas medidas precautorias: distanciamiento social (dos metros con otro supuesto humano), lavado de manos constantes, aplicación de alcohol en gel, taparse la boca con el pliegue interno del codo y reducción de salidas al máximo. Pero a partir de la aplicación de la cuarentena, todo se puso más estricto. Así y todo, existen muchísimos irresponsables que no entienden que deben quedarse en sus casas, entonces, creé un álbum compartido en Facebook para dejar registrados a algunos (porque dudo que nos enteremos de tod@s) de ell@s: https://www.facebook.com/fagabrielli/media_set?set=a.10222158489529175&type=3.
En Internet hay un mapa interactivo donde se registra el avance de la pandemia: https://www.arcgis.com/apps/opsdashboard/index.html#/bda7594740fd40299423467b48e9ecf6
La enfermedad, para los grupos de riesgo, termina en muerte. Pero la muerte es en total soledad (para el enfermo y para la familia, ya que una vez fallecido el enfermo, no pueden disponer de sus restos) y  una vez que se diagnostica positiva la infección, se aisla al paciente en algún centro de salud; excepto en Italia que están absolutamente desbordados y están eligiendo a quienes internan y a quienes, no. Sean en nosocomio o en casa, el que está infectado está aislado porque contagia, aún, después de muerto. En Italia se aplica "el derecho a decir adiós" y para eso, donan tabletas para que los moribundos puedan despedirse a distancia. Italia hizo algo que China, no: mostrar algunas imágenes estremecedoras: camiones trasladando féretros con muertos por Covid-19, los ataúdes amontonados...
Y, a pesar de las imágenes, la información, las campañas, las etiquetas en los mensajes de Instagram y/o Twitter (#QuedateEnCasa, #YoMeQuedoEnCasa, #QuedateEnCasaLaPutaQueTeParió y muchísimas otras) sigue habiendo descerebrados que nos exponen a todos.
Toda esta cuestión, cuando se estableció el aislamiento social, el 16/03/2020, me hizo acordar a una gran historieta El Eternauta. No es exactamente igual, pero tiene algunos puntos de contacto y eso me lo trajo a la memoria.
La verdad es que parece surrealista todo lo que está pasando, pero no lo es. Es la realidad. Y, por supuesto, cada quien la vive a su modo.
Cuando se estableció el aislamiento social, me pregunté qué iba a hacer para intentar colaborar con algo de ánimo. Entonces, decidí cambiar mi saludo de todos los días. Ahora, vía Instagram (@fagabrielli y @profeinet) publico frases que me parecen motivadoras (aunque si lo veo con mi prespetiva anterior, hubieran resultado exasperantes). Así las cosas, por ahora, publiqué:




















