EL RETRATO DE DORIAN
GRAY
Oscar Wilde http://es.wikipedia.org/wiki/Oscar_Wilde
PERSONAJES
Basil
Hallward: el pintor que produce el cuadro, que
sería lo mejor de su carrera.
Lord
Henry Wotton: Es el personaje que
más cínico se muestra. De hecho, su influencia es notable en Dorian Gray.
Dorian
Gray: Joven (adolescente, ya que es
identificado así en varios tramos del texto) que cautiva por su hermosura a
Basil Hallward y a Henry (“Harry”) Wotton. Es el protagonista de la novela.
Algunas recortes del
libro. No voy a acotar, pero tengan en cuenta, entre varias cuestiones, la
época, algunas de las condiciones generales, la traducción y el recorte. A
tomárselo con calma.
sólo
hay una cosa en el mundo peor que el que se hable mal de uno, y es que no se
hable.
Pero la belleza, la verdadera belleza, acaba donde comience una
expresión intelectual. La inteligencia es en sí misma un modo de exageración, y
destruye la armonía de cualquier rostro. Desde el momento en que uno se sienta
para meditar, se vuelve todo nariz, o frente, o cualquier otra cosa horrenda.
Fíjate en los hombres que sobresalen en todas las profesiones doctas. Son,
sencillamente, repugnantes. Excepto, claro está, en la Iglesia. Pero es porque
en la Iglesia no piensan. Un obispo continúa diciendo a los ochenta lo que le
enseñaron a decir a los diez y ocho; por eso, y como consecuencia natural,
siempre resulta delicioso.
Tu misterioso amigo, cuyo nombre todavía no me has dicho, pero
cuyo retrato realmente me fascina, no piensa nunca; estoy completamente seguro.
Es una criatura admirable y sin seso, para tener en invierno, cuando no hay
flores que mirar, y en verano, cuando necesitamos refrescar el entendimiento.
No te hagas ilusiones, Basil; no te pareces a él lo más mínimo.
Es mejor no diferenciarse demasiado de los demás. Los feos y los
necios tienen la mejor parte en este mundo.
Cuando quiero a alguien de verdad, no me gusta decir su nombre a
nadie. Es como ceder una parte de él. Me he acostumbrado a amar el secreto. Es
lo único que puede hacernos la vida moderna misteriosa y sorprendente. La cosa
más vulgar se vuelve deliciosa en cuanto alguien nos la esconde.
Con un frac y una corbata blanca,
como tú dices, todo el mundo, hasta un agente de Bolsa, puede dárselas de
civilizado.
La risa no es un mal comienzo de amistad, y es, de con mucho, el
mejor fin de cualquiera
Pero no puedo menos de detestar a mis parientes. Puede que esto provenga de que no celemos soportar que los demás tengan los mismos defectos que nosotros.
Yo simpatizo en absoluto con la rabia de la democracia inglesa contra lo que llaman los vicios de las clases altas. La plebe comprende que el alcoholismo, la estupidez y la inmoralidad son de su propiedad exclusiva, y que es entrar en su vedado el que uno de nosotros se embrutezca a semejanza de ellos.
Me interesan las personas más que sus principios, y las que no
tienen ninguno, más que nada en el mundo.
...pero no quiero discutir contigo. Sólo los que no tienen remedio
intelectual se empeñan en discutir.
Es doloroso de pensar; pero no cabe duda de que el genio dura más
que la belleza. Esto explica por qué nos tomamos tanto trabajo en instruirnos.
En la lucha sin tregua de la vida necesitamos algo que perdure; por eso
llenamos nuestra mente de ripios y de hechos, en la necia esperanza de
conservar nuestro sitio.
Las mujeres no tienen el sentido de la belleza masculina; por lo
menos, las mujeres honradas
Los que permanecen fieles no conocen más que el lado trivial del
amor; sólo los; infieles saben de sus tragedias.
No trates de influenciarlo. Tu influencia sería perniciosa. El
mundo es ancho y lleno de seres interesantes. No separes de mí a la única
persona que da a mi arte todo el encanto que éste pueda tener; mi vida de
artista depende de él. Tenlo en cuenta
Porque influenciar a una persona es prestarle nuestra propia alma.
