Y vamos con los valores...

Como todos, tengos mis principios rectores. No sé si como todos, pero los tengo.
A medida que voy creciendo los voy revisando. Algunos van cambiando, modificándose a medida que va siendo necesario. Otros no.
Necesariamente al crecer, algunas cuestiones tuve que ir acomodándolas. Crecer tiene lo suyo. En todo caso, siempre me estrellé contra la vida para decidir que debía modificar. Algunos, otros, no.
Como sea, siempre me guío por: ¿Qué pienso de mí mismo haciendo (o no haciendo) tal o cual cosa? Y a partir de ahí decido. Y si hay algo que hago con bastante dureza es mirarme, nadie más crítico que yo conmigo.
Hay cuestiones que, al menos por ahora, no hice ni tengo pensado hacer, porque no quiero verme o sentirme identificado con determinada cuestión. Más allá de las implicancias que pudiera tener para terceros, en principio, no quiero verme en determinada situación.
En un capítulo de Los Simpson y Homero le decía a Lisa "el problema no es que hayas engañado, sino que te descubrieron". Cada quien con sus criterios.
¿Qué podría tener de divertido verme perjudicando a alguien? No le encuentro la diversión. Y como dije más arriba, MI PROPIA IMAGEN CONMIGO MISMO, se cae; se destroza. No me parece que hable bien de mí. Sé que no habla bien de mí, a mí mismo y no importa más.
Hacia afuera, hacia la visión ajena, algunas actitudes son interpretadas como si uno fuera "buenudo", y no se trata de eso. Por lo menos yo puedo decir que no soy más bueno que nadie ni más boludo que algún otro alguien. Sin embargo, cuido el como yo me veo.
Igual, si algunas pocas cuestiones son ciertas, una que lo es, es que nuestras acciones nos definen. Mis acciones me definen.
Igual todo, está en proceso de revisión.