En otras redes sociales...

En Facebook me encontrás en: http://facebook.com/fagabrielli
En Twitter, me encontrás en: https://twitter.com/Fagab
Y mis experimentos culinarios, los muestro en: https://cocinateando.blogspot.com.ar

martes, 25 de junio de 2024

Las voluntades y decisiones no propias

Mis ideas van apareciendo, por lo general, por los pliegues de mi cerebro.


Pero esta vez, la certeza es que esa idea iba boludeando por encima de algún lóbulo, se patinó y cayó en alguno de los surcos del cerebro (que se llaman cisuras https://www.fisioterapia-online.com/glosario/cisuras-o-surcos-del-cerebro)
y que nunca terminó en el fondo del surco, sino que, como en la pelicula "127 horas" (https://www.youtube.com/watch?v=ifofuU5gL14), se trabó en algún lugar y se la pasó reapareciendo, recurrentemente, en mis pensamientos. Hasta hoy que decidí ponerme a escribir para que salga y sea libre...
Resulta que hace unos días, me encontré con esta publicación en Instagram: https://www.instagram.com/p/CvACM_ftcTZ/?img_index=1, que dice:











La cosa es que lo compartí con Raúl y generó una charla.
A partir de acá, se tratará de mis opiniones y convencimientos, al menos, hasta el día de hoy, 25/07/2023. Mañana, vemos.
En esta publicación, lo primero que me llamó la atención fue: 


Quizás, deba poner sobre la mesa algunas cuestiones previas que, si leíste algo de este blog, quizás ya hayas leído:
1) No soy celoso y creo que no lo fui, tampoco, en el pasado. No lo soy y no creo haberlo sido de mis exparejas, amig@s, familiares, mascotas...  Y, aunque hoy no siento celos, imagino que en algún momento debí haberlos sentido; de lo contrario, ¿cómo podría conocer qué son los celos? Por muchos años fui "el hermano del medio" y, cuando éramos chicos, mis viejos en más de una oportunidad, me dijeron "no seas celoso...", pero estoy seguro que no sentía celos; sentía que me empujaban a una situación injusta o inequitativa. La situación más habitual era al salir los cinco en el auto. Desde siempre me senté detrás de mi mamá. Cuando mi hermano menor fue creciendo, la batalla por ese asiento se fue incrementando. Cuando mis viejos me decían "no seas celoso, "'grandulón', no hagas llorar a tu hermano. Sentate en el medio", no lo quería hacer porque sentía que aquel asiento era MI sitio y que no tenía que cederlo, a menos, que no hubiera otra opción. Y como estaba disponible el sitio del medio, entonces no lo cedía.
Alguna vez tuve un novio que me revisaba el teléfono y que intentó revisarme las cuentas de correo, Y ESO ES MUY FEO.


2) Ehhhhhhhhhh... sí, es la decisión de cada uno. Y por eso, hay que hacerse cargo de las decisiones. Siempre existe un momento previo en el que, todavía, puede decirse "mmmmmmmmmmmmmmmmno, mejor no porque..." y no concretar el hecho. Particularmente y en este momento de mi vida, ya no creo en eso de "se es infiel con el pensamiento"... ¡¿QUÉ CARAJOS ES ESO?! Los pensamientos son ingobernables, aparecen casi por asalto y se presentan, se abren paso y ¡zas!, te sorprenden (algunos, otros no tanto y otros, nada). En este momento ni siquiera creo que sea determinante para distanciarse. Creo que todo se puede hablar y ver qué pasa, siempre hay conversaciones que llevan a algún sitio, a un nuevo acuerdo, o no. Cierto es que, tras la infidelidad, hay una cuestión de confianza que restaurar y eso debería ser cuestión de una charla abierta y profunda. Y, sin dudas, cada uno sabe hasta donde puede con las situaciones. Y sea lo que fuere que se decida, que esté bien claro que se decidió de a dos.


3) Esto debería ser siempre así. Apenas si podemos controlarnos a nosotros mismos, como para andar tratando de controlar a alguien más. En particular, creo, se trata de aceptar que una pareja se trata de dos individualidades, mancomunadas y en equipo en algunas cuestiones y dos individuos independientes, en otras. La simbiosis no me gusta. Romperse el marote por cuestiones que no dependen de nosotros es sumergirse en un mar de frustraciones, así que, más vale, alejarse de eso. Intentar controlar a alguien nunca es bueno y, creo, nunca inocente. Lo que realmente vale la acción es aceptar al otro tal cual es, aceptar lo que gusta y lo que no que, en definitiva, no es más que su modo de ser; ¿qué unidad de medida tenemos para asegurar que lo que nos gusta, creemos, deseamos, suponemos, es mejor que los modos ajenos? Era habitual, en alguna época, escuchar "cada maestrito con su librito". La vida es un libro que vamos escribiendo día a día.


4) Mmmmmmmmmmmmmmno, no creo que sea así. La demostración de la prioridad está dada por, además, otras cuestiones. En todo caso, creo yo, lo que puede leerse es "hay una conversación que debimos tener y estuvimos evitando". Seguramente uno de los dos, evitó exponer el tema. Quizás ambos lo evitaron. El tema termina afectando a todos en la relación, pero la cosa era entre dos y no se supo, no se pudo, no se quiso resolver, ¡vaya cada uno a saber! De todos modos, cada uno tiene su escala de valores y, en función de eso, resuelve. Y en pareja, según yo, también se tienen escalas de valores. Y no creo que la rigidez o la inflexibilidad contribuyan. Los ¿seres humanos? cambiamos, vamos acumulando experiencias que nos obligan a modificar algunas pautas, la vida nos lleva por distintas etapas y eso debería llevarnos a una actualización de criterios. Los tiempos cambian y las personas, con mayor o menor adaptabilidad, también. También creo que, a medida que dejamos la juventud atrás, se nos va haciendo un poco cuesta arriba la adaptación, pero, según la teoría darwiniana, sobrevive el que mejor se adapta; bueno, tampoco tan simple, pero así, básicamente.

En definitiva... creo que se trata de vivir y dejar vivir, acompañarse pero no ser un collar de melones y de responsabilizarnos por lo que hacemos y decidimos no hacer dado que, en cualquier caso, es una cuestión de decisión propia.

En su canción "Cantares", Joan Manuel Serrat, incluye el poema de Antonio Machado (en itálica o cursiva),

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar.
Pasar haciendo caminos
caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción.
Yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.
Nunca perseguí la gloria...
Caminante, son tus huellas el camino y nada más.
Caminante, no hay camino: se hace camino al andar.
Al andar, se hace camino, y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar.
Hace algun tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar:
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar.
Golpe a golpe, verso a verso".
Murió el poeta lejos del hogar;
le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar:
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar.
Golpe a golpe, verso a verso".
Cuando el jilguero no puede cantar,
cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar,
caminante no hay camino,
se hace camino al andar.
Golpe a golpe, verso a verso.
Golpe a golpe, verso a verso.
Golpe a golpe, verso a verso.
Fuente: LyricFind

Letra de Caminante No Hay Camino © O/B/O SADAIC, Inc



Estas cuestiones recurrentes...

 Por cuestiones de la vida que todos experimentamos, estoy comprándome algo de ropa. Nada especial (los dos eventos especiales que tuve, en noviembre 2023 mi casamiento y en junio 2024, hace una semana, el casamiento de mi hijazo, los resolví alquilando ropa para la ocasión), ropa para todos los días; esa ropita cómoda que uno se pone para usar a diario, ir a trabajar (gracias a Dios no tengo un laburo en el que deba usar traje ni ningún disfraz en particular), usar en mi casa...

Como ya dije muchas veces, soy un tipo amarrete; y esta particularidad, lejos de avergonzarme, me enorgullece. Y como ya dije muchas veces, también, soy un tipo gordo; con 1,70 Mts. de estatura debo estar pesando algo cercano a los 100 kilos (algo más o algo menos, pero por ahí debo andar).

En estos tiempos de gobierno libertario (que es una grandísima mierda: represión a las protestas sociales, vaciamiento del estado, abandono del estado y de las personas en situaciones desfavorables, escaladas de precios imposibles, no distribución de alimentos a los comedores o merenderos, a pesar de tener la mercadería en galpones; reducción del índice de inflación -que, en diciembre, al asumir, llevaron a un 120% de incremento- a fuerza de reducción de consumos; aumentos imposibles en los servicios públicos; con declaraciones de un presidente que dice "AMO SER EL TOPO QUE DESTRUYE EL ESTADO DESDE ADENTRO", cuestión que me parece un oxímoron; tan sólo por citar sólo algunas cuestiones), no tengo la capacidad de formarme un precio de referencia de las cosas (todo me parece una mierda de caro), lo que hizo que decidiera no comprar nada que me parezca que no vale lo que intentan cobrarme. Esta decisión excluye de mis probables posibilidades un amplio arco de objetos, arco que se amplía porque no soy un tipo "marquero", es decir, no compro cosas de marca original, ni mucho menos, de marcas imitadas o truchas. Si no tengo el original, ¿por qué querría tener una copia?