No piensa ya sus pensamientos naturales, ni arde con sus propias pasiones. Sus
virtudes dejan de ser suyas. Sus pecados, si es que hay pecados, son de segunda
mano. Se convierte en el eco de una música ajena, en el actor de un papel que
no había sido escrito para él. El fin de la vida es el desenvolvimiento de la
personalidad
Hoy los hombres se asustan de sí mismos. han olvidado el más alto
de sus deberes, el deber que uno se debe a sí mismo. Sí, son caritativos; dan pan
al hambriento y vestido al mendigo. Pero sus propias almas se mueren de hambre
y van desnudas.
Cada impulso que luchamos por estrangular, germina en el espíritu
y nos envenena
El único medio de librarse de una tentación es ceder a ella.
Resistid, y vuestra alma enfermará de deseo por las cosas que se ha vedado a sí
misma
Porque tiene usted la juventud más maravillosa, y la juventud es
la única cosa que vale la pena de ser deseada.
Día llegará, cuando sea usted viejo y arrugado y feo, cuando el
pensamiento le haya devastado con sus surcos la frente, y la pasión quemado los
labios con sus fuegos repugnantes, en que lo será usted. Ahora, adonde quiera
que vaya, triunfará usted. Pero ¿será siempre así?... Ahora tiene usted un
rostro de una belleza maravillosa, Mr. Gray. No frunza usted el ceño. Lo tiene.
Y ha belleza es una de las formas del genio; más alta, en verdad, que el genio,
ya que no necesita explicación.
Con frecuencia se dice que la belleza es cosa superficial. Quizás.
Pero, en todo caso, no es tan superficial como el pensamiento.
Para mí, la belleza es la maravilla de las maravillas. Unicamente
los superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del
mundo está en lo visible, no en lo invisible...
¡Ah!, realice usted su juventud mientras la tiene. No dispendie
usted el oro de sus días, dando oídos al necio, tratando de remediar su
irremediable fracaso, o arrojando su vida al ignorante y al vulgo. Tales son
los fines enfermizos, los falsos ideales de nuestra época. ¡Viva usted! ¡Viva
esa vida maravillosa que hay en usted! ¡No deje usted perder nada... Busque sin
cesar sensaciones nuevas. No terna usted nada... Un nuevo hedonismo: eso es lo
que ha menester nuestro siglo. Usted podría ser su símbolo visible. Con su
belleza, nada hay que no pudiera usted hacer. El mundo es suyo por una
temporada...
Pero, nosotros, jamás recobraremos nuestra juventud. El pulso de
alegría que late en nosotros a los veinte, va haciéndose cada día más perezoso.
Nuestros miembros flaquean, nuestros sentidos se estancan. Degeneramos en
muñecos repugnantes, obsesionados por el recuerdo de las pasiones que nos
hicieron retroceder atemorizados y de las tentaciones exquisitas a que no
tuvimos el valor de ceder.
¿Siempre? ¡Palabra tremenda! ¡Cada vez que la oigo me estremezco!
¡Las mujeres son tan aficionadas a emplearla! Echan a perder todas las novelas
por su empeño en hacerlas eternas. Por otra parte, es una palabra sin sentido.
La única diferencia entre un capricho y una pasión para toda la vida, es que el
capricho dura un poco más.
- ¡Qué cosa tan triste! -murmuró Dorian Gray, con los ojos fijos
aún en su retrato -. ¡Qué casa tan triste! ¡Pensar que yo envejeceré y me
pondré horrible, espantoso, y que este retrato permanecerá siempre joven! Nunca
tendrá más edad de la que tiene en este día de junio... ¡Si fuese siquiera al
revés! ¡Si fuera yo el que permaneciese siempre joven, y el retrato el que
envejeciese! ¡No sé... no sé lo que daría por esto! ¡Sí, daría el mundo entero!
¡Daría hasta mi alma!
-Tengo celos de todo aquello cuya belleza no muere. Tengo celos de
ese retrato que has pintado. ¿Por qué tiene él que conservar lo que yo tengo
que perder? Cada momento que pasa me quita algo a mí para dárselo a él. ¡Oh, si
siquiera fuese al revés! ¡Si el retrato pudiera cambiar en lugar mío, y yo
permanecer tal como soy ahora! ¿Por qué lo has pintado? ¡Día llegará en que se
burle de mí.. en que se burle cruelmente! Sus ojos se arrasaron en lágrimas
candentes, sus manos se retorcían. Arrojándose sobre el diván, escondió el
rostro en los almohadones, como si estuviese rezando.
-Yo adoro los placeres sencillos -dijo Lord Henry -. Son el último
refugio de los hombres complicados.
La verdad es que el pecado es el único elemento pintoresco que ha
quedado en la vida moderna.
Los jóvenes se empeñan en ser fieles y no lo pueden; los viejos
tratan de no serlo, y tampoco pueden. A eso se reduce todo.
...tachado de egoísta por la gente que no sacaba de él provecho
alguno, pero al que la buena sociedad consideraba generoso, por el mero hecho
de dar de comer a quienes le divertían.
En política, era conservador; excepto cuando los conservadores
subían al poder, período durante el cual les acusaba rotundamente de ser un
hatajo de radicales.
Sus principios estaban anticuados; pero, en cambio, mucho bueno
podría decirse a favor de sus prejuicios.
- ¡Hola, Harry! -exclamó el viejo prócer [tío de Lord Henry] -.
¿Qué es lo que te trae a estas horas? Yo creía que los jóvenes a la moda no os
levantábais hasta las dos y no estabais visibles hasta las cinco.
-Puro amor de familia; se lo aseguro, tío Jorge. Necesito pedirle
a usted una cosa. -Dinero, supongo -dijo Lord Fermor, torciendo el gesto -. Bueno, siéntate y dime de qué se trata. Los jóvenes, hoy, creen que el dinero es todo.
-Sí -murmuró Lord Henry, abotonándose la americana -; y cuando llegan a viejos, lo saben. Pero no es dinero lo que necesito. Unicamente los que pagan sus cuentas necesitan dinero, tío Jorge, y yo no pago las mías. El crédito es el capital de los hijos de familia, y se puede vivir de él perfectamente.
Si un hombre es un caballero, en toda la acepción de la palabra,
ya sabe bastante; y si no lo es, todo lo que aprenda no hará más que
perjudicarle.
Me gusta siempre saber todo lo que se refiere a mis nuevos amigos,
y nada de lo que se refiere a los antiguos.
Detrás de todo lo que es exquisito hay siempre algo trágico.
…dama de carácter afabilísimo y humor excelente, muy querida por cuantos
la conocían, y de esas amplias proporciones arquitectónicas que, en las
mujeres, cuando no son duquesas, nuestros historiadores contemporáneos
describen como obesidad.
Como todos los que tratan de agotar un tema, acababa siempre por
agotar a sus oyentes.
…que tenía un guardarropa bien surtido de desechos de ingenio.
-Puedo simpatizar con todo, menos con el sufrimiento -dijo Lord Henry,
encogiéndose de hombros -. Con esto no me es posible simpatizar. Es demasiado
feo, demasiado horrible, demasiado deprimente. Hay algo agudamente enfermizo en
esta simpatía moderna por el dolor. Deberíamos simpatizar con el color, la
belleza, la alegría de la vida. Mientras menos se hable de las miserias de
ésta, mejor.
-Cuando se es joven -contestó ella -. Pero cuando una vieja como
yo se sonroja, mal síntoma. ¡Ay, Lord Henry! Dígame usted qué debo hacer para
volver a ser joven.
Lord Henry quedó pensativo un instante. - ¿Podría usted recordar algún gran pecado de sus primeros años, duquesa? preguntó, mirándola por encima de la mesa.
- ¡Ay, temo que una porción! -exclamó la duquesa.
-Pues vuelva usted a cometerlos -dijo él gravemente -. Para recobrar la juventud no tiene uno más que repetir sus locuras.
Me esperan en el Ateneo. Es nuestra hora de dormir.
- ¿Todos, Mr. Erskine?
-Cuarenta de nosotros, en cuarenta sillones. Estamos trabajando
para fundar una Real Academia Inglesa.
Lord Henry aún no había vuelto. Siempre llegaba tarde, por
principio, declarando que la puntualidad es el ladrón del tiempo.
