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miércoles, 2 de enero de 2013

Extrañando...

Y... extraño.
Como todos extraño.
Las ausencias generan, o al menos a mí me generan, este sentimiento.
Y como para que hablemos de lo mismo, la RAE (Real Academia Española www.rae.es) dice:
extrañar. (Del lat. extraneāre).
1. tr. Desterrar a país extranjero. U. t. c. prnl.
2. tr. Ver u oír con admiración o extrañeza algo. U. m. c. prnl.
3. tr. Sentir la novedad de algo que usamos, echando de menos lo que nos es habitual. No he dormido bien porque extrañaba la cama.
4. tr. Echar de menos a alguien o algo, sentir su falta. Lloraba el niño extrañando a sus padres.
5. tr. Afear, reprender.
6. tr. p. us. Apartar, privar a alguien del trato y comunicación que se tenía con él. U. t. c. prnl.
7. tr. ant. Rehuir, esquivar.
8. prnl. Rehusarse, negarse a hacer una cosa.
Ahora sí, sigo.
Y la cosa es que siento lo que, y como lo siento.
El 24/12/2012, al ponerme a hacer la ensalada de fruta, volví a extrañar a mi abuela. Fue raro porque hacía tiempo que no me pasaba, pero así fue. Para las fiestas, en mi familia de origen, la que hacía la ensalada de fruta era mi abu. Se sentaba en la galería, ponía papel de diario y empezaba a pelar las frutas, incluso las que parecen imposibles de ser peladas, como la ciruela. No se le resistía ninguna fruta, ni siquiera el ananá. Y la que a ella más le gustaba era el damasco. Después las cortaba todas pequeñitamente parejas. Parte de aquello quedaba como sólo fruta, algo llevaba moscato y, a veces, algo más llevaba crema.
Y la extrañé. Nada por hacer, sólo aceptar que las ausencias tienen estas cosas, aceptar que la vida está hecha de presencias y no presencias, agradecer que la tuve y la disfruté y seguir...
Pero además extraño otras cuestiones, por ejemplo:
A veces en pleno invierno extraño la estación del año que más me gusta: el verano. O, también, en pleno verano extraño taparme hasta la frente con la frazada...
O sea que al momento de extrañar, puede ser alguien o algo. Desde hace algún tiempo, un algo que extraño es tener un motivo más. Claro que el motivo principal siempre es "por mí", ocurre que desde hace un tiempo el único motivo que puedo enunciar es siempre el mismo: por mí.
La cuestión con esto es que frente a la pregunta "¿para qué hacer o no hacer algo?", la respuesta " por mí" va perdiendo sustento. Y el razonamiento que le sigue a la pregunta anterior es ¿para qué complicarme si así, PARA MÍ, alcanza? Y es como entrar en un remolino.
Como todo, es muy subjetivo. Para mucha gente, planteo una situación ridícula. Para otra... no sé.
Lo cierto es que cada uno lo vive a su modo. Este es el mío.

1 comentario:

Alicia dijo...

Fabi, es verdad lo que decis sentir, me sucede lo mismo, extraño tanto sea personas, objetos, situaciones, etc. pero hay que seguir adelante y de la manera que a cada uno le haga bien y a mi me pasa que ya no tengo ganas de que me compliquen la existencia con cosas poco valederas, valoro el dia a dia que Dios me da y si se complica que sea por MI o MI FAMILIA. Un beso