La cuestión, es que volví a comprarme algo de ropa, lo que me llevó a reencontrarme con situaciones incómodas que hacía bastante tiempo que no me encontraba:

Los talles: ¡maldita sea! Siempre que hay situaciones de "crisis", los talles se achican (como se achican las pastillas, los caramelos, los asientos de los colectivos, la barras de cereal, las presentaciones de algunos alimentos). Hace muchos años, en épocas en que el menemismo había permitido la importación indiscriminada, yo era cliente de Macowens porque conseguía ropa sin mayores complicaciones y a un precio razonable. Eso resultó así, hasta que importaron las camisas y me empezaron a quedar cortas de mangas, al punto que dejé de comprar; todas me quedaban como mangas tres cuartos. En otro momento de crisis, más o menos el 2001 / 2002, fui a comprarme camisas a Oxxo y me encontré con que, una camisa de mangas cortas que me cerraba bien y cómodo en la panza (sitio de conflicto con cualquier prenda que tenga botones para nosotros los gordos,  porque el botón puede quedar en una situación amenazante, como un misil apuntando a la frente de alguien), en su versión de mangas largas no me cerraba; la explicación fue que: una camisa talle 50, por ejemplo, para su confección debía utilizar n cantidad de metros de tela sin importar si era manga corta o larga, por lo tanto, lo que no se usa en la manga (porque es corta), se usa en el ancho; lo que se usa en al manga (porque es larga) no se usa en el ancho; una mierda absoluta. En Munro, sobre la avenida Mitre, compraba los pantalones de jean, en un negocio que estaba bien provisto. El primero, fue 48, el segundo fue 52. Pero, comparando cintura con cintura son iguales en el ancho, aunque estén marcadas distinto. La última vez que estuve, no conseguí pantalón a pesar que sigo usando los pantalones marcados como 48 Y 52, y que ninguno me convierte en un matambre humano, ni me corta la medio por la cintura; ambos me calzan tan cómodos como cuando los compré. Una situación similar me ocurrió en un puesto de la feria de Parque Centenario. Compré un pantalón de jean y uno de gabardina marcados como 52 (pero que comparados con los que conté más arriba, miden lo mismo), cuando volví a intentar comprar de nuevo, "para este talle sólo tenemos gabardina" y la etiqueta dice 54, pero la comparación de las cinturas sigue siendo igual. Y sigo usando todos los pantalones porque todavía me entran y me quedan como me quedaban al comprarlos. Claro, no soy un tipo estable con su peso, por lo tanto, hubo momentos en que los pantalones me ajustaron más que en otros, pero siempre seguí usándolos y, como dije, comparando las cinturas están todas iguales.

La ropa para mi torso sigue la misma decadente secuencia que acabo de contar para mis pantalones. Mis camisas, buzos, camperas, chalecos... tienen los talles más variados (hasta tengo una campera, la última que compré, que es 5X L y me queda como dos camperas talle 3 -¿qué carajos querría decir 3 cuando la compre?- que compré hace 4 años) que sigo usando, que me siguen quedando como cuando lo compré. Cuando compré la última campera, me dijeron que eso se debía a que traían todo de china... ¡ANDÁ! Me imagino que todo lo que compro debe salir de los talleres de costura nacionales, que andan todos ahorrando tela. Me fastidia desde siempre tener que probarme ropa. Ya, al mirarla, voy dándome cuenta si voy, o no, a caber en esa prenda; y aunque esté seguro de no caber, me la pruebo "por las dudas". Cuando al probarme algo cerrado, siento que "me tira" en los hombros, o que para poder pasar el segundo hombro tengo que dislocarlo, me siento como Furia, el personaje de "Intensamente".


También me pasó de entrar a comprar y decir "¿tenés "esto" como para mí?" y recibir como respuesta "¡¡¡NOOOOOOOO!!! no trabajamos talles especiales", lo que hace que me vea

 o  me vea como 
lo que no me gusta ni medio porque no me veo representado en ninguno de los casos. Pero, tampoco puedo dejar de lado la visión distorsionada que tengo de mí mismo.

Por supuesto que estas cuestiones, además de enojarme, frustrarme, molestarme y fastidiarme,  me generan lo siguiente: 

  • Me veo obligado a "negociar con alguna particularidad", entonces, me busco estampas o bordados que no sean de alguna marca o que si lo son, pasen lo más desapercibido posible (de hecho, encontré explicaciones en Youtube de cómo quitar los bordados); 
  • Me siento como si fuera un elefante tratando de caber en un equipo de ropa (que ahora les gusta nombrar como OUTFIT) de Ken, situación que ya no me produce "vergüenza", pero sí siento vergüenza ajena por esto en lo que nos estamos convirtiendo; en una sociedad cada vez más discriminadora, con menos respeto por los demás en su integralidad, cada vez más encasillada en "caber" un un molde; 
  • Si bien adelgazar debería estar mi menú de opciones -lo está, pero por ahora espera su turno para entrar en escena-, es una decisión personal y basada en cuestiones más serias (según mi parecer) que no caber en algún trapo de mierda.

Hay una ley de talles que NUNCA SE CUMPLIÓ. Se trata de la ley 27521 resistida desde su promulgación (2019) y reglamentación (2021). Encima, este gobierno decidió que "todo lo regula el mercado", eso significa que los consumidores estaremos siempre a merced de la decisión de los que producen. La cosa es que me siento muy fastidioso cada vez que encaro la tarea de "ir a ver qué hay", tan, tan, pero tan fastidioso como no me sentía hace años.

Como todo, esto, también va a pasar.