Era una mujer singular, cuyos trajes parecían siempre ideados en
un acceso de rabia y puestos en una tempestad. Siempre estaba enamorada de
alguien y, como nunca era correspondida, había conservado todas sus ilusiones.
Hoy, la gente sabe el precio de todo y el valor de nada.
No te cases nunca, Dorian. Los hombres se casan por fatiga; las
mujeres, por curiosidad. Ambos sufren un desengaño.
-Hijo mío, no hay mujer genial. Las mujeres son un sexo decorativo.
Jamás tienen nada que decir, pero lo dicen deliciosamente. La mujer representa
el triunfo de la materia sobre el espíritu, así como el hombre representa el
triunfo del espíritu sobre las costumbres.
He llegado a la conclusión de que no hay más que dos clases de
mujeres: las desaliñadas y las que se pintan. Las mujeres desaliñadas son utilísimas.
Si quieres adquirir una reputación de respetabilidad, no tienes más que
invitarlas a cenar. Las otras son encantadoras. Sin embargo, caen en un error.
Se pintan para parecer jóvenes.
Hoy, una mujer, mientras puede parecer diez años más joven que su
hija, se siente perfectamente satisfecha.
Una gran pasión es el privilegio de la gente que no tiene nada que
hacer. ES lo único para que sirven las clases desocupadas de un país.
La fidelidad es a la vida sentimental lo que la consecuencia en
las ideas es a la vida intelectual: simplemente una confesión de impotencia.
¡La fidelidad! Algún día la analizaré. La pasión del propietario se esconde en
ella. ¡Cuántas cosas arrojaríamos si no temiésemos que otros pudieran
recogerlas!
Luego me confesó que todos los críticos dramáticos se habían
conjurado contra él, y que todos ellos eran gentes venales que no querían más
que ser comprados.
-No me sorprendería que tuviese razón. Pero, por otra parte, a
juzgar por las apariencias, no deben ser muy caros que digamos.
-El judío quiso contarme su historia; pero le declaré que no me interesaba.
-Hiciste bien. Siempre hay algo mezquino en las tragedias de los demás.
- ¡Qué afición tiene la gente a dar aquello de que está más necesitada!
Es lo que yo llamo el abismo de la generosidad.
-Hijo mío: Basil pone todo lo mejor de él en su obra. El resultado
es que no le quedan para la vida más que sus prejuicios, sus principios y su
sentido común.
Mientras peores son sus rimas, más pintorescos parecen ellos. El
mero hecho de haber publicado un volumen de sonetos de segunda mano, hace
irresistible a un hombre. Vive la poesía que no puede escribir. Los otros
escriben la poesía que no se atreven a llevar a cabo.
La mayoría de las personas esperan que la vida vaya
descubriéndoles por sí mismas sus secretos; pero a los menos, a los elegidos,
los misterios de la vida les son revelados antes de que el velo sea descorrido.
¡Alma y cuerpo, cuerpo y alma! ¡Qué hondos misterios! También el alma
tenía su animalidad, y el cuerpo sus momentos de espiritualidad.
Los sentidos podían depurarse, y la inteligencia podía degradarse.
La experiencia no tenía valor ético alguno. Era simplemente el
nombre que dábamos a nuestros errores.
Pero la experiencia carecía de toda fuerza motriz. Como causa
activa, era tan poca cosa como la misma conciencia. Todo lo que realmente
demostraba era que nuestro futuro sería igual a nuestro pasado, y que el pecado
que en otro tiempo cometimos con repugnancia, volveríamos a cometerlo una porción
de veces con satisfacción.
Las pasiones sobre cuyo origen nos engañamos, son las que nos
tiranizan más duramente.
La cordura de labios secas continuaba hablándole desde un raído sillón,
sugiriendo máximas de prudencia, tomadas de ese libro de cobardía, cuyo autor
remeda el nombre de sentido común. Pero ella no escuchaba.
Los hijos comienzan por querer a sus padres; al hacerse mayores,
los juzgan; y a veces, hasta los perdonan.
Cuando la miseria entra cautelosamente por la puerta, el amor
entra volando por la ventana.
