En otras redes sociales...

En Facebook me encontrás en: http://facebook.com/fagabrielli
En Twitter, me encontrás en: https://twitter.com/Fagab
Y mis experimentos culinarios, los muestro en: https://cocinateando.blogspot.com.ar

jueves, 18 de marzo de 2021

Y si me lo pidieras, ¿qué?

El título, es un afano de un tema que canta Santiago Cruz y que se llama Y si te quedas, ¿qué? https://www.youtube.com/watch?v=-ODTfZQsOPQ
Hace unos días, me encontré con el siguiente texto de Frida Kahlo. No había leído algo de Frida, de manera que esto era tan desconocido por mí, como todo lo que sigo desconociendo, hasta ahora, de ella. Sin embargo, por mucho que no hubiera leído esto antes, me recordó que había dicho cosas parecidas y que me habían dicho cosas de ese estilo.
Ahí va el texto que leí:


Al leerlo pensé: “Pasé por ahí”, ya fuera que me lo dijeran o que yo lo dijera, “pasé por ahí”.
Por supuesto que esto no se trata de una crítica a la obra de Frida Kahlo, pero sí se trata de un rejunte de reflexiones, respecto de lo que ella escribió. Claro, en otro momento, yo, con otra historia, estuve más que de acuerdo. Pero hoy, con mi historia hasta hoy, lo entiendo distinto. Mañana, quizás, lo entienda distinto también. Gracias a Dios, todavía cambio de opinión, lo que significa que puedo seguir generando pensamientos reflexivos. O casi.
Por alguna causa, esta lectura me disparó lo que voy a escribir. Y me pregunto, ¿por qué tanto soliloqueo alborotado, qué hay de fondo que todavía esto resuena?
¡A remover el avispero!



Si no lo pedís, ¿cómo me entero de lo que querés?, ¿cómo sé que justo en ese momento tenés ganas de recibir un beso?
Que vos creas que lo hice mal o que me equivoqué, ¿significa que lo que hice está mal o que me equivoqué? ¿Y si está bien y por una cuestión de puntos de vista, vos creés que está mal?, ¿y si se trata de diferencias de criterios?, ¿quién tiene el "malómetro"?
¿Cómo podría saber qué es lo que más necesitas y cuándo si no lo decís?
Y si no te invito a cenar, ¿no sirve que te invite a pasear, a tomar un helado, a coger, a coger  desenfrenadamente, a bailar, a hacer karaoke; ¿lo único válido es ir a cenar, lo único válido es lo que vos querés, una sorpresa no sería válida?

OK, ¿y qué si te propongo cosas distintas, si te propongo ir a recorrer Pehuajó para conocer a Manuelita, o recorrer la costa de mi país?, ¿qué, no sirve? Porque esos destinos son parte del mundo, quizás de un mundo mucho más cercano de aquello que vos podés considerar como mundo, ¿mundo es sólo ese que pertenece a “extranjía”?
Y si en lugar de pedirte que me des la mano te tomo por el hombro o me cuelgo de tu brazo, ¿no sirve?, ¿tiene que ser en el medio de la ciudad, cuál es el medio de la ciudad, cuál es para vos el que tengo que considerar el medio de la ciudad, ¿el medio geográfico o lo que creés que es “el medio”?

Pero, ¿y si considero que estás bonita con otra ropa, otro perfume, otro peinado?, ¿y si tu idea de bonita no es igual a la mía, no sirve?, entonces ¿vale aquello del “mentime que me gusta”?
¿Y si quiero llamarte para que me cuentes qué tal te fue en el día, en lugar de contarte el mío?, ¿y si necesito decirte que te extraño, o que me gusta extrañarte?

¿Y si no entendí?, ¿y si creí que no era por mí y supuse que era por ambos, incluso si pensé que había sido por vos?, ¿y si creo que nunca fue por mí sino por vos?, ¿y si lo creí desinteresado?
¿Y si no me di cuenta que tus ánimos estaban por los suelos?, ¿y si pensé que tus ánimos por los suelos necesitaban espacio?, ¿y si consideré que tus ánimos no estaban por los suelos?
Y si no vas a pedirme que apoye tus decisiones, ¿para qué me avisás que no me lo vas a pedir?, ¿entonces te apoyo o no lo hago?, ¿querés que te apoye aunque no me lo pidas?
Si no empezás a contarme la primera de tus mil historias, ¿cómo hago para saber que tenés mil historias que querés contarme?

¿Cómo saber que querés que haga algo que no sé que querés que haga?
¿Para cuál “para siempre”, el que no me decís que es tu “para siempre”, el “para siempre estándar” o el mío?