Además estoy llamando (lo que no hago habitualmente) con cierta regularidad, porque me parece que hay que estar en contacto... No sé, esto es nuevo y hay que probar recetas nuevas.
Acabo de darme cuenta que NO ES CIERTO QUE ESTO ES INÉDITO PARA MÍ. La verdad es que estuve internado dos veces (una en 2005 por un flemón en la garganta -7 días- y otra en 2011 por una tuberculosis pleural-15 días-) y eso se pareció bastante. De hecho, cuando tuve la tuberculosis pleural, estuve quince días internado y casi tres meses encerrado en mi casa, saliendo sólo por casos de extrema necesidad: visitas al nuemonólogo, estudios médicos y aprovisionamiento.
En mi caso, al vivir solo (aunque estoy en pareja), una cuestión que se nota claramente es la soleddad. Pero con ella me llevo genial. De hecho, mis vacaciones cuando no estuve en pareja fueron encerrado en mi casa, saliendo sólo si era necesario. Disfruto de mi encierro autodispuesto... Bueno, ahora el encierro es impuesto por cuestiones de salud. La diferencia está en la inquietud que genera este, y no aquel.
Nací en 1963, tal como canta Fito Páez (https://www.youtube.com/watch?v=hDdMJQfYJl8), lo que significa que en algún momento de este 2020, debería cumplir 57 años.
Me acuerdo haber visto la supuesta llegada del hombre a la luna.
Y también vi al Topo Gigio con Juan Carlos Mareco "Pinocho" (https://www.youtube.com/watch?v=_KIFTQgUaO0).
Cuando tuvimos gallinero, mi viejo agarraba un huevo directamente del nido, lo pinchaba en los extremos y "chupaba" la clara y la yema. Cuando hice lo mismo, me dio mucho asco la clara, que era como un gran moco que nunca terminaba.
Para que creciéramos fuertes, muchas veces, nos batían un huevo (recién salido del nido de alguna gallina) con azúcar y un poco de vino...
Había comidas, como la pizza, las empanadas, el pollo o la tira de asado, que básicamente se comían con la mano.
Las gaseosas escaseaban, entonces, tomábamos vino con mucha soda.
Tomábamos la leche de la boca de la botella, aunque existía una campaña para que eso dejara de suceder.
Tomábamos agua directamente de la canilla y, como en mi caso, muchas veces de la canilla del bombeador (porque no teníamos agua corriente). Y no existían los filtros, de modo que en las pavas se formaba mucho sarro, y en los humanos, ¿adonde habrá ido a para ese sarro?
Las comidas se cocinaban en cacerolas de aluminio (al menos en mi casa).
La calle era como estar en el patio de mi casa.
Los perros eran nuestras mascotas, pero no tenían dieta propia sino que comián lo que se les cocinara que, las más de las veces, incluia las sobras de nuestras comidas. Les arrancaba las garrapas y las reventaba de un martillazo en el piso del garaje de mi casa.
Nos vacunaban todos los años contra lo que alguien determinaba que debían vacunarnos.
Con todo lo anterior, sólo quiero decir que sobreviví a montones de situaciones que pudieron haberse desatado con tantas asquerosidades (vistas desde hoy, pero en aquel momento eran geniales).
Pero además hubo algunos otros acontecimientos con la salud:
Cuando nací lo hice mientras se desarrollaba la pandemia de poliomielitis. Se documentó, en un principio, en 1950 y el último caso en Argentina fue en 1984. La vacuna Sabín oral fue clave para su erradicación: (https://www.sanofi.com.ar/es/sobre-nosotros/areas-terapeuticas/Vacunas/Poliomielitis/Evolucion-de-la-poliomielitis). Pero, y en paralelo, en 1960 aparece la Tos convulsa (o tos ferina o coqueluche o pertussi). De esta pandemia, sólo me acuerdo que nos llevaron a Córdoba, pero no recuerdo si fue por prevención o porque alguno de nosotros la tuvo. Desde 1981 y hasta la actualidad, convivimos con la pandemia de VIH, que en su comienzo fue llamada "la peste rosa", dado que se detectó principalmente en homosexuales. Desde 1993, ya nacido mi hijo, se desata una epidemia de Cólera, enfermedad de la que no tenía noción hasta ese momento. Luego fue el turno del SARS (Síndrome agudo respiratorio). Después le tocó la llegada a la Gripe A. El Dengue, que ya era conocido, tuvo su peor pico en el año 2016, pero en esa ocasión trajo consigo al Chikungunya. En 2019 hace su aparición el Zyka, y ahora estamos en medio de la pandemia de Corona virus.
Entre todo esto nos pasaron derrocamientos de gobiernos democráticos, AAA, peronismo, golpes de estado que impone el modelo neoliberal, UCR (Alfonsinista), neoliberalismo (Ménem - La Alianza -con De La Rúa a la cabeza-), cinco presidentes en una semana, default con el FMI, fondos buitres, Kirchnerismo (Néstor Kichner / Cristina Fernández x 2 - se usa permanentemente la frase "LA PATRIA ES EL OTRO", pero sólo empezó a ser entendida a partir de esta pandemia-), neoliberalismo (PRO - Macrismo / UCR -no Alfonsinista-), ¿Populismo? (Alberto Fernández - Kirchnerismo)...
¡En fin!
Hemos recorrido un largo camino.
Julio Grondona tenía un anillo que decía:

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TODO PASA

y todo esto también va a pasar. Lo que es seguro es que, una vez que haya pasado, ya no seremos iguales y tampoco seremos todos los que éramos.
Nada y ninguno será igual. Y todo, como siempre, habrá pasado.