Cuando un hombre se decide a hacer una estupidez, siempre es por los
motivos más elevados
El verdadero inconveniente del matrimonio es que le hace a uno
altruista. Y la gente altruista es incolora. Carece de personalidad.
La razón de que todos seamos tan amigos de pensar bien de los demás,
es que todos tememos por nosotros mismos. La base del optimismo es simplemente
el miedo.
Cuando somos felices, siempre somos buenos; pero cuando somos
buenos, no siempre somos felices.
-Ser bueno es estar en armonía consigo mismo -respondió Lord
Henry, acariciando el pie frágil de su copa con los dedos pálidos y afilados -.
Ser malo es verse obligado a estar en armonía con los demás.
Los pecados bellos, como las cosas bellas, son privilegio de los
ricos.
Las mujeres nos tratan lo mismo que la humanidad trata a sus
dioses. Nos adoran, pero se pasan la vida pidiéndonos que hagamos algo por
ellas
Las mujeres, como dijo un francés de mucho ingenio, nos inspiran
el deseo de hacer obras maestras, y nos impiden siempre llevarlas a cabo.
Esta gente, vulgar y tosca, con sus rostros soeces y sus ademanes brutales,
Antes excitabas mi imaginación, y ahora, ni siquiera consigues
despertar mi curiosidad. Me dejas completamente frío
...incapaces de comprender que vivimos en una época en que sólo las
cosas superfluas nos son necesarias,
Es la confesión, y no el sacerdote, lo que nos da la absolución.
Aquí, nunca se debe debutar con un escándalo. Estos hay que
reservarlos para dar algún interés a nuestra vejez
Pero ella no habría tardado en descubrir que le eran completamente
indiferente. Y cuando una mujer descubre esto, o descuida espantosamente su
toilette , o le da por llevar sombreros elegantísimos, que, como es natural,
tiene que pagar el marido de otra mujer.
siempre pesa una fatalidad sobre las buenas resoluciones: la de
tomarlas demasiado tarde.
El único encanto del pasado es que ha pasado.
Vivimos en una edad que lee demasiado para ser sabia, y piensa
demasiado para ser hermosa.
Sólo la gente superficial requiere años para verse libre de una
emoción. Un hombre dueño de sí mismo puede poner término a un sufrimiento con
la misma facilidad que inventar un placer. Yo no quiero estar a merced de mis
emociones. Quiero usar de ellas, gozar de ellas, y dominarlas.
Son buenos maridos, o esposas fieles, o cualquiera otra insipidez
por el estilo. Ya sabes lo que quiero decir... virtud clase media y compañía.
No puedo repetir una emoción. Nadie, excepto los sentimentales,
puede hacerlo.
...si realmente quieres consolarme, enséñame a olvidar lo sucedido
Convertirnos en el espectador de nuestra propia vida, como dice Harry, es escapar al sufrimiento de la vida.
Nadie tropieza dos veces con su ideal, y pocos son los que
tropiezan una.
El pasado podía anularse. El remordimiento, la negación o el
olvido podían conseguirlo. Pero el futuro era inevitable. Había en él pasiones que
siempre encontrarían su terrible salida,
-No he dicho que me gustará, Harry, sino que me ha fascinado. Es
muy distinto.
- ¡Ah!, ¿has hecho ese descubrimiento? -murmuró Lord Henry. Y pasaron al comedor.
...es muy posible que en casi todos los deleites, como en todo
placer, la crueldad también tenga su sitio
...la verdadera naturaleza de los sentidas nunca ha sido comprendida,
y que si permanecen salvajes y en estado de animalidad es simplemente porque el
mundo ha tratado de someterlos por hambre o matarlos por el dolor, en vez de
intentar hacer de ellos elementos de una nueva espiritualidad, cuya
característica dominante sería un instinto sutil de la belleza.
los modales son de más importancia que las costumbres y, a juicio
suyo, la más acendrada respetabilidad vale mucho menos que el tener un buen
cocinero. Al fin y al cabo, es muy pobre consuelo saber que la persona que
acaba de darle a uno mal de comer, o un vino mediocre, es de una vida privada irreprochable.