Llegamos al meollo de la cuestión, si no me lo pedís, ¿cómo se supone que sepa qué, cuándo, dónde y cómo es lo que querés? Porque en este punto queda en claro que no puedo ser mi versión de yo, sino, la versión de yo que vos esperás.
Esto del porque si lo tengo que pedir no lo quiero, es el equivalente a decir "si no hacés lo que quiero, cuando quiero, como lo quiero, donde lo quiero y sin que adivines exactamente como lo quiero, entonces, no lo quiero"
¡En fin!
La cosa es que todo lo que siga, será en función de mi propio punto de vista. Por lo tanto, lo que sea que escriba, va a tener que ver conmigo, con la pregunta guía que me hago y es: de dónde saqué la idea que alguien, un otro externo a mí, debe saber qué cosa quiero, cuándo la quiero, dónde la quiero, cómo la quiero y, fundamentalmente, si lo quiero. Todo un desquicio. Toda una verdadera estupidez, según mi entendimiento actual; el que tengo hasta este momento.
Al crecer, madurar, oloqueseaquehayasido, viejas frases fueron tomando forma y conseguí reinterpretarlas. Cuando era menos mayor (¡JA!), había una frase que decía:


(el que tuve estaba impreso sobre friselina con una tinta que tenía un olor muy fuerte a solvente)
Por algún motivo, caí en la cuenta que la frase era mucho más importante que lo que había creído hasta ese momento. A partir de esto, es que empecé a creer que el amor, como tantas otras cuestiones, debería ser resuelto por uno mismo, antes de revoleárselo por encima a alguien más.
¿A qué me refiero?
Cualquier cosa que me involucre sentimentalmente a una persona, no debería resultar en el “aprisionamiento” de alguno de los involucrados. Y esto está muy claro desde el momento en el que entendí que un TE AMO dicho por mí, es una versión comprimida de decir, “yo, que soy una entidad distinta de vos, siento este sentimiento llamado amor por vos”. Y cualquier cosa que sienta por alguien y / o algo, es una cuestión individual. Si coincidimos dos individuales individuos sintiendo mutuamente algo similar (porque para que sea lo mismo, ambos individuos / uas / ¿ues? deberían ser iguales y, por definición de individuo / ua /¿ue? eso resulta IMPOSIBLE; poéticamente es muy lindo, pero prácticamente funciona distinto; la simbiosis me genera bastante rechazo) recíprocamente, es MARAVILLOSO. Y, según el sentimiento del que se trate, más de dos participantes podría llegar a ser complicado, pero eso es parte de otro análisis. También sé que todos los que estemos involucrados en la situación deberíamos saber los sentimientos que están involucrados. Creo que es la única forma de no confundir los tantos y que todo no termine explotando; o que explote definitivamente. Aunque no hay garantías, como con todo en la vida misma.
Cuando me hago cargo de lo que siento por alguien o algo es una cuestión individual, sé que todo lo que haga es una cuestión propia y nada tiene que ver alguien que no sea yo mismo. Si me corresponden en el sentimiento, MEJOR y es para construir a partir de eso. Pero lo que yo sienta por alguien o algo, es problema mío.
En el texto se dice “si te lo tengo que pedir, no lo quiero”, pero la pregunta es: si no lo pido, ¿cómo sabe alguien lo que quiero? Creo que se pueden entender cosas que resultan más o menos evidentes: cuando algo se rompe o se pierde, cuando alguien se aleja, cuando un resultado es el deseado, el inesperado o el menos deseado, cuando la frustración es evidente… Pero, creo, que si alguien puede ver los hechos o sucesos no significa que ese alguien sepa lo que otro alguien quiere, desea y/o necesita. ¿Qué tan grave es pedir un abrazo, una caricia, un acompañamiento silencioso?, ¿qué tan grave es pedir lo que se quiere, desea, necesita? Pedir aquello que se necesita nos asegura que otro alguien reciba el mensaje, lo que no significa que lo entienda o que tenga ganas o la capacidad de cumplir con el pedido. Y eso, más allá de lo doloroso (o no, o liberador) que pueda resultar, nos asegura, por lo menos, dos cosas: 1) queda claro lo que necesito; 2) queda claro lo que otro quiere, o no, puede o no, tiene la capacidad o no de hacer. ¡Y LISTO EL POLLO! Nos dejamos de joder con tantas pelotudeces. Habiendo cosas importantes para discutir, armar tanto escándalo por un acto de adivinación, no tiene sentido. ¡Gente grande, che!
Mirá como será de loco todo, que se le enseña a los chicos a escribirle a Papá Noel o a los Reyes Magos lo que quieren, pero después los dejamos escuchar (y despué les mostramos que avalamos o repetimos) frases del tipo “si te lo tengo que pedir, no lo quiero”. ¡ANDÁÁÁÁÁÁÁÁ!
Diálogo, según la Real Academia Española es:

Lo que queda claro, para mí, es que “si te lo tengo que pedir no lo quiero”, en el fondo, no es otra cosa más que la admisión indirecta que nunca lo quise y resultaba más fácil responsabilizar a otros que hacerme cargo que prefería sufrir por no recibir lo que quería recibir.
Como contrapartida, para mí, lo que resulta más saludable es no esperar nada de nadie. Así, todo lo que llega, es un beneficio y siempre viene bien. Y así, si te lo tengo que pedir, te lo pido. Y me siento libre de poder pedírtelo.
Pero , bueno, es una cuestión de puntos de vista y elucubraciones propias. Y cada quien seguirá lo que mejor le resulte, sea cual fuere, el beneficio que espere recibir. 

No hay comentarios.: