Para mí, resultó un capítulo muy emotivo, más allá de mi habitual sensibilidad. Las escenas románticas entre ellos me rememoraron mis propias escenas, estas que hace ya tanta añoranza no consigo reestrenar y que tanto extraño.
El capítulo, aquellas escenas y la contemporeneidad de la historia que se cuenta, me "cataratizaron" esta canción de Marilina Ross, llamada "Y me di cuenta". La letra es esta:
Y ME DI CUENTA
En esta noche de luna me puse
a pensar
como sería el cielo sin
estrellas y sin luna.
Un telón negro sin más allá...
En este día de sol me puse a
pensar
como sería un día sin sol...
pero sin nada de sol.
Un telón negro sin mas allá
Y me di cuenta de mi
imbecilidad
sólo valoro las cosas cuando
ya no están.
En esta noche de encuentro
les pido perdón
por este ataque melánico que ni
yo misma me banco.
Me he acostumbrado más a
sufrir
que a darme cuenta que soy
feliz.
Tengo la música
tengo algo que decir
tengo alguien que me escucha
que más puedo pedir?...
Y acá la podes escuchar: https://www.youtube.com/watch?v=YmIWf7m9JUc&feature=youtube_gdata_player
Y se me cataratizaron los amores, esos AMORES REALES, CONCRETOS, QUE ME FAISANIZARON LA PIEL, EL CORAZÓN, EL ALMA Y TODOS LOS SENTIDOS; que me marcaron; esos en los que me sentí pleno, agradecido, feliz... Esos amores que, por diferentes motivos, no funcionaron y que me confirmaron que "para toda la vida" es una gran intención, pero que después la vida acomoda los tantos y todo queda ahí. Justo ahí, hasta donde alcanzo "para toda la vida".
Eladia Blázquez escribió:
"PARA TODA LA VIDA"
Cuantas veces decimos
para toda la vida
sin querer repetimos
una vieja mentira
Sólo el tiempo del alma por fin
marca siempre el confín, la medida
pero vuelve a brotar el jardín
en un loco sin fín de la vida
Es humano que luego
de perder una instancia
apostemos de nuevo
a la noble esperanza
Para toda la vida es quizás
un intento fugaz
un suspiro un ligero temblor
que más da nuestro infierno
lo eterno es siempre el amor.
Y conté que de esos, tuve cuatro:
El primero, el de la adolescencia; ese de chiquito donde me estrené en todo. Todo absolutamente.
El segundo, el de mi matrimonio, ese que trajo a mi vida lo mejor que puedo tener: mi hijazo. Ese durante el que la vida me acomodó en mi propia historia y me dijo "no, no; te estás olvidando de la sexualidad que hace muchos años te estás negando"... y me obligó a desarmarme y rearmarme nuevamente. Ese amor en el que lastimé y herí, siendo esto lo último que hubiera deseado hacer.
El tercero en el que parecía que todo iba a concretarse; y que así fue por algún tiempo.
El cuarto y, hasta ahora, el último, en el que no sabía hacia dónde íbamos... y con el que finalmente no llegamos a ningún lado.
Lo grandioso de estos "para toda la vida" que duraron un ratito de toda mi intención, es que existieron y que en cada uno puse el alma y lo mejor que, en cada caso, pude aportar; algo que me brinda la tranquilidad de haber obrado honestamente bien. De cada amor para toda la vida pude aprender. ¡GRACIAS POR HABER SIDO!
¡En fin!
Añorar el amoroso compartir con un compañero, duele con esta intensidad que un simple evento cataratiza una sucesión de sensaciones. A veces, entristece; a veces, no. Es una carencia agazapada ahí, siempre dispuesta a hacerse presente cuando cree que algún evento la convoca. En este caso, alguna escena de un capítulo televisivo; pero en otros, una salida, alguna toma de decisión... Esta carencia espera tranquila ahí, total sabe que "cualquier bondi le viene bien" y que aparecerá con cualquier excusa.
Por ahora quedará así. Después, veremos...
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