¿Acaso la insinceridad es tan terrible cosa? ¿No sería simplemente
un método merced al cual podemos multiplicar nuestra personalidad?
En este país, basta tener entendimiento y distinguirse de algún
modo para que todas las lenguas del vulgo se desaten contra uno.
...todo el que se erige en predicador empieza por decir esto, y falta
luego enseguida a su palabra.
Se levantan temprano, porque tienen tanto que hacer, y se acuestan
temprano, porque tienen tan poco en qué pensar.
-Es verdaderamente monstruosa -dijo al fin- la manera que tiene
hoy la gente de conducirse, diciendo, a espaldas de uno, cosas que son absolutamente
exactas.
Cuando una mujer se vuelve a casar es porque aborrecía a su primer
marido. Cuando un hombre se vuelve a casar es porque adoraba a su primera
mujer. Las mujeres prueban su suerte; los hombres arriesgan la suya.
Si las mujeres no les amásemos a ustedes por sus defectos, ¿dónde
estarían todos ustedes? No habría hombre que se casase. Serían ustedes una colección
de desdichados solteros. Claro que esto no influiría en ustedes gran cosa. Hoy
todos los hombres casadas Viven como solteros, y todos los solteros como
casados.
Cualquier hombre puede ser feliz con una mujer, mientras no se enamore
de ella.
Cada hombre vive su propia vida, y paga su precio por vivirla.
-Como todas las buenas reputaciones
Lo romántico vive a fuerza de repetirse, y la repetición convierte
un apetito en un arte.
En la vida podemos tener, a lo sumo, una sola gran experiencia, y
el secreto de la vida consiste en reproducir esta experiencia tan a menudo como
sea posible.
En el mundo común de los hechos los malos no eran castigados, ni
recompensados los buenos. El éxito se entregaba al fuerte, el fracaso
correspondía a los débiles. Esto era todo.
Las pasiones violentas aniquilan o ceden. O matan al hombre, o
mueren ellas.
Los dolores superficiales o los amores someros son los que viven.
Los grandes amores y los grandes dolores, su propia plenitud los destruye.
El destino no nos envía heraldos. Es demasiado prudente o
demasiado cruel para hacerlo.
No es que yo tema la muerte. No; lo que me aterra son sus
preliminares.
Una mujer flirteará con quien sea, mientras la estén mirando.
...todo el mundo puede ser bueno en el campo, donde no se encuentra
la menor tentación. Esa es la causa de que la gente que habita fuera de las
ciudades sea tan absolutamente incivilizada. La civilización no es, ni mucho
menos, una cosa fácil de alcanzar. No hay más que dos caminos que lleven al hombre
a ella. Uno, la cultura; otro, el vicio. La gente que vive en el campo no
encuentra nunca ocasión de seguir ninguno de ellos, y tiene forzosamente que
estancarse.
...hoy día, se puede sobrevivir a todo, menos a ella (la muerte)
Claro que la vida conyugal no es más que una costumbre; una mala
costumbre. Pero hasta las peores costumbres siente uno perderlas. Sí, acaso
sean las que más se echan de menos.
No era lo bastante inteligente para tener enemigos.
El crimen pertenece exclusivamente a las clases inferiores. Cosa
que yo no les echo en cara lo más mínimo. Supongo que el crimen es para ellos
lo que para nosotros el arte: un método, simplemente, de procurarnos sensaciones
extraordinarias.
El alma es una terrible realidad. Puede ser comprada, y vendida, y
malbaratada. Puede ser emponzoñada o perfeccionada. En todos nosotros hay un
alma. Yo lo sé
- ¿Estás muy seguro de ello, querido Dorian?
-Completamente seguro. - ¡Ah!, entonces no cabe duda de que es una ilusión. Las cosas de que uno está absolutamente seguro nunca son ciertas. Tal es la fatalidad de la Fe, y la lección de la Novela
La vida no la gobiernan ni la voluntad ni la intención. La vida es
una cuestión de nervios, de fibras, de células lentamente construidas, en que
el pensamiento se esconde y la pasión tiene sus sueños.
El castigo es una purificación. No "perdónanos nuestros
pecados", sino "castíganos por nuestras iniquidades", debería
ser la plegaría del hombre a un Dios justo.