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domingo, 21 de marzo de 2021

Y se cumplió el primer año de vida empandemiada


Todo lo que vaya a quedar escrito tiene que ver conmigo, con mis experiencias, expectativas, felicidades y lo que sea que me rodea y que haya sido observado por mi subjetividad. Y por mi objetividad, también, pero a esa le confío un poco menos.
Tambien, antes de escribir lo que sea que quede escrito, quiero aclarar lo afortunado que sé que soy. Mantuve mi puesto laboral, pude mantenerme con mi salario, pude trabajar desde mi casa, pude mantener mi salud (lo mismo que todo el mundo en mi entorno familiar –por supuesto que incluye a mis amigues-) Por supuesto que siempre hay altibajos y que mi “afortunadez” no resulta de la comparación con otros, resulta de mis propias circunstancias, resulta de reflexionar que “peor hubiera sido”… Se parece mucho a conformarme, sin embargo, se trata de ver las propias situaciones. También podría decir, “mejor hubiera sido…”, pero ese sería el modo negativo de evaluar la situación. De todos modos, creo que es necesario ser agradecido. Así como una patada en el culo resulta en un paso adelante, un paso atrás es necesario para tomar envión. Y en cualquier caso, siempre hay algo para aprender.
Desde lo laboral, nunca dejé de trabajar, pero lo hice desde casa. ¿La experiencia? En principio, me resulta muy invasivo tanto de mi parte como de parte de los alumnos. El volumen de trabajo, como habitualmente ocurre al trabajar en casa, aumenta ya que siempre hay un “algo más y termino” que aparece y prolonga el laburo. También es cierto que pude trabajar en calzones y medias, no tuve que viajar para ir a trabajar (aunque eso no cambió mis hábitos madrugadores), aunque siempre estuve presente, por lo menos, diez minutos antes del inicio de las clases virtuales. Si me preguntan, prefiero el trabajo virtual, aunque hay que acomodarlo mejor.
No tuve vínculo personal con nadie durante un tiempo. Desde marzo (19/03) hasta el 15/08, todas las interacciones fueron virtuales (lo que me hace reconocer que también soy un afortunado por tener disponible todos los medios para poder acceder a las comunicaciones virtuales), los cumpleaños fueron, también, virtuales, las compras en el supermercado fueron mixtas: algunas virtuales, otras fueron rápidas visitas…
El primer reencuentro con Raúl, mi novio, fue el 15/08, después de cinco meses de no compartir en persona. Entonces, nos pusimos de acuerdo, gestioné un permiso de circulación y fui para su casa. La situación fue muy extraña. Los dos somos personas en riesgo y nos saludamos con el codo, nos sentamos distanciados, no nos sacamos los barbijos y por algún tiempo nos vimos cada quince días. Después, con el cambio de ASPO (aislamiento social preventivo y obligatorio) a DISPO (distanciamiento social preventivo y obligatorio), retomamos los encuentros personales fin de semana tras fin de semana.
El 9/11 se dispuso el cambio de ASPO a DISPO, por lo que pudimos planear alguna salida. La primera que pudimos hacer fue el 14/11 a Escobar. Fuimos al mediodía, llovió durante todo el viaje, pero al llegar se despejó y pudimos disfrutar de estar un rato al aire libre. Y fue SENSACIONAL. Pudimos expandir un poco las salidas ya que se “liberó” el recorrido por el AMBA (área metropolitana de Buenos Aires)
La mayoría del resto de los encuentros personales sigo teniéndolos suspendidos. Me encontré dos veces con mi hijo y su novia, manteniendo distancia, al aire libre, usando barbijo; mates individuales, vasos descartables. Con mi tía de 83 años también nos vimos dos veces, lo mismo que con mi hermano, cuañadas y sobrinos. Las salidas siguen estando muy restringidas, aunque sigo haciendo algunas, con muchos cuidados. Básicamente, los contactos personales están muy limitados, del mismo modo que los tumultos de gente.
También se estableció que la temporada de verano se extendiera desde el 1/12/2020 y, aunque no está dicho, se espera terminarla al finalizar Semana Santa de 2021 (4/04). Por ahora, y si no se complica la situación epidemiológica, las pautas son: pedir permiso de acceso al lugar de destino (https://www.argentina.gob.ar/verano/provincia-buenos-aires).
En Europa la pandemia tuvo dos y hasta tres olas (así se las denomina cuando los casos aumentan DRAMÁTICAMENTE), hasta ahora. Acá, después de haber tenido un tiempo de descenso de casos, durante enero hubo una subida muy preocupante. Y en lo que va de marzo, parecería, que se va consolidando otro ascenso paulatino. Eso me tiene MUY preocupado. De hecho, al día de hoy, Gaby (mi exesposa) tiene un hisopado positivo de COVID-19 y, por mucho que sus síntomas son muy leves, hasta que se termine, no voy a estar tranquilo.
El confinamiento, como ya conté, no es algo que me moleste. Mis vacaciones transcurren encerrado en mi casa, salvo cuando puedo ir a algún lugar. ¿Disfruto? Claro, si no, no lo haría. Parecería que esta cuestión que viene de familia materna, ya que mi tía es igual. Y parece que, para mi hijo, será una cuestión heredada de mí.
Muchas veces, estando en mi casa, me sorprendo al mirar por la ventana y tener la sensación que la pandemia, para mucha gente, no existe. Como dije, puedo elegir no salir, pero hay mucha gente que no puede (los considerados “esenciales”, los que no tienen opción y deben salir a ganarse el dinero cotidiano), pero también están los que no creen en la pandemia y hay quienes, aun admitiendo que el virus existe, deciden no vacunarse
Sigo usando el barbijo, aunque muchas veces me pasa que llego a la planta baja y tengo que volver a subir porque me lo olvidé.
Si veo que hay mucha gente “amuchada”, me voy. Sigo cuidándome mediante el uso de barbijo y evitar las aglomeraciones. Y si quiero ir a un sitio con más gente de la que me gusta, me pongo una máscara de acetato transparente. Esa va conmigo y hace su aparición cuando lo creo necesario. Raúl tiene una igual y cree haberla dejado en el asiento trasero del auto. Cuando vaya a buscarlo me voy a fijar si sigue ahí.
Cuando manejo, como usualmente voy solo, incluso si voy con Raúl, me saco el barbijo. Las veces que fuimos más, no me lo saqué. Y mientras no haya alguna otra forma de cuidado, voy a seguir usándolo. No hay alternativa.
A un año de vivir empandemiado, mi vida en general, no cambió demasiado dentro del año de la pandemia. Respecto de mi vida antes de la pandemia, el cambio es muy grande. Se supone que hay muchas lecciones por aprender, pero no estoy tan seguro de haberlas aprendido todas. Sé que algo aprendí, pero no tengo tan claro que haya sido todo lo que tenía que aprender. Durante este año reforcé lo que siento por mucha gente, ratifiqué que la familia sigue siendo MARAVILLOSA y que la gente que ES MI FAMILIA ES LA MEJOR Y LOS AMO.
Al día de hoy (21/03/2021), Raúl está vacunado con las dosis de la vacuna Sputnik V (de origen ruso) y Gaby recibió la primera de las dos dosis de la vacuna Sinopharm (de origen chino), esperando la segunda dosis para abril. Me alegra mucho y me tranquiliza que algunos ya estén vacunados o parcialmente vacunados. Espero que en poco tiempo todos estemos completamente vacunados.
Bueno, es todo por ahora.

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